A los españoles no les gusta la pizza

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Las compañías líderes en nuestro país huyen del plato típico italiano en pro de combinaciones que incluyen nachos, pulpo o crema de calabaza. Contrasta con el hecho de que en España solo tres restaurantes están acreditados como locales donde se sirve pizza auténtica

29 oct 2020 . Actualizado a las 10:40 h.

Se ha ido de madre. Es ver un lienzo en blanco y empezar a crear, llegando a resultados de dudoso criterio estético y culinario. Las pizzas que se consumen en España, tanto las que preparamos en casa tras haber vaciado la nevera como las que pedimos a domicilio, son un manjar de dioses, sacian nuestras ansias de gocherío y nos permiten perder el menor tiempo posible entre capítulo y capítulo de la serie de culto del momentoAhora bien, se parecen tanto a un plato italiano como un huevo a una castaña. Las finas y cuidadísimas masas del país de la bota, adornadas con seis ingredientes de primera calidad  se blindan ante las excentricidades. Tomate, queso mozzarella, albahaca fresca, sal, pimienta negra y aceite de oliva son los únicos elementos que se permiten en la clásica pizza napolitana. Aunque esta variedad sea prácticamente un rara avis en España. Y, a tenor de los datos de consumo (es el segundo plato que más veces cenamos, solo por detrás de la ensalada verde), esto nos importa más bien poco.

Mientras en nuestro país solo existen tres restaurantes que cuentan con el sello de Especialidad Tradicional Garantizada (ETG) otorgado por verdaderos pizzaioli, las pizzerías se inclinan por incorporar elaboraciones del todo ajenas al original. De la imposible pizza con bordes de perritos calientes (sí) a alguna que sustituye el tomate por crema de calabaza, queso de Arzúa, langostinos, pulpo y grelos. Como mínimo, atrevida. Por cierto, puede encontrarse en Galicia, concretamente en A Coruña. De este mal endémico tiene buena parte de la culpa las principales cadenas distribuidoras de pizza. El número uno en España, Telepizza, es líder indiscutible en producción y venta gracias a variedades como la que incluye nachos paprika o la Tele pizza Burger, que lleva nada menos que queso cheddar, carne de vacuno, tomate y pepinillos; cubierto todo esto por una masa con topping a base de mozzarella, bacon y salsa especial. Una bomba calórica por la que muchos suspiran.

Estos platos van a rebufo de la receta de pizza americana, totalmente distorsionada. En Estados Unidos no solo la masa es extremadamente gruesa (llega a tener miga), la cantidad de queso se duplica y nadie le pone límites a la creatividad a la hora de poner ingredientes. El menos es más no es una línea de pensamiento que tengan pensado implementar en sus cocinas los norteamericanos. De hecho, el programa Crónicas Carnívoras puso de moda retos en Estados Unidos, que llegaron a Galicia, en los que auténticos devoradores eran capaces de ingerir pizzas de casi tres kilos.

Por eso, y como a veces es es tentadora su propuesta, Domino's triunfa como lo hace en España. Esta compañía, que precisamente procede de tierras del tío Sam, es ya el competidor más cercano de Telepizza en nuestro país. Sus propuestas, con salsa Bourbon y chmichurri, pollo a la parrilla o maíz, no son nada sin sus bordes de distintos tipos de quesos, uno de los principales atractivos de estas creaciones que abochornarían incluso al menos ortodoxo de los italianos.

Las congeladas y sus ¿ingredientes?

No se puede hablar de pizzas, sobre todo de las menos auténticas, sin hacer mención a las congeladas. Esa fantasía de domingo que suele estar repleta de azúcares y aditivos varios, y en algunos casos no lleva ni los propios ingredientes que se les presupone. Las pizzas Palacios, sin ir más lejos, no indican en su etiqueta que contenga queso, sino que en su lugar indican «contenido graso». Lo mismo sucede con las pizzas Campofrío, unas de las más caras y vendidas del mercado. Misterios de la vida, uno cree estar viendo jamón encima de la masa pero la etiqueta indica tan solo «carne de cerdo». Mejor no preguntar.