Un experto asegura que Michael Jackson era probablemente adicto a los analgésicos por el Botox

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Murray se enfrenta cuatro años de prisión si es hallado culpable.

28 oct 2011 . Actualizado a las 03:51 h.

Michael Jackson era «probablemente adicto» a un analgésico derivado del opio que le daba su dermatólogo al tratarlo con Botox en los meses anteriores a su muerte, dijo el jueves un experto en adicciones que testificó en el juicio contra el médico personal de la estrella.

Uno de los síntomas de abstinencia de este opiáceo, de nombre Demerol, es el insomnio, el problema que padecía Jackson cuando murió el 25 de junio de 2009, dijo el médico Robert Waldman, especialista en adicciones, en la Corte Superior de Los Ángeles.

Waldman fue presentado por la defensa del cardiólogo Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por la muerte de Jackson debido a una sobredosis de fármacos.

Jackson «era dependiente del Demerol, probablemente adicto», dijo el experto, cuando el abogado de la defensa Ed Chernoff mostró en la corte una treintena de registros médicos que daban cuenta de las altas dosis de este opiáceo que recibió Jackson los meses previos a su muerte.

El experto basó su aseveración en los registros del dermatólogo Arnold Klein, a cuya consulta en Beverly Hills Jackson acudía varias veces por semana, y en algunos períodos diariamente, para inyectarse Botox y otros tratamientos contra las arrugas.

Entre principios de marzo hasta fines de mayo de 2009, Jackson recibió de manera creciente de 100 a 300 mg de Demerol y dosis menores de Midazolam, un ansiolítico, para aliviar el dolor cuando se daba Botox y otras inyecciones similares contra las arrugas.

El cantante llegó a recibir dosis de hasta 775 mg de Demerol en tres días seguidos.

Según explicó Waldman, «una adicción es un comportamiento repetitivo que puede causar consecuencias adversas», mientras que «una dependencia es la necesidad física de una sustancia».

«Basado en mi experiencia, este curso de tratamiento indica que probablemente (Jackson) era adicto al opiáceo», dijo Waldman.

Son cifras «muy por encima de la dosis promedio», explicó el doctor. «Un individuo no familiarizado con el opio recibe 50 mg de un opiáceo». En consecuencia, probablemente el artista, que habría desarrollado tolerancia, quedaría adormecido, letárgico y posiblemente incapaz de reaccionar.

Michael Amir Williams, asistente de Jackson, dijo al comenzar el proceso que Jackson iba a menudo al consultorio de Klein en los meses previos a su muerte y que siempre salía de allí aturdido y hablando muy lentamente. Luego, también en la corte, se escuchó la grabación de una conversación de Jackson con Murray, en la que el cantante sonaba muy drogado e inconexo.

«Cuando un individuo es adicto a los opiáceos, ¿qué tipo de problemas físicos presenta?», preguntó el abogado Chernoff.

«Ansiedad, insomnio, agitación», dijo el experto. «El insomnio es muy común (...), puede durar semanas a meses».

Murray ha dicho que intentaba curarle su insomnio crónico, al tiempo que buscaba reducir su dependencia al propofol, el anestesiante al que el artista se refería como su «leche» y que en última instancia causó su muerte.

Luego, el experto fue interrogado por la fiscalía, en un tenso y acalorado intercambio en el que un irascible Waldman se vio forzado a decir que «probablemente no» podría diagnosticar a Jackson como adicto, sino como dependiente, basándose sólo en esos registros médicos.

Pero afirmó que los registros, combinados con otras evidencias que han surgido en el juicio y lo que el público conoce del «rey del pop», lo llevan a suponer que era adicto.

La defensa comenzó a presentar a sus testigos el lunes, después de que en las últimas cuatro semanas la fiscalía pintara un negro panorama para el doctor Murray, acusado por numerosos testigos de haber cometido graves errores profesionales.

Jackson murió de una sobredosis de propofol, un potente anestesiante que el cantante usaba como somnífero. Murray reconoce habérselo inyectado casi diariamente, así como la mañana de su muerte, tras una larga noche de insomnio.

Los abogados de Murray buscan demostrar en el juicio, que puede terminar en los próximos días, que el «rey del pop» era un adicto desesperado a los fármacos y que se administró a sí mismo la sobredosis fatal. La fiscalía, en tanto, afirma que el doctor cometió «graves negligencias» en su tratamiento.