Aquí se come como un rey: restaurantes de las Rías Baixas a los que podría volver Juan Carlos I
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Algunos de los templos gastronómicos del emérito están en Galicia. Amante del marisco, cuando llega a la comunidad tampoco perdona la cocina de vanguardia
20 may 2022 . Actualizado a las 17:49 h.El agua moja, el fuego quema y la gente que vive fuera de su patria echa de menos a la familia y la cocina de su casa. Juan Carlos I volvió esta semana a España tras casi dos años en Abu Dabi, y los aires del Atlántico fueron los primeros en recibirle. Llegó a Sanxenxo y entre vítores de «viva el rey!» preguntó por la gastronomía local y, en concreto, se interesó por los pimientos de Herbón. En mejores tiempos, el emérito hacía un hueco en cuanto podía para acercarse a las Rías Baixas a disfrutar de las bondades de la dieta atlántica, pero la distancia obligada no ha hecho más que incrementar las ganas del exmonarca de dejarse deleitar por uno de los mayores placeres de cualquier mortal: la buena mesa. Antes de reunirse con Felipe VI el lunes en Madrid, quizás repita en alguno de estos restaurantes, sus favoritos en la comunidad.
D'Berto (O Grove)
SI hay un local que previsiblemente visite Juan Carlos I estos días en Galicia, ese es D'Berto. Considerado el mejor restaurante de marisco de España, comenzó siendo una churrasquería en 1989. Este restaurante de O Grove se ha hecho un nombre por alimentar a base del mejor producto de la costa gallega a lo más granado del panorama social y económico de nuestro país, familia real incluida. El emérito solía acudir a este local en temporada de regatas y en alguna ocasión compartió mesa con el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, y Pedro Campos, precisamente el anfitrión del rey estos días en Galicia. Se sabe que en este local disfruta de los percebes y la palometa roja.
La Taberna de Rotilio (Sanxenxo)
En pleno puerto deportivo, el Hotel Rotilio tiene uno de los restaurantes que más agradan al exmonarca en Sanxenxo. Abrió en 1973 y es uno de los referentes gastronómicos de O Sanés. La Guía Repsol destaca su caldeirada de rape, la empanada y los emparedados de camarones. Los postres son un imprescindible para todo el que pone un pie en este local, en particular, el helado de queso con membrillo.
Rocamar (Baiona)
Felipe VI, su padre y su abuelo conocen las bondades de este restaurante de Baiona que, ya adelantan, todavía no saben si recibirán la visita de Juan Carlos I en esta ocasión. Se trata de una marisquería tradicional cuya única misión es preparar de la mejor forma el mejor producto. Julio Iglesias, por cierto, es otro de los devotos de este templo gastronómico.
Casa Checho (Illa de Ons)
En el 2000 se organizó en Sanxenxo la presentación del mundial de cruceros que se iba a celebrar en Cerdeña, y ahí estaba Juan Carlos I para ejercer de anfitrión. Durante este paso por Galicia, el entonces (y ahora) alcalde de este concello, Telmo Martín, se lo llevó a la illa de Ons para que supiese lo que es bueno: el pulpo de Casa Checho. Esta casa de comidas es hoy un icono culinario sin pretensiones que, de hecho, pasa inadvertido para los visitantes de la illa de Ons, hasta que prueban ese pulpo de medalla de oro y la empanada.
Culler de Pau (O Grove)
El toque de distinción y vanguardia en Galicia el rey emérito lo pone en Culler de Pau. Es el único dos estrellas Michelin de la comunidad y su chef, Javi Olleros, postula como candidato a convertirse en el mejor cocinero del mundo. Con una cocina muchísimo más conceptual de la que acostumbra a disfrutar Juan Carlos I, pero con las raíces gallegas siempre presentes, su menú oscilan entre los 100 y los más de 200 euros.
