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En el décimo aniversario de su fallecimiento, las personas que rodearon al fundador de Bodegas Marqués de Vizhoja recuerdan su trayectoria en tres artículos. En esta primera entrega, sus amigos nos hablan de su vino blanco Marqués de Vizhoja y cómo trabajó por profesionalizar el vino en Galicia.

Este 2022, se cumple una década desde el fallecimiento de Don Mariano Peláez, fundador de Bodegas Marqués de Vizhoja. Su trayectoria parte de una tienda de ultramarinos y cantina en la villa marinera de Bouzas. Posteriormente se traslada al Pazo La Moreira para la expansión de Bodegas Marqués de Vizhoja, siendo nombrado en 2011 como Caballero de la Orden del Albariño en Cambados.

En boca de aquellos que lo conocieron, repasamos en tres artículos el recorrido de D. Mariano Peláez. Para esta primera entrega, sus compañeros del mundo del vino nos cuentan sus vivencias en dos momentos clave: el lanzamiento de su vino blanco Marqués de Vizhoja y la época en la que impulsó, junto a otros bodegueros, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas. Cerrará estas líneas su hijo Jorge Peláez, propietario de Bodegas Marqués de Vizhoja.

D. Mariano nació en la villa marinera de Bouzas, en Vigo. Allí sus padres fundaron una cantina y un ultramarinos, donde el futuro bodeguero ya ayudaba desde pequeño. Ya desde niño, D. Mariano acompañaba a su padre a comprar vino en la zona del Condado. Poco a poco, fue asumiendo más responsabilidades en el negocio y en los años 60 comienza a pensar ya en el mundo del vino.

En 1968 empieza a comercializar su vino blanco Marqués de Vizhoja, el mismo año que nace su hijo Jorge. En esos años, D. Mariano, en su afán de multiplicar siempre el negocio, comienza a distribuir su vino.

Las primeras botellas

En esa búsqueda de relaciones comerciales, D. Mariano se cruza con el restaurante Basilio Toralla, un negocio abierto desde 1954 frente a la isla viguesa. “Me invitó a Bouzas, donde tenía su bodega donde embotellaba vino. Cuando estuve allí me quedé maravillado con el trato”, explica José Durán, propietario del restaurante vigués.

Jose Durán - Rte Basilio
Jose Durán - Rte Basilio

“D. Mariano conocía todo lo que hay que saber sobre el vino, sobre todo de los gallegos y de ahí nació una relación muy bonita de amistad, larga en el tiempo, que aún mantengo con sus hijos”, añade José, cuyo restaurante mantiene los vinos de Bodegas Marqués de Vizhoja en su carta.

“Su vino blanco Marqués de Vizhoja es el emblema de la bodega y tiene un importante valor porque dio a conocer Galicia en el mundo del vino”, explica José sobre el trabajo de D. Mariano exportando sus vinos. “Siempre dije que merecía un monumento porque fue uno de sus precursores”, añade.

Para el hostelero vigués, la innovación que transmitió D. Mariano a Bodegas Marqués de Vizhoja tiene continuidad en el presente: “sus hijos son pioneros con proyectos como las Gotas del Marqués o los licores d’Vizhoja”.

El negocio iba creciendo y D. Mariano adquiere en 1975 Finca La Moreira, sede actual de Bodegas Marqués de Vizhoja. Desde entonces, ha trabajado y ampliado su viñedo alrededor del Pazo La Moreira.

El vino de D. Mariano

Juan González, actual director general del grupo distribuidor DISBECA y J.B. Cao, conoció a D. Mariano en los años 80. Además de la especial relación personal que les unía, Juan destaca el que era su ojito derecho: su vino blanco Marqués de Vizhoja.

Juan González - JBCAO
Juan González - JBCAO

“Ahora se habla de start-ups, pero es que D. Mariano era un emprendedor hace 40 años”, explica Juan sobre el propietario de la bodega. Lo describe como “alguien a quien no le gustaban las normas, de ahí que quisiera hacer su propio vino, el vino blanco Marqués de Vizhoja, que era su niña bonita”.

Es un vino de autor, es como si fuese un cuadro que él mismo pintaba”, añade. Entre todos los aciertos de este vino, Juan subraya “el diseño gráfico tan innovador, con la hoja de parra y el rodaballo en relieve”.

A ello se suma, “quería estar fuera de las normas y así es que el vino se mantuvo fuera de la de denominación de origen Rías Baixas”. Para Juan, el mejor ejemplo de este logro “es que el vino ha permanecido en el tiempo y se sigue vendiendo con mucho éxito”.

“Creo que el mundo del vino tiene una deuda con su figura, a pesar de ser innovador y uno de los grandes impulsores del sector. No obstante, aquí estaremos los que lo conocimos para rendirle homenaje”, finaliza.

La D.O. Rías Baixas

De nuevo en los años 80, D. Mariano trabaja, junto a otras 13 personalidades del mundo del vino, en la creación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas.

Entre esas personas se encuentra Antonio Alén, sin embargo, su relación con Don Mariano se remonta a los años 70. “Mis padres tenían una bodega en Vigo, cuando su familia regentaba su negocio en el barrio de Bouzas”, explica Alén.

Entre ambos negocios había un contacto comercial, “pero también una relación personal”. De hecho, Antonio Alén funda en 1988 la actual bodega Viña Nora, pero siempre existió una fuerte amistad entre ellos. “Viajábamos mucho juntos a ferias a Madrid o a Barcelona, por ejemplo”, explica Antonio.

Respecto a los momentos iniciales de la D.O. Rías Baixas junto a D. Mariano, “fue una época difícil, dábamos palos de ciego, hacíamos vinos mediocres, pero poco a poco fuimos creciendo hasta crear la denominación de origen actual, que tiene mucho prestigio”.

“Creo que D. Mariano es un ejemplo a seguir para todos los bodegueros. Era un visionario, cuando todos íbamos con sota, caballo y rey, él utilizaba toda la baraja”, añade.

Antonio Alén
Antonio Alén

En este sentido, Antonio recuerda cuando, al establecerse que las uvas bajo la D.O. Rías Baixas serían albariño, treixadura y loureira, “D. Mariano tomó la decisión arriesgada de arrancar una variedad que ya tenía plantada, que no estaba incluida en la D.O., para plantar albariño”. El resto de los bodegueros “hubiésemos sido cobardes y lo haríamos poco a poco, pero D. Mariano siempre pensaba en hacer buenos vinos y en el futuro”.

“Son las típicas decisiones de Don Mariano, ideas arriesgadas pero que al final le salían bien”, finaliza Antonio.

La revolución de las Rías Baixas

El esfuerzo por profesionalizar el mundo del vino le serviría para que la prestigiosa enóloga, Isabel Mijares, subraye ahora: “La revolución de las Rías Baixas fue D. Mariano”. Ambos se conocen en un viaje de Mijares a Galicia, donde descubre las bodegas gallegas. “Y una de las primeras personas con las que me encuentro es D. Mariano”, explica.

“Cuando nos pusimos a catar, observó que yo tengo una forma especial de describir los vinos. Eso le encantó. Coincidimos en hacer algo para que la gente aprendiese en Galicia con ese lenguaje. No era tan fácil, en aquella época la gente o era muy técnica o no describía... Y de ahí nació una enorme amistad”, relata.

Isabel Mijares
Isabel Mijares

Mijares fue testigo de cómo se iban consolidando la D.O. Rías Baixas: “Era el inicio de la zona, ibas a una cata y desechabas muchísimos vinos por defectos. Era una pena que una gastronomía tan buena como la gallega tuviese vinos tan defectuosos aún”. “Él fue un total pionero. Tenía claro que los vinos que se hacían tenían un potencial increíble y que había que cambiar la forma de actuar”, subraya.

Precisamente, gracias al trabajo de mucha gente, entre ellos D. Mariano hizo cambiar el paradigma. “Era fiel a ferias, congresos y eventos, fue de los primeros embotelladores, por ello D. Mariano fue el polo de desarrollo del Consejo Regulador y de la Denominación de Origen Rías Baixas. Una personalidad como él es difícil de encontrar en el mundo del vino”.

El relevo generacional

Jorge Peláez ha recogido el testigo de su padre y está ahora al frente de Bodegas Marqués de Vizhoja. El actual propietario relata cómo en su familia “vivimos desde pequeños el mundo del vino, las primeras vendimias cuando éramos niños, los olores de la fermentación y de la bodega, la elaboración del vino en general”.

Jorge Peláez, presidente y propietario de Bodegas Marqués de Vizhoja
Jorge Peláez, presidente y propietario de Bodegas Marqués de Vizhoja

Sin embargo, entre las enseñanzas de su padre, Jorge destaca “lo que nos explicó sobre el mundo de la empresa, la base del marketing y la comercialización”. En este sentido, recuerda una anécdota de la primera vez que se fue al extranjero: “mi padre me dijo que, aunque no estudiara, al menos trajera buenas ideas que se puedan adaptar al negocio”.

Aunque mantienen el carácter de su padre en la firma, “seguimos creciendo cada día, buscando mantener los estándares de calidad y ser reconocidos”. Por supuesto, no se pierde la innovación que caracterizaba a su padre, “queremos seguir siendo innovadores”, señala Jorge ejemplificando con productos que llegaron hace unos años, como las Gotas del Marqués, una idea extraída desde Japón, y los Licores d’Vizhoja.

Varios compañeros del sector han destacado el ambiente familiar en las relaciones comerciales con Bodegas Marqués de Vizhoja. “Es que es muy importante. Yo no soy una persona ni de traje ni corbata, pero doy abrazos. Ayuda mucho cuando la gente nota que eres sencilla”, explica Jorge.

Ante las palabras de los amigos de su progenitor, Jorge se muestra conmovido. “Es muy emotivo oír hablar a todos estos compañeros sobre mi padre”.

Todas las personas involucradas en estas líneas han coincidido en el carisma, el don de gentes y el buen humor de Don Mariano Peláez. Su personalidad acogedora se deja ver en la cantidad de compañeros del sector del vino que también quieren contar sus anécdotas con él.

Por ello, tras esta primera entrega centrada en su vino blanco Marqués de Vizhoja y su afán por profesionalizar el sector, los amigos de Don Mariano Peláez continuarán con este particular homenaje a su figura en dos próximos artículos.