Vuelve a comprar como antes

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GONZALO BARRAL

La venta de productos a granel crece en los ámbitos urbanos unida a una mayor conciencia por el medio ambiente y la preocupación por el origen de los alimentos

24 oct 2018 . Actualizado a las 10:28 h.

El slow food compite con el e-commerce. Para entendernos, los productos de kilómetro cero le echan un pulso a la revolución digital de los algoritmos. Frente a los supermercados personalizados que conocerán mejor que el cliente sus preferencias (las grandes superficies recopilan los datos de las compras on-line con el propósito de personalizar la experiencia de compra), el gusto por pagar por peso o de envolver unas lentejas en un material distinto al plástico ha resucitado. De la misma forma que Amélie Poulain cultivaba pequeños placeres como hundir la mano en un saco de legumbres, los consumidores de la era digital quieren experimentar compras como las antes.

Esta tendencia se está traduciendo en nuevos establecimientos comerciales. No ofrecen espacios inmensos con plazas de aparcamiento, ni compras sin cajeros donde el pago es con sensores a través del móvil, caso del Amazon Go de Seattle, pero sí diversidad, calidad y productos que casi se pueden palpar, como los que disfrutaba testando la protagonista de la película francesa. «Tenemos harinas, pastas, especias, legumbres, frutos secos, frutas deshidratadas, tés e infusiones, arroces, semillas... muchos son ecológicos. Nuestros clientes se preocupan por la procedencia y la manipulación de los alimentos que consumen», cuenta Guadalupe Ferreirós Otero, gerente de O Recuncho do Granel, en A Coruña.

Un negocio que resucita

La suya es una de las tiendas abiertas en Galicia especializadas en la venta por peso, sin embalajes plastificados, sino con la mercancía dispuesta en sacos o bandejas. «Llevamos desde el 2015. Hoy en día están abriendo más comercios similares. A la gente le llama la atención el colorido, los aromas y la gran variedad de productos», explica Guadalupe. En la misma calle donde está ella hay otras dos tiendas vecinas dedicadas a venta a granel. «En la medida de lo posible, elegimos productos de origen local, aunque no siempre se puede», admite.

La proliferación de este tipo de establecimientos, cree convencida, va ligada a un cliente concienciado con el consumo sostenible. También, con la calidad. «Nuestros productos se podría decir que llegan de la huerta a la mesa, sin ningún tipo de proceso intermedio o el mínimo necesario. Además, hay muchos usuarios que, por problemas de salud, no pueden tomar sal y encuentran en estas especias un sustituto», apunta Guadalupe.

Las estadísticas de consumo reflejan que esta percepción no es solo una moda pasajera. La venta de productos orgánicos y frescos en grandes superficies crece. Un 4 % este año en Reino Unido. Las grandes superficies se apuntan a lo biosaludable, como en su día se hicieron un hueco con la venta de productos frescos, antes exclusivos de mercados y plazas. Carrefour, por ejemplo, ha comprado la cadena francesa de tiendas ecológicas So.bio.

El súper del futuro

«Estamos tirando toneladas de alimentos a la basura. Se acumula stock que no se consume a tiempo y que genera una ingente cantidad de residuos. Por el producto en sí y por sus envoltorios, donde reina el plástico», destaca Pep Valls, fundador de la empresa de innovación Evvo Retail. Está desarrollando uno de los prototipos del súper del futuro. Lo han bautizado como SuperLab y en él los alimentos a granel, que «se puedan experimentar», serán uno de los protagonistas. «Contará con muestras, por si el usuario quiere probar y encargarlas. El objetivo es desperdiciar menos comida y, al mismo tiempo, contaminar menos», incide Pep Valls. «El consumidor prefiere llevar la cantidad que va a comer en cada momento y no abarrotar su despensa de paquetes de plástico empezados. No todas las familias son grandes y por el precio de un paquete en un supermercado se llevan otros más pequeños de diferentes productos. Además, no disponemos de bolsas de plástico, solo de papel reciclado. Cada vez son más los que traen sus envases, sus botes o sus bolsas de tela», destaca Guadalupe.

Al mismo tiempo que en las ciudades gallegas se impondrán modelos que ya triunfan en urbes más grandes, como los grocerant, los supermercados con restaurantes, la tradición por comprar como antes se está haciendo un hueco. «Viene desde gente mayor a chicos muy jóvenes», subraya satisfecha Guadalupe.