Bill Cosby, ascenso y caída de una estrella de la televisión

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GENTE

DON EMMERT | AFP

El próximo lunes arranca el primer juicio contra el actor por abusos sexuales

02 jun 2017 . Actualizado a las 18:29 h.

Corría el año 2012 cuando Bill Cosby aparecía sentado sobre el escenario, junto a una caja de pañuelos de papel y una botella de agua. En medio del gag sobre una señora del público, se sonaba parsimoniosamente la nariz, arrebujaba el pañuelo y lo tiraba bajo la mesa. «Ahora estése quieta, Jackie, o le juro que la seguridad vendrá a por usted», añadía en medio de las risas del público.

Cosby, que en aquel entonces tenía a sus fans en el bolsillo, continuó de forma desenvuelta desgranando un repertorio cuajado de anécdotas de su carrera, historias de marido estupefacto o de ciudadano asombrado. Pero sin duda, un tema destacaba como hilo conductor de todas sus bromas: su relación, fascinación y su manera de actuar con... las mujeres.

«Es como con una hermana pequeña: hay que apartarla cuando empieza a portarse mal», bromeaba sobre la mujer de la sala. Con las esposas es diferente: «Al cabo de un par de años ya no juegan contigo, las abochornas». Y después, Cosby dijo una frase que, de alguna manera, recuerda a su postura respecto a las más de 60 acusaciones de abusos sexuales que pesan sobre él: «Si no consigues acordarte de algo, es tu problema».

Cosby celebrará en julio su 80 cumpleaños. La edad ha hecho mella en su rostro y a las vistas judiciales acude apoyándose en un bastón, parapetándose tras sus abogados. A finales de abril, contó en una entrevista que desde hace dos años no ve nada: una mañana se levantó y no podía ver. Para subirse a un escenario y sentarse en una silla, tiene que practicar horas antes del show y ayudarse de una línea marcada en el suelo, afirmaba.

Pero por mucho que lo hayan debilitado los años, Bill Cosby tendrá que enfrentarse a las acusaciones que pesan sobre él. Al menos, en el caso de la ex empleada de la Universidad Temple de Filadelfia Andrea Costand. El jueves arranca el proceso contra el protagonista de The Cosby Show, acusado de haber dado a la mujer pastillas y luego abusado sexualmente de ella en su casa. En caso de ser condenado, se enfrenta a varios años de prisión. Actualmente está en libertad tras haber pagado una fianza de 894.000 euros.

William Henry Cosby dio sus primeros pasos en el sector del entretenimiento en los años 60, en un club nocturno de Nueva York. Pronto siguieron contratos en películas y series de televisión, hasta que la fama llegó con Spy, con la que se convirtió en el primer actor negro en alzarse con un Emmy. Y finalmente, el show que lleva su nombre y se emitió entre 1984 y 1992 con más de 200 entregas lo convirtió en millonario.

Pero, sobre todo, Cosby introdujo el día a día de los afroamericanos en un espacio televisivo dominado por actores negros. «De manera persistente y a solas Cosby introdujo un nuevo nivel de conciencia en horario de máxima audiencia», escribía The New York Times sobre el último capítulo de The Cosby Show, en 1992. Para Los Angeles Times, era una «representación de conmovedoras resistencias familiares».

¿Qué fue de ese padre que salía de un apuro haciendo una mueca, tenía una divertida voz y era el tema de conversación favorito para las tardes de millones de estadounidenses? Para los fans de sus mejores tiempos, su paso por los tribunales es el triste final de un maestro del entretenimiento caído en desgracia en la nación televisiva que es Estados Unidos. Su nuevo espectáculo, con el que pretendía insuflar aire a su carrera como comediante, se llama Far From Finished (Lejos de estar acabado).

Según The Washington Post, al menos 60 mujeres acusan a Bill Cosby de haber abusado de ellas. Como la mayoría de casos han prescrito, sólo les queda demandarlo por vía civil. Así, 13 mujeres han interpuesto al menos siete querellas civiles contra él por difamación, coacción sexual o abusos sexuales en tres estados diferentes. Para ellas, la condena de Cosby supondría una demostración de fuerza de la justicia en un país en el que, sobre todo en facultades y universidades, este tipo de abusos han sido a menudo pasados por alto.

Sólo se puede aventurar lo mucho o no que los titulares y la vida al lado de abogados habrán hecho mella en la familia Bill Cosby. Su mujer, Camille, intenta pasar lo más desapercibida posible. El matrimonio tiene cuatro hijas de entre 40 y 52 años. Su único hijo fue atracado y asesinado a tiros en Los Angeles cuando tenía 27 años. En cualquier caso, Evans, la más joven de sus hijas, está del lado de su padre y del que fuera como un segundo progenitor para tantos telespectadores.

«El ama y respeta a las mujeres. Ni abusa ni es violento o un violador», escribió Evan Cosby en la asociación de editores afroamericanos NNPA. «Seguro que como muchos famosos que en determinadas ocasiones se dejaron llevar por la tentación, tuvo sus affaires, pero eso queda entre él y mi madre. Ambos lo gestionaron y dejaron atrás, y me alegro de que así lo hicieran por ellos y por nuestra familia».