¿Te beberías un Martini de hace cuarenta años?

SABE BIEN

MARCOS MÍGUEZ

¿Eres millonario y no lo sabes? Aunque la mayoría no deberían evolucionar embotelladas, muchas bebidas ganan prestancia (y cotización) con el paso de los años. En Galicia, quien tiene un galpón con botellas podría tener un tesoro

24 feb 2021 . Actualizado a las 10:47 h.

O no. Porque, como en los demás ámbitos de las antigüedades, la edad no es sinónimo de calidad. El whisky, el armañac, el ron y las infusiones o destilados de múltiples botánicos son las joyas de la corona. Pero también en esas familias, el que no se cotizaba en su época de lanzamiento seguirá sin valor por muchos años que pasen. Sin embargo, las circunstancias han hecho de Galicia uno de los paraísos para los buscadores de tesoros embotellados. Con la ayuda de Pablo Mosquera, experto en tasar este tipo de reliquias, podremos intuir si esa botella del abuelo que apareció en el fayado nos retirará o, simplemente, nos dará una noche de satisfacción (o una mañana de lamentos). «Las dos grandes claves son: tener un buen producto y encontrarle el cliente adecuado; y no tener algo mediocre pensando que vale su peso en oro».

¿Por qué en Galicia?

«Aunque poca gente lo sepa, es una potencia en licores antiguos y raros, debido a una mezcla de factores: las costumbres de posguerra con la construcción de infraestructuras por toda la comunidad, la estrategia de algunas empresas para abaratar costes de producción e importación estableciendo fábricas en España y el afán inigualable de buscarse la vida en el extranjero. Nuestros ancestros trajeron consigo de la emigración tesoros líquidos para el disfrute aquí con la familia», explica Pablo Mosquera.

¿Cómo debe estar la botella?

«No por ser viejo vale más. Influye la conservación, la evaporación y la demanda. Las ginebras, vodkas y whiskis blended apenas se solicitan. Los destilados embotellados con corcho han de estar acostados y con su caja original», describe. «La botella debe estar perfectamente etiquetada y cerrada con los sellos originales», añade.

Whisky, el rey

«Esos canecos tan vistosos que el abuelo se trajo de estraperlo de Altamar, por desgracia, son porosos y seguramente el whisky esté evaporado», apunta. Los single malt y los japoneses son los más valorados. «Es muy poco probable que tengas un Speyside de The Macallan de 1926 (1,35 millones de libras), pero una botella de 1983 de 18 años alcanzará fácil los 1.500 euros», señala.

Ron hispano y agricole

«Marcas que ya no se fabrican, pero cuyo sabor es tan diferente al de hoy, especialmente el cubano... De la época de Batista pueden alcanzar los 1.500 euros. Si es agricole (se destila del guarapo de la caña de azúcar en vez de la melaza), demandado en Francia y Alemania, pueden llegar a los 2.000 (añejos de Martinica, Guayana, Jamaica...)», afirma.

Bitters y amaros 

«Cynar, Campari con cinchona y cochinilla natural (muy demandado por bartenders anglosajones), Amer Picon, Martini... son muy apreciados por los profesionales, por su espectacular sabor, tan diferente a la receta actual», explica.

Chartreuse de Tarragona, una joya

«En 1605, el francés Duc d'Estrées entregó a los monjes cartujos el elixir de la larga vida, de 71 grados, que comercializaron desde 1737. En 1909, son expulsados de Francia y se asientan en Tarragona, donde siguieron elaborando su bebida, pero con base de caña de azúcar. Hoy es una de las joyas mas demandadas del mercado. Un Gruño vale unos 900 euros, un La Fabiola, 600», dice Mosquera.

Cognac, Armañac, Calvados

«Gran valor sentimental, pero a la baja en el mercado, salvo contadas excepciones como el Remy Martin Louis XIII o el Château de Laubade de 1921, que vale 2.500 euros», concluye.