Los sevillanos recordarán la cercanía de la duquesa de Alba

EFE

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Atlas TV

Cientos de vecinos esperan dar el último adiós a Cayetana

20 nov 2014 . Actualizado a las 18:02 h.

Los sevillanos recordaran siempre la cercanía de la duquesa de Alba y el amor que siempre expresó por su ciudad y sus gentes, según han coincidido en destacar muchos de los sevillanos que esta mañana se han acercado al Palacio de la Dueñas y han visitado su capilla ardiente en el Ayuntamiento de Sevilla.

Nada más conocerse esta mañana la noticia de la muerte de Cayetana, los sevillanos empezaron a congregarse ante el Palacio de las Dueñas y a tratar de hacerse con un buen sitio ante el Ayuntamiento de Sevilla, para ver la llegada del féretro de la duquesa, acompañado de sus familiares.

En ambos lugares el parecer de la gente era unánime: todo el mundo destacaba la sencillez de la duquesa, su gusto por todo lo sevillano, su amor a las cofradías, a la Feria y a la Semana Santa y, por increíble que pueda parecer, casi todos se sabían alguna anécdota protagonizada por ella o incluso decían haberla presenciado.

Elisa Pareja Cembrano, sevillana que lleva 46 años fuera de la ciudad pero que ha regresado para cuidar de sus nietos, ha dicho a Efe que ella misma saludó a la duquesa de Alba un día, a la salida de los toros: «Fui a ver la salida de los toreros y a Curro Romero, que había toreado y todavía no era novio de Carmen Tello, y allí me encontré con la duquesa, que esperaba la salida de los toreros entre la gente, como una más».

«Ha sido una mujer maravillosa y, siendo madrileña, es una hija de Sevilla y se merece que sea homenajeada», ha añadido Elisa Pareja, quien también coincidió con la duquesa en una edición del Rastrillo benéfico, en el que cada año participaba la aristócrata.

Carmen Ortiz Sánchez es vecina de Cantillana (Sevilla), pero, según ha explicado a Efe, esta mañana se vino a Sevilla para acompañar a la duquesa: «Era una mujer que iba a las rebajas, como todo el mundo; una vez la encontré vestida de gitana con dos claveles rojos aquí arriba (se toca la cabeza), la saludé, y ella me cogió la mano con sus dos manos y me las apretó».

José Luis Calle, sevillano jubilado, de 73 años, que fue director comercial, vive en El Puerto de Santa María (Cádiz), pero, al igual que Carmen Ortiz esta mañana, se vino a Sevilla para estar cerca de Cayetana, y ha dicho a Efe: «Ha sido la gran señora de Sevilla; una mujer que vivió y murió como quiso vivir y morir».

En eso ha coincidido con los diseñadores Vittorio y Lucchino, amigos de Cayetana, para quien crearon docenas de diseños, y quienes hoy han dicho a los periodistas que la duquesa «ha muerto en Sevilla y ha muerto en su casa, como ella quería».

El sacerdote Ignacio Sánchez-Dalp, confesor de la duquesa, también ha dicho a los informadores que la aristócrata «tenía clavada la espina de haber nacido en Madrid» y que siempre se consideró una sevillana más.

Tal vez por ese motivo, el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, ha dicho que fue una mujer que tuvo muchos títulos nobiliarios, pero que «el mejor de sus títulos fue el de ser sevillana».

Entre los asistentes más jóvenes a la capilla ardiente se encontraban tres amigas de 18 años, Ana María Sánchez, estudiante de Criminología; Paloma Martínez, estudiante de Periodismo, y Paula Cantero, que aún está pensando qué va a estudiar los próximos años, y las tres han coincidido en considerar a la duquesa como «un ejemplo de superación».

«Me hubiera gustado verla no el día de su muerte, sino en algo típico de Sevilla», ha dicho a Efe Ana María, quien la ha considerado como «un ejemplo de superación por ser capaz de haber salido adelante con sus planes de vida, pese a haber encontrado oposición en su propia familia».

Paula también la ha considerado «un ejemplo de superación» por cómo ha ido superando enfermedades y los problemas de salud que la han aquejado en el último periodo de su vida.