La guerra familiar de los Thyssen llega a los tribunales

Jorge Vogelsanger

GENTE

Carmen Cervera acusó a su hijo Borja y a Blanca Cuesta de revelación de secretos y sustracción de documentos.

25 nov 2009 . Actualizado a las 21:25 h.

Las Lágrimas de Eros atraen estos días a miles de personas al Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. La exposición, un recorrido por el erotismo en la historia del arte, es todo un éxito. Lo que pocos visitantes saben es que detrás de la fachada del Palacio de Villahermosa, el edificio neoclásico que alberga a la pinacoteca, se libra una dura batalla por el legado de la familia que da nombre a una de las colecciones de arte más importantes del mundo.

Esta batalla, que ya ha llegado a los tribunales, sí que ha hecho correr lágrimas, pero de ira y dolor, además de poner en peligro el futuro de ese patrimonio cultural.

Por un lado está Carmen Tita Cervera, ex Miss España y viuda del barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza, un acaudalado industrial y mecenas de nacionalidad suiza y origen húngaro-alemán que en 1992 vendió al Estado español su impresionante colección de 800 obras de arte por 400 millones de euros (600 millones de dólares).

Por el otro está Borja, el hijo de Carmen, fruto de una relación anterior a su matrimonio con el barón. Éste lo acogió como un hijo más -tenía además cuatro propios- y le dio su apellido. A Borja, de 29 años, no se le conoce ocupación alguna. El hijo de la baronesa ha disfrutado siempre de una vida lujosa gracias, dicen, al dinero que recibe de su madre y que procede de la fortuna que su padrastro le legó a ella y a sus cuatro hijos biológicos en forma de trusts en febrero de 2002, dos meses antes de fallecer a los 81 años.

Pero la relación entre madre e hijo se truncó cuando Borja se casó hace dos años con la ex modelo Blanca Cuesta, con la que tuvo un hijo, Sacha. Cuentan que Carmen Cervera no soporta a su nuera. Por eso no acudió a la boda y luego reclamó hasta cinco pruebas de ADN para verificar que Sacha es realmente nieto suyo.

El punto álgido del desencuentro fueron unas declaraciones de Borja al semanario ¡Hola!, en las que acusó a su madre de haberle ocultado su patrimonio y reclamaba por ello la parte del legado Thyssen que a su juicio le corresponde. «Mi madre siempre me ha dicho que no tengo nada, que no tengo derecho a nada y si tengo algo es lo que ella me quiere dar», denunció.

Además, criticó la actitud de Carmen Cervera hacia su familia. «Lo que hizo mi madre con la boda, con la paternidad de Sacha... es incalificable», sentenció. «Si llego un día a casa y digo que me he divorciado -añadió- estoy seguro de que todo cambiaría».

El joven afirma haber descubierto que es cobeneficiario de la colección de arte de su madre, compuesta por alrededor de 1.000 obras que ella adquirió al margen de la colección del barón Thyssen. Las piezas están valoradas nada menos en 800 millones de euros (1.200 millones de dólares).

Pero la cosa no se quedó ahí, porque el joven anunció que dará batalla por el patrimonio que en su opinión le corresponde. «Estoy luchando por mi familia», indicó. Por ello, recientemente acudió junto con un abogado al Museo Thyssen para reclamar un cuadro de Goya y otro de Corrado Giaquinto de los que dice ser propietario único. No obstante, se tuvo que ir con las manos vacías.

Carmen Cervera no deja de llorar por las acusaciones de su hijo y que su único consuelo son sus dos hijas pequeñas, adoptadas a través de una madre de alquiler. «Ni quiero, ni puedo, ni debo decir nada: éste es ya un asunto que está en manos de mis abogados», se limitó a decir a la revista la baronesa, que antes estuvo casada con el actor de Tarzán Lex Barker y el play boy venezolano Espartaco Santoni (ex de la actriz española Marujita Díaz), no da su brazo a torcer.

Cervera, que a sus 66 años es vicepresidenta del patronato de la Fundación Thyssen, demandó a su hijo y a su nuera ante tribunales, acusándolos según la prensa de revelación de secretos y sustracción de documentos. El juez aceptó a trámite la querella y por ello su hijo Borja tuvo que acudir esta semana junto con su esposa a los juzgados de Alcobendas, en Madrid. «Estoy muy tranquilo», afirmó el joven, para anunciar luego una demanda contra su madre.

Aunque el pleito deleite a la prensa de la farándula, no es un asunto baladí para el mundo del arte. Mientras que Borja reclama dinero, su madre intenta preservar su colección. Ésta incluye piezas fundamentales del arte moderno, tanto de la pintura española como norteamericana, amén de importantes obras de Courbet, Corot, Monet, Pissarro, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Bonnard, Vuillard, Braque, Matisse, Gris, Léger, Nolde, Kirchner, Kandinsky o Delaunay.

Carmen Cervera cedió 600 de estas obras de forma gratuita al Museo Thyssen, pero el acuerdo vence en 2011. Su intención es prestar las piezas al Estado español durante 20 ó 25 años más, pero la baronesa ya advirtió que dispone de suculentas ofertas de instituciones extranjeras para sacar su colección del país. «Si no llegásemos a un acuerdo y tenemos que marcharnos, nos iremos», dijo.

La batalla legal con su hijo, por lo tanto, es una dificultad añadida. No sólo los responsables de cultura esperan por ello que ambos firmen las paces. De momento, sin embargo, no pueden verse ni en pintura.