Carlos III y su mujer emprenden la primera jornada de su viaje de diez días a Australia. El monarca no tendrá actos nocturnos para asegurar su descanso
21 oct 2024 . Actualizado a las 09:10 h.Los años han pasado y el pueblo británico parece haber perdonado a su rey todo el sufrimiento causado a su primera mujer. Pero el fantasma de Diana hace su aparición de vez en cuando para perseguir a los reyes Carlos y Camila. Este domingo, los monarcas empezaron su gira oficial por Australia acudiendo a misa en la iglesia anglicana Saint Thomas, en el norte de Sídney. La pareja real fue recibida por el arzobispo de la ciudad, Kanishka Raffel, y firmó en dos biblias, incluida una reliquia del pasado colonial británico de esta isla independizada en 1901.
Es al observar el envejecido papel donde estamparon su rúbrica cuando se aprecia que la página está encabezada por otras dos firmas: las de Carlos y Diana en su viaje a Australia de 1983. Aquel fue un periplo fatídico para la pareja. Llevaban casados solo dos años y el entonces príncipe de Gales descubrió con preocupación de que aquella mujer a la que nunca había amado contaba con un cariño popular desbordante y mucho mayor del que él ha tenido nunca. La situación fue tan tensa que Diana lloró en público por primera vez.
Este domingo, Carlos y Camila escribieron en la misma página que su usó entonces. Entre ambas parejas de firmas, figuran, por orden cronológico, las del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, de 1988, y las de Guillermo y Catalina, del 2014.
A la salida del recinto religioso, engalanado con banderas de Australia, los monarcas saludaron y conversaron con algunas de las personas que se habían acercado al lugar para ver al rey Carlos III, quien es el jefe de Estado de Australia.
En su primera visita como soberano, puesto que asumió tras la muerte de su madre, Isabel II, en septiembre de 2022, Carlos III también visito el parlamento de la jurisdicción de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.
Allí, el rey obsequió a los legisladores un reloj de arena para controlar el tiempo de sus intervenciones y ensalzó el papel de la democracia. «A todos los que han formado parte de este Parlamento, solo puedo ofrecerles mis más cálidas felicitaciones», dijo el monarca en el legislativo más antiguo del país y que este año cumple 200 años.
El monarca también fue visto junto a la reina Camila dando un plácido paseo por el edificio del Almirantazgo, frente a la icónica Casa de la Ópera, en Sídney, recogen los medios locales.
El resto de domingo, la pareja real lo dedica a descansar antes de viajar este lunes a Camberra, para el día con más actos de su actual viaje.
La visita a Australia, donde permanecerán hasta el martes, continuará con un viaje a Samoa, en el viaje más largo de Carlos III desde que en enero le diagnosticaron cáncer. Por recomendación médica, la agenda del soberano no será tan ajetreada como acostumbra y guardará reposo por las noches. El rey ha interrumpido temporalmente su tratamiento con permiso médico para poder realizar este desplazamiento.
El viaje ha reabierto el debate sobre la monarquía en el país, que, desde que se convirtió en un país federado en 1901, se rige mediante un sistema monárquico con democracia parlamentaria, con Carlos III como jefe de Estado pese a situarse a más de 15.000 kilómetros de distancia del Reino Unido.
En 1999, Australia celebró un fallido referendo para convertirse en república y no hay programada una nueva votación, aunque el actual Gobierno ha asegurado que lo propondrá si logra en el 2025 la reelección.
En Samoa, el soberano de 73 años y la reina Camila participarán en una reunión de Jefes de Gobierno de la Mancomunidad Británica de Naciones que inaugurará Carlos III.