La cantante no tenía redactado su testamento, por lo que su exmarido, Blake Fielder-Civil, no recibirá nada de lo que dejó la artista
28 mar 2012 . Actualizado a las 23:47 h.La cantante británica Amy Winehouse ha dejado una herencia de casi tres millones de libras (3,5 millones de euros o 4,7 millones de dólares) tras su muerte el pasado julio, según informa el tabloide británico The Sun.
La autora de éxitos como Rehab o You Know I Am No Good, que batalló durante años con las drogas y el alcohol, tenía un patrimonio al morir valorado en 4.257.580 libras (5.077.037 euros o 6,7 millones de dólares) en activos, antes de pagar deudas pendientes e impuestos. La considerada diva del soul no tenía redactado su testamento por lo que se ha dispuesto que su dinero vaya a parar a sus familiares. Según esto, el exmarido de Winehouse, Blake Fielder-Civil, no recibirá ni un penique de la herencia de la cantante, que administra su padre, Mitch Winehouse.
En su corta vida, el éxito comercial siempre acompañó a la artista que triunfó en el 2003 con su álbum debut Frank un disco que vendió un millón y medio de copias, y le reportó varias candidaturas a los premios Mercury Music y un Ivor Novello en el 2004 por su sencillo Stronger Than Me. Su estrellato se vio acrecentado con su segundo trabajo, Back To Black, publicado en octubre del 2006 y que no tardó en cosechar un abrumador éxito comercial con quince millones de copias vendidas.
En el 2007, ese trabajo fue escogido mejor disco del año y en febrero del 2008 convirtió a Amy en la primera intérprete británica en ganar cinco Grammys. En diciembre del 2011, salió al mercado un esperado álbum con material inédito de la cantante británica, Amy Winehouse Lioness: Hidden Treasures, que recogía 12 temas entre los que se incluyen canciones no editadas con anterioridad, versiones personales de clásicos de otros artistas y nuevas composiciones.
El 27 de julio del 2011, Winehouse, habitual en las clínicas de rehabilitación, fue hallada sin vida en su domicilio del barrio de Candem Town, un piso frecuentado tanto por «camellos» como por famosos, después de haber ingerido elevadísimas cantidades de alcohol. En ese momento, la solista londinense de origen judío se encontraba en pleno proceso de desintoxicación.