Fujinama se limitaba a hablar sin pedir ningún número de teléfono y los operadores solían indicarle de manera educada que «se mantuviera a la espera en la línea», indicó la policía.
«Soy soltero, lo hice para distraerme de mi soledad», dijo Fujinama a los agentes tras su detención.
Según los investigadores, el detenido, que vive en el barrio de Ota en Tokio, llamaba constantemente al 104 porque sabía que no le iban a cobrar nada.