Malú habla por primera vez de sus trastornos alimenticios: «Ingresar habría sido un escándalo mediático y no queríamos que pasara»
GENTE
La artista, que reflexiona en el pódcast de Vicky Martín Berrocal sobre diferentes etapas de su vida, habla del tema por primera vez en público: «Se me fue de las manos»
12 nov 2024 . Actualizado a las 19:23 h.Extremadamente reservada con todo lo que tiene que ver con su vida personal, una Malú renovada, «más asentada como mujer y como persona», ha acudido al pódcast de Vicky Martín Berrocal, A solas con, para contar cómo después de darse «muchísimas hostias por el camino», ya con callo y más aprendizaje en su cuerpo, vive la vida a sus 42 años de una forma «más real, tranquila, relajada, sin tanto complejo, sin tanto miedo, sin tanta inseguridad». «Creo que esto también me lo ha dado la maternidad», ha explicado la artista, que durante la entrevista ha hablado de su evolución personal y profesional.
«He tenido una exigencia enfermiza conmigo, me he hecho mucho daño», ha admitido la artista en la hora de conversación entre amigas en la que han abordado muchos temas. «Al final era todo para la música, para la voz, para los conciertos... todo para todo menos para mí. Y hacía cosas brutales y parecía que eran terribles. No me valía nada», ha explicado sobre los elevados niveles de autoexigencia a los que se ha sometido durante buena parte de su trayectoria como artista. «Hemos hecho una barbaridad de cosas preciosas y yo las he padecido, no las he disfrutado, porque siempre me ha parecido que podía estar mejor», ha contado.
Malú ha admitido que gracias a la lesión que la mantuvo alejada de los escenarios durante tres años y que le obligó por primera vez en su carrera a cancelar una gira, pudo pasar mucho tiempo en casa, lugar que considera su refugio, y «vivir conmigo mucho tiempo seguido», lejos del personaje que había construido para combatir su timidez. «Soy la persona más insegura y tímida del universo. Y me subo al escenario y siento un empoderamiento brutal. Pero me vuelvo a bajar y pregunto "¿qué tal? ¿Ha ido bien? ¿Ha estado bonito?"». A la Malú «exigente», la que respondía en las entrevistas y la que afrontaba los conciertos con confianza, la mantuvo guardada durante todo ese tiempo de recuperación. Y ese proceso de disociación que había vivido durante muchos años entre su persona y su personaje desapareció. Tuvo miedo, pero siguió adelante. «La otra era el personaje que yo había creado durante tantos años, para poder salir a la calle a hacer cosas sin que morirme de la vergüenza, para poder subirme a un escenario sin morirme de la vergüenza, hacer una entrevista… Era ese personaje de fortaleza». Y se reencontró. «Era yo, la más pura yo», ha confesado a su amiga Vicky. «Sé que suena poco loco».
«Creo que necesitaba parar. La vida me manda la lesión, me obligó a parar, y yo no había sido consciente de que necesitaba ese parón. Necesitaba tomar perspectiva, respirar, verlo desde otro sitio y darme cuenta de que estaba metida en un lugar del que no iba a salir porque no veía nada más», ha explicado Malú.
En uno de sus mejores momentos vitales, la artista se ha reconocido feliz. «Refeliz», de hecho. «Estoy en paz, me siento muy bien conmigo misma, y creo que lo puedo decir con absoluta plenitud y conciencia de lo que digo: me siento bien, me gusto, me quiero, me antepongo, creo en mí. Siento que soy una buena hija, una buena madre, que me machaco a trabajar, que peleo…. Me quiero. Y creo que es la primera vez que me quiero en mis 42 años». Aunque también ha contado que llegar a este punto en el que poder hablar de una manera totalmente libre no ha sido fácil. «Antes eran todo defectos, complejos, querer ser otra persona».
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Emocionada, la artista ha contado por primera vez en público su lucha contra los trastornos alimenticios que la acompañaron durante años. «Tuve mis historias con la comida, empezar a comer menos, obsesión por la delgadez, mostrar físicamente cómo tenía que ser... se me fue de las manos», ha admitido. «Inicié un tratamiento que no seguí, porque tenía que trabajar, tenía muchos conciertos, muchas cosas que hacer... Era más el afán por tapar lo que estaba pasando», se ha sincerado sobre aquella etapa. «Ingresar hubiera sido un escándalo mediático y no queríamos que pasara». Pero consiguió salir. «Estuve un montón de años con el "sí" y con el "no". Quité todos los espejos y los pesos de mi casa para no ver constantemente mi imagen, cosa que es difícil porque te ves luego en otro sitio que no es el espejo». Gracias a su fuerza de voluntad y a las pautas de un psiquiatra pudo dejarlo atrás. «Iba y venía, hasta que ya dejó de venir. Hasta que un día dije: "Ya está"», ha explicado Malú . «¿Sabes a cuántas mujeres vas a ayudar hoy?», le ha preguntado Martín Berrocal. «Ojalá sirva para algo», ha respondido. «Físicamente se vio. Ahora lo verbalizo porque estoy en otro sitio», ha explicado sobre porqué nunca lo había contado.
«He hecho muchas cosas en mi vida de las que debería arrepentirme. Pero para mí, todo ha sido un aprendizaje. No sería la que soy hoy si no hubiera cometido ciertos errores o si no me hubiera dejado llevar en ciertos momentos. Yo también estoy agradecida a esos errores. He aprendido, además yo soy de cabeza dura, soy de las que aprende dándome leches contra el muro». Solo hay un punto de su carrera y de su vida sobre el que se lamenta: haber dejado pasar la oportunidad de tener una carrera más internacional y triunfar en América. Malú ha contado cómo a los 17 años no pudo aguantar las grandes giras de promoción que suponía ese salto. «Pero pensar así es juzgarme. Yo era una niña, no podía con eso, no lo entendía, solo veía el miedo de pasar un mes y pico fuera de mi casa sola».
Tiene claro que a pesar de todo volvería a elegir esta vida. «Quizás partiéndome el pie antes, para darme cuenta de todo lo que estaba haciendo mal. Pero la elegiría. Me gusta todo lo que hay dentro de mí ahora». ¿Qué le agradece Malú a la vida? Su hija, «por encima de todo, da igual todo lo demás», a la que apoyaría si decidiera el día de mañana que quiere ser artista. «Es una de las profesiones más bonitas que hay. La apoyaría. Hoy, subirme encima de un escenario me lo compensa todo».
Malú, que ha respondido que solo ha tenido dos grandes amores en su vida, ha hablado del amor y de qué lo mata — «el amor muere cuando realmente te das cuenta de que la persona con la que estás compartiendo no es la misma persona con la que empezaste a compartir»—, de cuánto valora su independencia, de las relaciones abiertas, que ahora mismo no se plantea, y de que no sabe si perdonaría una infidelidad —«no me he visto en esta»—. Y también de la muerte. «Ahora que me está encantando la vida, me jodería mucho morirme».