La familia y... uno menos

Josemi Rodríguez Sieiro

GENTE

Los Reyes, sus hijos y nietos pasaron sus tradicionales vacaciones en Palma, esta vez sin Jaime de Marichalar, que compartió unos días con sus hijos en Valencia

29 mar 2008 . Actualizado a las 22:14 h.

Jueves

Vacaciones reales

El abuelo de doña Letizia ya está en su casa, después de haber superado una crisis. Salió del hospital por una puerta trasera, por lo que no pudo ser fotografiado. Ahora ya pasea por las calles, va la panadería, hace declaraciones y acusa la ausencia de sus nietas a la hora de las visitas al hospital. Una está embarazada y la otra tiene demasiadas obligaciones oficiales.

Doña Letizia está en Palma de Mallorca con los Reyes, los duques de Palma y sus hijos, y mañana se unirá la infanta doña Elena con los suyos. El duque de Lugo los ha tenido la primera parte de la Semana Santa en Valencia, adonde ha acudido con sus hermanos, los condes de Ripalda, y sus hijas. La ilusión de Froilán ha sido ir a los toros y ver la mascletá, además de querer tirar petardos, como todos los niños. Victoria Federica tenía ilusión por vestirse de fallera y así lo hizo, junto a su tía, la duquesa de Ripalda, y sus primas.

En Sevilla ayer llovió, lo que impidió que salieran las cofradías. A media tarde de hoy ha dejado de llover y han salido la mitad de las de la tarde y todas las de la madrugada. Mucho frío, gran espectáculo, aplausos, saetas, el barroco llevado a su extremo y todo como una gran representación de una monumental ópera en la calle con música maravillosamente bien interpretada y unos extras recogiendo el fervor, la emoción, el fanatismo, la religiosidad... en suma, un sentimiento que se vive intensamente, siguiendo la tradición de los puristas sevillanos. Las cofradías serias, con un silencio impresionante; las populares, con la alegría del convencimiento y la certeza de que «el muchacho va a resucitar», como dicen los de siempre. Joyas impresionantes, mantos bordados, cofrades, penitentes, costaleros y ciriales de plata, siempre amenizando la llegada de los pasos de la virgen.

Viernes

El príncipe granjero

El príncipe Carlos no tiene muy claro, dada la excelente salud de su augusta madre, cuándo le va a llegar el momento de ser rey. Hace tiempo que se dedica a la ecología en su finca de Highgrove. Miles de personas la visitan cada año y compran sus productos y recuerdos típicos en una tienda abierta al efecto. Como le ha ido bien, ha abierto otra, convirtiéndose en un auténtico tendero, sobre todo de ultramarinos, que es algo que está en período de extinción en las grandes ciudades.

A su inauguración se ha llevado a la duquesa de Cornualles, que siempre vende la noticia, y esta invitó a su hija, que, como no tiene niñera (en Inglaterra, nanny) se llevó a su hija de dos meses, que durmió plácidamente durante todo el acto. Los productos están muy bien presentados y el empaquetado resulta perfecto.

El christmas pudding de este año sigue en mi despensa, como fosilizado, como una estatua-homenaje a la familia real inglesa, sin que nadie en mi casa se haya atrevido a poner en riesgo la dentadura. Eso sí, la corona real lo preside. Eso también justifica el alto precio de todo. El príncipe empresario (a mí me gusta más el príncipe tendero) se divierte con ello, aunque tampoco pretende que lleguen sus productos a todos sus súbditos, si no solamente a los que le pueden pagar. Los supermercados y tiendas de Gloucesterhire no están preocupados por la competencia.

Sábado

Ciudad fantasma

Regreso a Madrid. Me horroriza volver con excesivo tráfico, y me encuentro una ciudad fantasma. Está claro que hay crisis, pero también que moverse se ha convertido en una necesidad, como lo era en los países desarrollados.

Domingo

Boda en Nueva York

En Nueva York se han casado Cecilia Ciganer Albeniz, ex mujer de Nicolás Sarkozy, y Richard Attias. Viven en París, pero el novio tiene una gran casa en Greenway Connecticut, donde el viernes dio una fiesta para doscientos invitados que, llegados de todas partes, tenían reserva en el conocido hotel Regents Park, en pleno Manhattan. El sábado reservaron todo el teatro de Broadway, donde se representa en musical Mamma Mia, alegre y divertido, al que todos acudieron vistiendo de manera informal.

No se sabe si celebró una ceremonia en una sinagoga, pero todo se organizó en el Rainbow Room, en la planta 65 de uno de los edificios del Rockefeller Center. Versace les hizo los trajes a los dos. El de ella, de seda, con un hombro sí y otro no. No han querido fotografías. Al baile han asistido los hijos de ella, para la que era su tercera boda.

Dejó al político de moda por un millonario marroquí, influyente, prestigioso y mundialmente conocido por ser el dueño de la empresa más importante de organización de eventos. Reuniones de alto nivel, congresos, foros y conferencias de gran altura son su especialidad. En el congreso de los conservadores franceses fue donde conoció a Cecilia.

Martes

Falsa riqueza

Massiel presentó en la Sociedad General de Autores un doble álbum de sus éxitos, desde el año 75 al 90. La acompañó Concha Velasco. Massiel estuvo divertida, graciosa y muy mundana. Contó mil anécdotas y manejó divinamente a la prensa. Massiel es lista y tiene, como se dice ahora, mucho recorrido.

Ha hablado Sylianne Stella, que fue mujer de José Luis de Vilallonga. Se desprende de sus palabras que el escritor era riquísimo. Hace unos meses su hermana Tony, marquesa de Castellmeya, me contó en el transcurso de una cena en Barcelona, sentada a mi lado, que era ella la que lo mantenía. Hace unos meses un conocidísimo empresario de la noche me aseguró que el escritor le debía tanto dinero que, pese a tenerle embargados los derechos de autor, no podría jamás recuperar el dinero que le debía. La marquesa propietaria del último piso donde vivió en Madrid también me contó cosas que no dejan lugar a dudas sobre sus dificultades económicas. Uno puede tener una familia rica y no serlo.

Los príncipes de Gales recibieron a los Sarkozy. Carla Bruni, emulando a Jackie Kennedy, estuvo segura, muy bien educada, haciendo reverencia a la reina, con gran aplomo y mucha sobriedad. Dior hizo un excelente trabajo.