CONTENIDO PATROCINADO

La bodega de O Rosal, con el apoyo de la Universidad de Wageningen (Holanda), el CSIC y Seresco, ha desplegado drones y robots terrestres durante la vendimia, demostrando su eficacia al reducir los tiempos en la llegada de la uva recién recogida del viñedo a la bodega, lo que incide de forma positiva en la calidad. Los robots, que portan cámaras, algoritmos de inteligencia artificial (IA) y otros dispositivos, disponen de cuatro comportamientos autónomos como apoyo a la labor que realizan los vendimiadores, principalmente en las tareas más arduas: cargar, portar las cajas y trasladarlas a las instalaciones. Por su parte, los drones, dotados de cámaras multiespectrales y gracias a los algoritmos desarrollados, facilitan la inspección remota de cepas posiblemente afectadas, generando mapas de riesgo de enfermedades. Con esta información, los robots de inspección, mediante visión artificial, proporcionan datos con referencias geográficas de las zonas del viñedo específicas, en las que actúan los robots configurados para el tratamiento.

La inteligencai artificial y la robótica fueron las protagonistas de esta jornada en el viñedo de O Rosal, que pone fin a un programa europeo en el que participó, durante cerca de tres años, el grupo vitivinícola Terras Gauda. En la imagen directivos y técnicos.
La inteligencai artificial y la robótica fueron las protagonistas de esta jornada en el viñedo de O Rosal, que pone fin a un programa europeo en el que participó, durante cerca de tres años, el grupo vitivinícola Terras Gauda. En la imagen directivos y técnicos. Terras Gauda

Gestión sostenible del viñedo

Todos estos datos se registran en la aplicación web Cultiva, que permite visualizar y disponer, en una única plataforma, información muy valiosa. «Es un gran paso para la gestión sostenible de nuestro viñedo —explica Emilio Rodríguez Canas, director enológico de la bodega— y una mejora en la eficacia de todos los procesos, incorporando los últimos avances tecnológicos, que sirvan de complemento a la labor que desempeña el equipo humano».

Bodegas Terras Gauda continúa desarrollando su estrategia de innovación, «desde el convencimiento de que la investigación y el desarrollo son los mejores aliados para la sostenibilidad y herramientas necesarias para la preservación de su legado vitivinícola». Referente en el sector por su apuesta por la investigación, que es uno de los elementos que diferencian a sus vinos, desde hace algunos años busca también una gestión sostenible del viñedo optando por la inteligencia artificial, la robótica y el big data (se refiere a los datos que son grandes, rápidos y complejos que es prácticamente imposible procesarlos con los métodos tradicionales).

«La diferenciación, la sostenibilidad y la internacionalización son los tres pilares sobre los que asentamos muestra filosofía empresarial», manifiestan los directivos de la compañía, premisas que han definido la hoja de ruta en el proceso de diversificación geográfica: desde las Rías Baixas, con la bodega de O Rosal a la Denominación de Origen Calificada Rioja, donde tiene la Compañía de Vinos Heraclio Alfaro, Sardón de Duero (Quinta Sardonia) y D. O. Bierzo (Bodegas Pittacum), cuatro de las zonas vitivinícolas con mayor renombre. Presente en más de 70 mercados internacionales, el grupo bodeguero comercializa tres millones de botellas anuales.

A este acto asistieron el presidente de Terras Gauda, José María Fonseca Moretón, el vicepresidente ejecutivo, Antón Fonseca Fernández, el CEO, Enrique Costas Rodríguez, y el director enológico, Emilio Rodríguez Canas, quienes han profundizado en los resultados del proyecto, junto a João Valente, profesor en Drones, Robótica e Inteligencia Artificial en la Universidad de Wageningen (Holanda), Ángela Ribeiro, investigadora científica del CSIC especialista en Robótica e Inteligencia Artificial en el Centro de Automática y Robótica de Madrid, y Sergio Álvarez, responsable de Innovación en Seresco y coordinador del programa piloto.