La revolución de la vida sana pasa, en la era hipermoderna, por las redes sociales. Movimientos como el «Realfooding» o Futurlife21 son seguidos con fervor por miles de ciudadanos, igual que cuentas como Foodtropia, de la coruñesa Paola Freire
29 ago 2022 . Actualizado a las 22:02 h.Al todopoderoso Carlos Ríos, para algunos en horas bajas a cuenta de su alianza con la industria alimentaria, hay que reconocerle el mérito de que muchos españoles entiendan hoy la alimentación como una identidad. El suyo es sin duda el caso más mediático, pero no el único. Bioquímicas, cocineras, nutricionistas e influencers, cuentan con acólitos que basan sus menús diarios en, prácticamente, lo que dictan estos gurús. Para algunos, la línea que separa la buena intención de una conducta obsesiva es algo difusa, y por eso es importante saber quién dicta sentencia sobre las cosas del comer.
El caso del propio Ríos, creador del movimiento Realfooding —una corriente cuyos preceptos se basan en alimentarnos, en teoría, como lo hacían nuestros abuelos— es paradigmático. Arrancó en Twitter e Instagram como el azote de esos famosos que vendían su salud al diablo al promocionar productos ultraprocesados a cambio de un puñado de euros. Los followers comenzaron a caerle del cielo gracias a una doctrina que parece sencilla, pero que no acepta ni media licencia: se permite solo comida real. Ni un helado, ni un cruasán ni una pizza congelada. Esto, claro, hasta que comenzó a aliarse con multinacionales para replicar productos en principio insanos que, voilà, con su toque maestro se convirtieron casi en pócimas medicinales. Sucedió hace unos meses, desatándose una polvareda entre los nutricionistas más reputados del país que aún no permite ver el horizonte de la que, a día de hoy, es la tendencia nutricional más seguida en España.
Este país es un oxímoron: hay cada vez más obesos y, en paralelo, crece el interés por la buena alimentación. De hecho, según los resultados de un estudio de The NPD Group, España lidera el ránking de países europeos que más se preocupan por comer de manera más saludable. Así se entiende que Futurlife21 arrase en Instagram como lo hace. Basándose en evidencias científicas, las bioquímicas Elena Pérez y María Hernández-Alcalá —madre e hija— acumulan más de medio millón de seguidores en esta red social, muchos de los cuales les agradecen a diario que han conseguido cambiar sus hábitos en la cocina, y que desde que son «Futur», la vida les va mucho mejor. Esto consiste, por ejemplo, en echar mano de unas futurempanadillas, una futurlasaña o un colirroz. En términos generales son poco o nada amigas de los ultraprocesados, de harinas refinadas o del azúcar, y basan su método de alimentación en ofrecer alternativas saludables y atractivas para comer bien sin renunciar al sabor.
Alrededor de la marca Futurlife21 han creado todo un imperio: tienen tres libros publicados, ofrecen cursos y eventos para particulares y empresas, y hasta han llegado a tener un córner con sus elaboraciones en un hotel de Cádiz.
La nutricionista Blanca García-Orea es, para casi 700.000 personas, el oráculo de lo que está bien y lo que está mal en materia de alimentación. Que, como las chicas de Futurlife21, esta especialista ofrezca una imagen que rezuma salud y bienestar, seguramente ayude a que sus pupilos quieran seguir a rajatabla sus consejos. Con varios libros publicados —Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes fue una auténtica revolución— su cuenta de Instagram parece un vademécum alimentario. Ofrece a diario información sobre intolerancias, hormonas, dietas o gases y muchas de las recetas que prepara en su día a día, como los gofres de calabacín, un plato que se hizo viral nada más ver la luz.
Gracias a cuentas de divulgación como la de esta experta, muchos han conseguido mejorar sus rutinas y, sobre todo, entender por qué es tan importante lo que entra en nuestro cuerpo.
Aitor Sánchez está especialmente preocupado por hacer de esta cuestión su modus vivendi. Bajo el paraguas de Mi Dieta Cojea —blog, cuenta de Instagram y Twitter—, este nutricionista y tecnólogo alimentario comparte su sabiduría en prensa, televisión y medios digitales —un chico 360, que diría Paquita Salas— porque, como adelantábamos, estos expertos son las nuevas celebrities. Saber qué tapa engorda más, conocer si realmente son saludables las bebidas vegetales o si es posible plantear un menú semanal económico que no atente contra nuestras arterias, es ahora una cuestión mainstream. Aunque las tasas de sobrepeso digan lo contrario.
Criada entre caldo gallego, merluza en caldeirada y tortilla de Betanzos, Paola Freire se hizo un nombre en Instagram en pleno confinamiento. Su cuenta, Foodtropia, creció de manera exponencial en la primavera del 2020, cuando el hastío del encierro hizo que a muchos les picase el gusanillo de la cocina. Incluidas un buen puñado de famosas, que se dedicaron a compartir en sus redes los platos de esta, entonces, abogada coruñesa.
De su afición logró hacer su profesión, formándose como chef en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu y comenzando a impartir talleres y cursos de cocina. Además, publicó su primer libro, tiene otro en camino e incluso está previsto que lance su propio aceite. La marca Foodtropia es sinónimo de calidad y mesura, y un filón para infinidad de marcas, que quieren trabajar con Paola.
Paula Ordovás sabe lo que es la mesura, pero se reconoce una chica de extremos, y de ello da buena cuenta su Instagram. Muy conocida por su faceta fitness, esta influencer muestra a diario sus comidas, prácticamente todas de color verde, y donde las verduras y las frutas son las protagonistas. Tanto que hace unos meses generó infinidad de memes una bodegón hecho pizza que hasta incluía limón. Para algunos, sus hábitos alimenticios sobrepasan el límite de lo adecuado por ser demasiado estricta y ortodoxa con los alimentos y el tipo de platos que consume. Sin embargo, tiene más de medio millón de seguidores en su cuenta personal y 65.000 en la que tiene de recetas. Además, engrosa sus arcas con el servicio de delivery que tiene de la mano del chef Dani García, donde pone al servicio de los españoles sus platos más saludables. En breves abrirá en Marbella Casa Manuela, donde la cocina también tendrá un papel fundamental.