Las galletas moscovitas, de la confitería asturiana Rialto, se preparan para ser el éxito de estas fechas, también, en las sobremesas gallegas
17 dic 2018 . Actualizado a las 16:33 h.Aún con un nombre que, sin duda, da lugar a confusión, no hay que irse a la lejana Rusia para paladear esta especie de tejas de chocolate y almendra Marcona. De hecho, ni siquiera hay que hacer kilómetros hasta las tierras de don Pelayo (de donde son originarias y continúan elaborándose) para disfrutar de un manjar artesanal, de esos de toda la vida. Las galletas moscovitas se pueden encontrar en tiendas gourmet de Lugo, A Coruña y Pontevedra. No es para menos, pues Galicia es, después de Asturias, la comunidad que más demanda este dulce que genera auténtica adicción. ¿Cuál es su secreto?
Como explica el ovetense Francisco Gayoso, actual propietario de la confitería Rialto, que va por la cuarta generación, «su pasta fina gusta a todo el mundo porque no empalaga y son muy atractivas para los que les gusta el dulce y para los que no». Además, añade el responsable de un negocio familiar que ya da empleo a 45 personas, «el hecho de que sean artesanales, y se hagan de una en una con una manga pastelera, y se bañen también a mano, se nota y el cliente lo disfruta».
El misterio alrededor del nombre de estas tejas que Rialto no tardó en registrar cuando observaron que empezaron a surgir imitadores, parece que no va a ser desvelado por el momento. Gayoso afirma que todo lo que conoce son leyendas, y dice que ninguna teoría es fehaciente. «Hay libros de los años 50 que hablan de un confitero que trabajaba con mi abuelo que estuvo en la guerra y volvió a Asturias con la receta apuntada en un papel; pero mi abuelo murió joven y, la verdad, es que no puedo decir al 100 % que esto sea cierto». En cualquier caso, el halo de misterio solo aumenta las ganas de probar el manjar.