Los afectos de Cristina Fernández de Kirchner

Andrés Jiménez COLPISA

GENTE

Un libro de un periodista argentino sugiere que la mandataria está encandilada con jóvenes y apuestos funcionarios

17 abr 2013 . Actualizado a las 23:31 h.

El secreto mejor guardado de Cristina Fernández de Kirchner son sus pecas. Pocos las han visto porque la mandataria se cuida mucho de que aparezcan a la vista de todos. Sus trajes negros de viuda y un generoso maquillaje ayudan a camuflarlas. Los lunares de Cristina Fernández son una metáfora de lo que oculta la presidenta argentina. ¿Y cuáles son los misterios que esconde la dama? Franco Lindner, periodista argentino que acaba de publicar 'Los amantes de Cristina' (Planeta), describe a la viuda de Néstor Kirchner como «la mujer que se rodea de ambiciosos y a menudo jóvenes funcionarios que parecen salidos de un casting de modelos». El título del libro promete más de lo que en realidad ofrece, pues el autor tampoco atribuye una ristra de amantes a la presidenta.

Lindler se muestra sinuoso y deja entrever más que cosas de las que afirma con todas la de la ley.

Los muchachos pintureros a los que se refiere el autor del libro son, entre otros, Amado Boudou, vicepresidente del país. Un año después de tomar las riendas de Argentina, Cristina le encargó a Boudou que se hiciera cargo de la cartera de Economía. Y eso que a su esposo Néstor Kirchner no le hacía ninguna gracia este hombre atildado, a quien motejaba como 'el francesito'. El autor del libro sostiene que Boudou, un loco de las motos y la música electrónica, tiene encandilada a Cristina Fernández. Cuando el matrimonio tuvo una discusión a propósito del Boudou, Fernández le endilgó al marido: «lo que pasa es que estás celoso».

Hay una foto que tomó un empresario en septiembre de 2009 que nadie se ha atrevido a publicar. En la instantánea, Fernández recuesta la cabeza sobre el hombro de su protegido y le mira con arrobo. No se sabe si Boudou permanece en la lista de los afectos de la presidenta. Quizá haya cambiado de opinión después de que el servicio de inteligencia del país grabara una frase que deja en muy mal lugar al número dos del Gobierno: «Qué fea es Cristina sin maquillaje», dijo el lenguaraz, cuya indiscreción seguramente le costó cara. El pecado de Boudou es el de tomarse demasiadas confianzas. Por lo visto, en alguna conversación llamó a Fernández de Kirchner como 'la mami', cosa que al parecer, para desgracia de Boudou, ha llegado a oídos de la aludida.

El periodista sugiere también que Fernández está encariñada con el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, propenso a sonrojarse cuando alguien le mienta el nombre de la viuda de Kirchner. El informador achaca al gobernador el haber entrado en horas intempestivas en la habitación del hotel en que se alojaba la presidenta cuando esta acudió a Nueva York para acudir a una cumbre de la ONU.

El autor del libro habla, asimismo, de la salud mental de Cristina Fernández, un asunto por el que ya mostraban interés los cables de 'Wikileaks'. Lindner retrata a la mandataria como una persona cuyo ánimo está sujeto a vaivenes y que pasa con suma facilidad de la euforia a la depresión.