El restaurante más bonito del mundo está en España y lo diseñó un gallego

SABE BIEN

Leña, el «steak house» que Dani García tiene en Marbella ha sido reconocido como el local más espectacular del planeta. Lo han creado, mano a mano, un lucense y un jordano

16 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Que el chef Dani García sea un alma libre le vino a Óscar Engroba que ni pintado. El cocinero, que cerró su restaurante homónimo situado en Marbella 22 días después de recibir la tercera estrella Michelin, comentó que iba a dedicarse a una «cocina más cercana». Dicho y hecho, entre las nuevas ideas que ha materializado se encuentra Leña, un steak house que difiere, más en contenido que en continente, de un local de alto copete. Sobre todo porque el muy vanguardista diseño de este local, también anclado en esta ciudad malagueña, le ha valido el premio al restaurante más bonito del mundo en los Restaurant & Bar Design Awards 2021. Detrás de este galardón están un lucense y un jordano que un día, en el prepandémico 2019, se liaron la manta a la cabeza gracias a los pálpitos de este cocinero andaluz.

Nada más arrancar Astet, el estudio creado por Engroba y Ala Zreigat, el equipo de Dani García les contactó para que se encargasen de unos proyectos que acabarían siendo Bibo (Tarifa) y Lobito de Mar (Madrid). «Entonces solo habíamos hecho un hotel bajo nuestra responsabilidad por eso fue increíble que confiaran en nosotros, no teníamos aún una carrera sólida, pero nos dijeron que les gustaba lo que hacíamos y mira ahora». Efectivamente este arquitecto, cabeza visible de un equipo internacional en el que también están la lucense María Engroba, directora de producción, y la ourensana Pilar Soto, arquitecta e interiorista, aún no se lo cree. Es lógico, Astet se batió en duelo con un centenar de locales de todo el planeta en los que comunmente se conocen como los Oscar del diseño de restaurantes.

Una sinergia

Con 36 años, Engroba explica que cuando fundó este estudio en Barcelona, tanto él como su socio solo querían poder ejecutar las ideas que tenían en la mente. «Y aquí lo hicimos sin duda. De la mano del chef y su planteamiento inicial, que era que la imagen de Leña reflejase lo que el comensal se va a encontrar en la mesa, se pusieron manos a la obra. Casi literalmente. «Fuimos trabajando en paralelo con la creación del concepto gastronómico y la ejecución de la carta: la propuesta cromática, los materiales, se iban decidiendo mientras se definían los platos y sabores». Usa la palabra de moda, sinergia, para definir el resultado final de un restaurante en el que Dani García aplica técnicas de vanguardia a una morcilla, una sobrasada o a unas habas de soja.

«Todo gira en torno a la naturaleza, a la idea del fuego, a los troncos. Y así delimitamos los materiales y nos centramos en diferentes maderas, latones... También fue fundamental el color negro, representado en diferentes texturas». Todo esto, añade, para ofrecerle al cliente la mejor experiencia, pero también al trabajador, parte fundamental de este entramado.

Respecto a si hay un denominador común a la hora de plantear el diseño de un restaurante, este arquitecto lo tiene claro: «Que haya un hilo del cual tirar, una idea». Pero también hay un denominador común que juega en contra en este terreno: el tiempo. «Es el factor que más nos condiciona porque muchos locales ya tienen un momento concreto de apertura y nos tenemos que adaptar, pero es cierto que en nuestro caso, como teníamos un gran equipo detrás, todo ha salido bien».

La fuente de inspiración para crear este restaurante, que reconoce Engroba tiene como punto fuerte el techo, lo que más llama la atención, ha sido un conjunto de imágenes y a la vez ninguna. Y que no necesariamente han puesto el foco en restaurantes para tomar ideas. Aún así, asegura que si tuviese que plasmar algún concepto gastronómico no tiene dudas: «El Noma de Copenhague me parece una pasada», culmina.