Angela Merkel, la maestra de la mesura, cumple 60 años

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GENTE

Antonio Lacerda

Lo celebrará con una sobria recepción que tendrá como principal orador a un experto en historia global

14 jul 2014 . Actualizado a las 18:58 h.

Poco amiga de los fastos y oropeles, la canciller alemana, Angela Merkel, celebrará en pleno cénit político su 60 cumpleaños con una recepción sobria que tendrá como principal orador a un experto en historia global.

Más de 1.000 invitados se darán cita el jueves en la sede de la Unión Demócrata Cristiana en Berlín para felicitar a la que algunos consideran la mujer más poderosa del mundo, una persona muy popular en su país y acostumbrada a ser blanco de críticas en Europa.

El aniversario redondo llega en el momento culminante de la carrera de esta doctora en Física crecida en la extinta Alemania comunista que se abrió paso en un mundo de hombres para hacerse en el 2005 con las riendas de Alemania y dirigir los destinos de la eurozona al estallar la crisis de la deuda.

«Ahora comienza la era del merkelismo, una política de poder a la que no se le nota el poderío», sentenció el diario Süddeutsche Zeitung después de que Merkel rozara la mayoría absoluta en los comicios de septiembre y su liderazgo fuese más indiscutido que nunca.

Sigue siendo la política preferida de los alemanes porque satisface las ansias de continuidad del bienestar, de una política centrista, explica el politólogo Herfried Münker, en una charla con la prensa extranjera en Berlín.

«El mayor éxito de Merkel es que no hay un gran éxito que la identifique. Es la continuidad de una gestión política uniforme», asegura. «El principal recurso de Merkel es su falta de vanidad, su modestia manifiesta».

Pero su imagen dentro de los confines de Alemania difiere mucho de la que impera en otros países europeos. De «Frau Nein» («señora No») la han tachado muchos en Grecia, España e Italia, que achacan la recesión de sus países a la austeridad impuesta por la germana.

«La imagen negativa que tiene Merkel en algunas partes del sur de Europa no es un problema estructural de su política en sí, sino que refleja ciertos desequilibrios surgidos dentro de la Unión Europea», la defiende el catedrático de la Universidad Humboldt.

«Los resentimientos que provienen de estos desequilibrios serían mucho mayores si estuviese al mando una persona con otro estilo de conducción más firme, como por ejemplo, el antecesor de Merkel, Gerhard Schröder», afirma.

Münkler opina que lo que para muchos es falta de visión u oportunismo es una forma de «interpretar los signos de los tiempos».

«Hablando en lenguaje de Hegel, la señora Merkel es la constelación política de su tiempo hecha carne. Es más una administradora de la política que una líder política».

«No hay que menospreciar, además, su socialización en la antigua RDA, la capacidad de observar y esperar porque no se sabe cómo se darán las cosas. Eso ha pesado más que su carrera como física».

Merkel desembarcó hace 20 años en el gobierno como joven ministra de Medio Ambiente. Apadrinada por el canciller Helmut Kohl comenzó una trayectoria sorprendente hasta la jefatura de gobierno, que ocupa por tercera legislatura consecutiva.

Al igual que sus antecesores, Merkel es celosa de su privacidad.

Trata de seguir haciendo una vida normal y no llama la atención verla hacer la compra de supermercado incluso en plena campaña electoral.

Casada con el catedrático de química Joachim Sauer, a Merkel no le gusta estar en el candelero y es amante de la naturaleza. Apasionada por el fútbol, no pudo resistir la tentación de presenciar el domingo la conquista de la selección alemana de la cuarta Copa del Mundo en Brasil y felicitar al equipo en el vestuario tras el triunfo de 1-0 sobre Argentina en la prórroga.

Merkel no ha querido pronunciarse en público sobre su futuro, pero en privado se rumorea que no quiere presentarse para un cuarto mandato en el 2017.

De momento sigue al mando de la coalición con los socialdemócratas, una alianza con la que se siente mucho más cómoda que con sus «socios naturales» del Partido Liberal, que quedaron fuera del Parlamento.

Para sus 50 sorprendió al invitar a hablar a un neurólogo. «Esto es una fecha histórica: la presidenta de la CDU ha invitado como orador a un investigador que declara que el cristianismo es una forma de pensamiento superada», la criticó de forma velada el conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Esta vez le toca el turno a Jürgen Osterhammel, un historiador que investiga los siglos XIX y XX desde el punto de vista de la globalización, uno de los grandes temas de Merkel. Y nada de regalos.

En su lugar quiere una donación a la fundación de lucha contra la leucemia del tenor español José Carreras.