Joaquín Cortés, condenado a un año de prisión por no devolver 700.000 euros

Efe

GENTE

El bailaor, que al no tener antecedentes no irá a la cárcel, deberá regresar al dinero a unos empresarios argentinos con quienes pretendía montar un negocio.

17 mar 2010 . Actualizado a las 20:05 h.

Un Juzgado de Madrid ha condenado al bailaor Joaquín Cortés a un año de prisión al considerar probado que, en 1998, se gastó casi cien millones de pesetas (unos 700.000 euros) de unos socios argentinos que creían haber invertido en un centro de ocio dedicado al flamenco que se ubicaría en Madrid.

La sentencia considera al bailaor autor del delito y a su hermana Mariana y a su administrador Alfonso Durán cooperadores necesarios en la apropiación indebida de varias cantidades, entregadas en distintos plazos, y que alcanzan los mencionados 700.000 euros.

A los tres se les condena igualmente al pago de las costas del juicio y se les inhabilita del derecho de sufragio pasivo -presentarse como candidatos en los procesos electorales de sus estados en cualquier ámbito, y a ser elegidos- durante el tiempo que dura la condena.

El artista, que ha declinado comentar el asunto con EFE, sí reconoció a la magistrada Pilar de Luna, titular del Juzgado número 29 de Madrid donde se vio la causa, que el dinero obtenido de sus socios argentinos había sido destinado a «otros gastos».

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, Cortés dijo en un principio «no recordar a dónde fue el dinero» ni si los dos empresarios argentinos habían hecho o no aportaciones económicas.

El hecho probado es que los socios, «deslumbrados» por los contactos que Cortés demostró tener -en la sentencia se precisa que afirman haber estado con el bailaor en los carnavales de Río de Janeiro «con los Rolling Stones y con Maradona», y con Roberto Verino y con (Giorgio) Armani en París y Madrid, entre otros- aportaron 97,3 millones de pesetas entre enero y octubre de 1999 y posteriormente, otros 24.000 euros.

Para ello suscribieron un contrato privado con la sociedad Gaviota Morena S.L. de la que era administradora única la hermana de Cortés, Mariana, mientras el otro condenado, Alfonso Durán, figuraba como apoderado y gestor.

Tanto Mariana como Joaquín reconocieron estar informados en todo momento de las transacciones mercantiles con los socios argentinos a través de Durán, aunque en ningún momento se precisa en qué invirtieron el dinero destinado a financiar un local de ocio, que estaría en el 85 de la calle Toledo, de Madrid.

Igualmente, la sentencia afirma que «en los cinco años que ha durado la investigación, los acusados no han mostrado la voluntad de dialogar ni de reponer el dinero a los socios argentinos, a pesar de que sabían el daño económico que representaba a los mismos la pérdida de esta inversión».

Ni Cortés, ni su hermana, ni Durán, añade la sentencia, presentaron nunca cuentas en el Registro Mercantil ni la sociedad tuvo jamás actividad mercantil.

Gaviota Morena S.L., agrega, «carecía de contabilidad y de cualesquiera documento contable, circunstancia de la que nunca dieron explicación alguna a los socios argentinos, que confiaban plenamente en ellos».

En su declaración a la jueza, Cortés negó las relaciones con los socios argentinos, de las que dijo se ocupaba exclusivamente Durán, aunque su hermana confirmó que, «si él iba a Argentina, los veía».

Joaquín Cortés aprovechó la última palabra a la que tenía derecho para decir que «había luchado con mucha ilusión» por el proyecto, pero que «salió mal: son cosas que pasan, pero la vida sigue y hay que seguir luchando», recoge el texto