Georges Simenon sigue batiendo récords veinte años después de su muerte

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El escritor belga conocido como el «atleta de la pluma», sigue siendo uno de los autores más adaptados al cine y a la televisión.

03 sep 2009 . Actualizado a las 19:49 h.

Dos décadas después de la muerte del escritor belga Georges Simenon, el llamado «atleta de la pluma» sigue siendo uno de los autores más prolijos, más traducidos y más adaptados al cine y a la televisión.

Para recordar esta fecha, que se cumple mañana, varias ciudades europeas han programado múltiples actos, como debates, exposiciones o conferencias, en honor del escritor, fallecido en 1989 en Lausana (Suiza), a los 86 años.

Un total de 192 novelas, 158 relatos cortos, varias obras autobiográficas y numerosos artículos y reportajes publicados -que se suman a más de 200 obras bajo seudónimos- dan fe de la extraordinaria fecundidad del novelista de Lieja, que comenzó casi por casualidad su carrera en el mundo de las letras trabajando para la gaceta de su ciudad con tan sólo 16 años.

Desde entonces, su vida quedaría ligada para siempre al mundo de la escritura, convirtiéndose en uno de los autores más leídos y estudiados del siglo XX.

Los viajes y las mujeres fueron, además de la literatura, las otras dos pasiones que marcaron la intensa y larga vida de Simenon.

Trayectoria

Pasó la mayor parte de su vida casado, ya que contrajo matrimonio con su segunda mujer -la joven canadiense Denyse Ouimet a quien conoció al mudarse a este país y con quien tuvo tres hijos- al día siguiente de divorciarse de la primera, la pintora Régine Renchon y madre de Marc, su primogénito.

Pero esto no fue un impedimento para sus innumerables encuentros amorosos fuera del matrimonio, gran parte de ellos con prostitutas.

También fueron muchas las ciudades en las que el autor belga llegó a instalarse, como París, La Rochelle (Francia), Laurentienne (Canadá) o Lakeville (Estados Unidos) hasta que finalmente eligió Lausana para pasar su vejez.

Allí, la italiana Teresa le acompañaría durante los últimos años de su vida, que quedaron empañados por el suicidio de su única hija Marie-Jo, que sufría desórdenes psicológicos al igual que su madre Denyse.

Esta agitada vida le sirvió como fuente de inspiración para sus obras, casi siempre ambientadas en el lugar en que el Simenon vivía en ese momento, y también condicionó el tipo de obras que escribió.

Obra maestra

Ejemplos de ello son: «El asesino del canal» (1931) escrito durante su recorrido en gabarra por Francia; «Tres habitaciones en Manhattan» (1946), donde recuerda su idilio con la secretaria canadiense que luego sería su esposa, o «Carta a mi madre» (1974), redactado cuatro años después del fallecimiento de su madre.

Dos décadas después de la muerte del novelista, los «simenófilos» continúan intentando descifrar los pensamientos de este embajador de la novela policiaca que, pese a ser mundialmente conocido como padre del comisario Maigret, publicó también otras obras de tinte social y realista, además de múltiples relatos autobiográficos.

Con motivo de las dos décadas de su desaparición, se publica ahora el «Autodiccionario Simenon», una compilación de citas y proverbios del novelista belga, que el periodista francés Pierre Assouline ha rescatado de sus libros, correspondencia personal, conferencias o entrevistas.

Para Assouline, que ya escribió en 1992 una biografía del prolífico novelista, este «autodiccionario» revisa desde otra perspectiva la vida y obra de Simenon.

Conmemoración

Aparte de esta publicación, numerosos eventos recuerdan esta fecha, la mayor parte organizados en París y Lausana, dos ciudades fuertemente vinculadas al escritor.

En la capital francesa, donde Simenon vivió varios años en su juventud, el centro Valonia-Bruselas tiene previsto homenajear a Simenon el próximo día 15 y, entre otros actos, presentará una exposición del pintor Marc Taraskoff, con 45 portadas originales de sus novelas.

La demostración de las técnicas utilizadas por la policía científica de Lausana -y también por el comisario Maigret- es una de las originales actividades que la ciudad suiza donde Simenon pasó los últimos años de su vida ha organizado para recordar esta fecha.

Más de 550 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, traducidos a 55 lenguas y publicados en 44 países, convierten a Simenon en el autor europeo más vendido del siglo pasado, después de las británicas Agatha Christie y Barbara Cartland.

Para resumir la vida de este genio, quizá no haga falta bucear en la infinitud de su obra, sino analizar una de sus citas más célebres: «Escribir no es una profesión, sino una vocación de infelicidad».