Sacando colores a lo mejor del mercado

BEA ABELAIRAS JOSÉ PARDO

CRÍTICAS GASTRONÓMICAS

JOSE PARDO

17 dic 2018 . Actualizado a las 16:51 h.

Gonzalo Barcia pasó muchos años ante los fogones de un clásico del Cantón de Ferrol y desde la pasada Semana Santa cuenta con un local propio a pocos metros. El cartel lleva su apellido: A Barcia. Una declaración de intenciones para un local en el que cada día él junto a su compañera, Ainhoa Díaz, y el resto de equipo de sala se vuelcan con los comensales. Hasta la calidad del sonido de la música ambiente está cuidada en un espacio que ofrece platos de inspiración asiática, como el yakisoba (fideos chinos) o un ssam (receta coreana), aunque con ingredientes locales y de altura. En la cocina de Gonzalo también se preparan recetas tradicionales, como las carrilleras o el codiciado rodaballo salvaje, que personaliza para cada comensal. Incluso existe la posibilidad de interactuar y que el cliente remate un revuelto que se lleva a la mesa en cazuela. Sucede lo mismo con otros platos en los que cuidadas salsas se sirven sobre calamares y otras delicias de la ría. Y todo en un ambiente acogedor y con decoración vintage. Por si fuera poco, la carta ofrece sorpresas a diario, como unas croquetas de callos o bocadillos calientes elaborados, que se presentan de la forma más original y colorida.

Los postres son caseros y se pueden combinar. De hecho, la cocina prepara fuentes golosas para probar varios. Los precios contenidos son otro de los extras de un bar restaurante con cocina abierta casi todo el día, perfecto también para comidas de picoteo.