A Mariah Carey se le va la mano con el Photoshop

La Voz REDACCIÓN

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Instagram Mariah Carey

La cantante se sube al carro del retoque fotográfico y ofrece un cambio radical de apariencia en la portada de su último disco

13 abr 2015 . Actualizado a las 18:41 h.

Photoshop y famosos no son buena combinación. Siempre que ambas palabras se entremezclan en la misma frase es casi sinónimo de controversia. Y es que el programa de edición de fotografías se ha convertido en todo un símbolo de imágenes retocadas que han alterado la forma en la que percibimos la realidad. Y a más de uno le ha ocasionado más de un dolor de cabeza.

La última en subirse al carro del Photoshop flagrante es Mariah Carey. La cantante no ha dejado indiferente a nadie con la portada de su último disco. #1 To Infinity recoge todos los número uno de la artista y también un giro radical en su imagen.

Mariah Carey aparece con un mini vestido negro mucho más delgada y con un rostro mucho más afilado del que tiene acostumbrada a sus fans. Las alarmas de un exceso de Photoshop no tardaron en saltar. Y es que aunque muchos no hubiesen visto a la cantante recientemente, al entrar en su Instagram, donde compartía la portada del álbum, no había que irse mucho más allá de tres fotografías para verla «al natural» y solo tres días antes.

No es la primera vez que el Photoshop juega una mala pasada y genera polémica. La filtración hace un par de meses de unas fotos de Beyoncé sin retoque para una publicidad de cosméticos en el 2013 es solo la última de una lista que no para de engordar. Antes, Moschino se comió la pierna de una de sus modelos en su campaña de su colección primavera-verano 2015 inspirada en la muñeca Barbie. Controvertida también fue la portada de ¡Hola! de Carmen Martínez-Bordiú e Isabel Preysler con motivo del 70 aniversario de la revista.

Por esta manía de famosas, revistas y algunas marcas de ropa en ocultar o modificar la realidad ha provocado que diversos colectivos contra la anorexia hayan pedido que se regule el uso de Photoshop. Una iniciativa lanzada en Change.org ha reclamado al Congreso una ley que obligue a las revistas a indicar cuándo se ha utilizado esa técnica