Monica Bellucci, medio siglo de sensualidad

La Voz CHANCE | EUROPA PRESS

GENTE

La modelo y actriz italiana cumple cincuenta años conservando su belleza

30 sep 2014 . Actualizado a las 20:56 h.

Tal día como hoy, hace cincuenta años, nacía una de las actrices que más miradas ha conseguido acaparar debido a su increíble, y casi irreal, belleza. Monica Bellucci llegaba al mundo un 30 de septiembre de 1964 para conquistar cámaras y acaparar miradas. Esta italiana ha deslumbrado a todo el mundo y ahora con medio siglo ya a sus espaldas, puede presumir de seguir conservando esa belleza tan característica que ha conseguido enamorar a tantos.

Icono de la belleza mediterránea, Monica Bellucci es considerada como una merecida sucesora de grandes los grandes iconos italianos que han pasado por los focos en los últimos años. Ha conseguido colarse entre las grandes y su nombre aparece siempre asociado a mujeres de la talla de Sophia Loren o Claudia Cardinale. Entrando ya en la madurez, la actriz sigue siendo un perfecto referente de sensualidad y de erotismo. Lo ha demostrado en su extensa filmografía, en la que Bellucci ha conseguido demostrar que no solo es una cara bonita. Sus dotes de actuación y una mirada que conseguía traspasar pantallas la han convertido en todo un ejemplo del séptimo arte.

Encaminada a introducirse de lleno en el mundo de la legislación, Bellucci intentó probar suerte como modelo, una actividad para la que pronto descubrió que tenía madera. Gracias a su emergente carrera en el sector de la belleza, la italiana fue abandonando poco a poco sus aspiraciones a la abogacía, para dedicarse de lleno a las pasarelas, llegando a convertirse en una de las musas de los irrepetibles Dolce&Gabanna. Pero no solo ellos confiaron en el hechizante cuerpo de Bellucci; Vanity Fair o Elle apostaron en varias ocasiones por situar a la modelo italiana en sus portadas.

En Hollywood, Bellucci triunfó bajo las órdenes del gran Francis Ford Coppola en su versión de Drácula de Bram Stoker. Una actuación que se convirtió en el empujón definitivo de su larga carrera como intérprete. A partir de ahí, Bellucci entró a formar parte -importante- de la gran maquinaria cinematográfica norteamericana, participando en películas como Matrix o llegando a encarnar a María Magdalena en la obra maestra de Mel Gibson La Pasión de Cristo.

Medio siglo después, Bellucci sigue cosechando tanto éxito como en sus inicios y derrochando tanta sensualidad como en sus mejores tiempos, convirtiéndose así en una de las bellezas terrenales casi dívinas.