La reina Camilla reprocha a Carlos III que no haga lo que le dicen los oncólogos

Joaquina Dueñas MADRID / COLPISA

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LUDOVIC MARIN / POOL | EFE

«No disminuirá el ritmo» durante su cáncer, se quejó amargamente en un acto la esposa del monarca británico

09 jun 2024 . Actualizado a las 16:06 h.

El 10 de septiembre del 2022, dos días después de la muerte de su madre, Carlos III se convirtió en el heredero de mayor edad en subir al trono británico. Llevaba esperando ese momento 70 años y 200 días. Pero solo un año y cuatro meses después, el pasado 5 de febrero, el propio monarca protagonizaba un vídeo en el que anunciaba que tenía que retirarse de la agenda pública temporalmente debido a un cáncer cuyos detalles no especificaba. Se entiende así que solo 55 días después de aquel anuncio volviera a la vida pública y que, a pesar de estar sometiéndose a tratamiento oncológico, intente mantenerse activo y a cargo de sus responsabilidades como cabeza de la casa real británica.

Una actitud que, a estas alturas, le ha valido el reproche de su esposa, la reina Camilla, que ha dado el último parte de salud de su marido. Ha sido en el segundo Festival Literario anual de la Sala de Lectura de la Reina, celebrado en el Palacio de Hampton Court. Allí ha charlado con autores y les ha trasladado que el rey Carlos «está bien», pero también ha lamentado que no siga las recomendaciones médicas a rajatabla. «No disminuirá el ritmo y no hará lo que le dicen», ha dicho. Sin ir más lejos, esta semana ha participado en los actos conmemorativos del desembarco de Normandía, donde lo vimos al borde de las lágrimas al recordar «el coraje y la valentía» de los soldados que liberaron a Europa del nazismo.

Desde que se detectara el cáncer a Carlos III, su esposa «ha estado muy preocupada por la salud de su marido» al tiempo que «ha tenido que adaptarse a la apretada agenda de compromisos», lo que le llevó a tomar unos días de descanso por agotamiento, ha recordado la experta en monarquía británica Ingrid Seward.

La situación se ha complicado al inicio de este año, ya que los duques de Cambridge están viviendo su propia pesadilla. Kate Middleton fue sometida a una operación abdominal al mismo tiempo que su suegro era intervenido por agrandamiento de próstata, si bien el cerrojazo informativo en torno a la figura de la princesa de Gales fue absoluto hasta que las numerosas elucubraciones le llevaron a publicar un vídeo el 22 de marzo para contar que también le habían detectado cáncer y que se estaba sometiendo a un tratamiento de quimioterapia preventivo. Poco más se ha sabido sobre ella y la dolencia de Kate ha llevado al heredero, el príncipe Guillermo, a centrarse en su familia y a tomarse tiempo para cuidar de su esposa y de sus hijos antes de volver recientemente a los actos oficiales.

Entretanto, sigue sin haber fecha para el regreso de Kate a la vida pública. Tras descartarse la su vuelta después de Semana Santa, se barajó que reapareciera con motivo del Trooping the Colour el próximo 15 de junio, ya que la princesa es coronel de la Guardia Irlandesa. Algo que finalmente tampoco podrá ser y por lo que la madre de Jorge, Carlota y Luis se ha disculpado mediante una misiva manuscrita. «Ser su coronel sigue siendo un gran honor y lamento mucho no poder recibir el salud en la Revisión del Coronel este año», les ha dicho.

Por si fuera poco, el entorno de la familia tampoco se libra de los problemas. Sarah Ferguson superó un cáncer de mama en el 2023, aunque la alegría le duró poco ya poco después le diagnosticaron un melanoma, una forma agresiva de cáncer de piel; el príncipe Andrés ha recibido un ultimátum por parte de su hermano Carlos al negarse a abandonar la residencia de Royal Lodge en la que vive, un edificio histórico que es incapaz de mantener económicamente; la relación con el príncipe Harry sigue rota y la grieta con su hermano Guillermo parece cada día más y más profunda; y Charles Spencer, hermano de la princesa Diana de Gales, acaba de anunciar el divorcio de su tercera mujer, Karen Gordon, después de 13 años de matrimonio. «Inmensamente triste», así dice estar el conde tras conocerse su separación.

Un cúmulo tal de contratiempos que ha hecho que muchos recuerden una de las profecías de Nostradamus que afirma que «el pueblo expulsará por la fuerza al rey de las islas», lo que se interpreta como una premonición sobre Carlos III, y que le sustituirá «un hombre que nunca esperó ser rey». Aunque todos los pronósticos sobre la enfermedad del actual monarca y su tratamiento son positivos, la renuncia del heredero a hacerse cargo del peso de la corona durante la convalecencia de su padre por la enfermedad de su mujer ha favorecido la teoría que apunta a Harry como sucesor de su padre, a pesar de ser el quinto en la línea de sucesión.