«Masterchef Celebrity 6», en A Coruña: «¿Hemos hecho algo bien en este cocinado?»

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El preludio del desastre fue la imagen de Bustamante corriendo de la rosa de los vientos hacia la torre de Hércules para dirigirse a la plaza de Lugo

05 oct 2021 . Actualizado a las 12:11 h.

Solo faltó que alguien culpara a las meigas. Ese programa de cocina en el que todo importa menos la cocina, llegó anoche a la ciudad herculina y coló así el mentadísimo sabor atlántico en las casas de esos tantos españoles que disfrutan cada lunes viendo enloquecer a Verónica Forqué. El caso es que Masterchef Celebrity dejó un sabor agridulce a los gallegos en general, a los coruñeses en particular y, muy concretamente, a aquellos que lucen morro fino. El destrozo que le hicieron a las épicas mezclas de sabores de Luis Veira (hay que tener un don para que te salga bien el mix de café, sardina y vaca) lo encajaron como pudieron los muy educados comensales que fueron asaltados por Samantha Vallejo-Nájera; aunque las caras, Juan, las caras, eran todo un poema. 

Políticamente correcta, claro, la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey, valoró positivamente el steak que el equipo azul preparó para los 80 comensales que fueron invitados por el programa de la cadena pública para ejercer de jurado. Fue la única. A partir de ahí, todo quejas. Que si uno no encontraba patata de Betanzos en su plato, que si otro decía que lo mejor del postre era el albariño (albariño Masterchef, que ya no les queda palo por tocar). Ya había lanzado la pregunta al viento del nordés Pepe Rodríguez cuando los celebrities estaban terminando la faena: «¿Hemos hecho algo bien en este cocinado?», pues más bien poco. De hecho, minutos más tarde definió esta prueba de exteriores como «desastrosa».

Raro habría sido lo contrario teniendo en cuenta la ensalada que los concursantes llevan servida de casa. La lucha de egos y el gusto por seguir reflejando arquetipos (una técnica que siempre le funcionó al programa hasta que llegó el controvertido Flosie), desde la señora chalada, hasta el cubano sexualizado, pasando por el gay promiscuo; todo mientras un imberbe no deja de rapear), hacen difícil que nadie pueda concentrarse. Parece que solo Terelu, otrora carne de aquí, estaba en el monte de San Pedro acolá, dedicada ciertamente a los fogones. Y por si esto fuese poco, llegó un anisakis y parió la abuela. Bien hizo Jordi Cruz en recordar que, bien cocinado, este parásito deja de suponer ningún riesgo para el consumidor, porque bastante habían tenido en la plaza de Lugo, de donde salió la merluza «fresquísima y de excelente calidad», apuntó también el chef, pero con sorpresa, con los cánticos que les dedicó Bustamante. Raro es que llegase a su destino el cantante, que salió escopeteado de la rosa de los vientos hacia la torre de Hércules para comprar 35 kilos de pescado en el mercado más famoso de la ciudad.