«Para o meu fillo de cinco anos un porco non é un alimento. É tan difícil respectalo?»

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M.MORALEJO

La viguesa Rebeca Bande reclama, a través de una comisión de comedores, que se respete la decisión ética de los menores veganos en los colegios públicos

27 ene 2020 . Actualizado a las 23:03 h.

Rebeca Bande dejó de comer carne en la adolescencia tras ir de excursión a una granja. Pero no fue hasta hace ocho años que abandonó el pescado, iniciándose así en la dieta vegetariana. El cambio definitivo llegó, sin embargo, cuando se quedó embarazada. «Volvínme unha friki da alimentación», comenta, para acabar explicando que desde entonces es vegana. Sus hijos, de 5 y 7 años, no tendrán que pasar por esta transición porque nunca han probado la proteína animal. «Na miña familia somos todas veganas, e para nós un animal non é un alimento; non todo o mundo respecta esta idea, ¿é tan difícil?». Cuando esta viguesa de 37 años habla en genérico se refiere, particularmente, a aquellos que ponen trabas para que su hijo menor pueda tener acceso a un menú vegano en su colegio público. El caso de su hijo mayor es diferente, pues al pequeño sí le permiten acudir a la escuela con la comida de casa. Insiste: «Ser vegano non é unha moda, é unha decisión ética que en Galicia comparten centos de familias».

Desde hace meses lucha a través de distintas vías por cambiar las tornas: las redes sociales son un gran aliado, igual que la plataforma change.org, pero sobre todo quiere normalizar la situación de las familias veganas desde el seno de la comisión de comedores de Foanpas, la asociación que gestiona los menús del centro educativo donde estudia su hijo menor, y también una veintena más de colegios. «Os nenos veganos deben estar nas mismas condicións de igualdade que calquera outro neno», reivindica; y menciona el artículo 14 de la Constitución — «todos somos iguales ante la ley»— para avalar su petición. El muro con el que se encuentra Bande es difícil de franquear, pues la Consellería de Educación tiene muy clara su postura. «O menú será único para todos os usuarios do comedor escolar, agás nos casos de alumnos que padezan calquera tipo de intolerancia ou alerxia alimentaria, xustificada mediante certificado médico», puntualizan a La Voz.

Crítica a los ultraprocesados

Mientras, Bande dice que recoge a su hijo a las cuatro de la tarde con un táper porque con lo que puede comer en el colegio es insuficiente. Además, comenta que el hecho de llevar una dieta basal no implica, necesariamente, que los menores estén mejor nutridos. De hecho, lo pone en duda: «Na era dos ultraprocesados moitos nenos almorzan galletas con chocolate ou donuts, e despois toman unha hamburguesa. Nós tomamos leite con améndoas e tostadas con aceite, froita a media mañá e un plato de lentellas para comer, por exemplo; ¿é isto malo?»

Ante la pregunta de si se ha planteado justificar con el aval de un médico que su hijo está sano, dice que no ha conseguido que «ningún pediatra  se atreva a certificarme que o meu fillo goza de boa saúde. É un tema que causa moita controversia», afirma. Además, Bande pide que se respeten los motivos éticos que llevan a su familia a no comer carne de la misma manera que se hace con las cuestiones religiosas. «Coas intolerancias se cobren os motivos relixosos e se fai a vista gorda. Moitos musulmanes teñen un menú sen porco e é fantástico, pero os motivos éticos hai que telos en conta».