Guía Michelin: Galicia no logra romper la barrera de las once estrellas

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Ni Casa Solla ni Culler de Pau consiguen la ansiada segunda estrella, tampoco entran restaurantes nuevos en la lista. La comunidad lleva tres años consecutivos sin ver crecer el número de locales galardonados

21 nov 2019 . Actualizado a las 11:11 h.

No estuvieron y, al parecer, tampoco se les esperaba. Los mejores cocineros gallegos no recibieron invitación para asistir a la gala de presentación de la Guía Michelin 2020, que se ha celebrado en Sevilla. Un mal augurio que se materializó al conocerse que la comunidad continúa sin romper la barrera de los once brillos. En los últimos dos años no ha habido movimientos en el número de locales premiados por el prestigioso manual francés —desapareció en la pasada edición el de Alborada (A Coruña) por cierre, pero Lucía Freitas consiguió una estrella para A Tafona (Santiago)—. Así las cosas, continúan con su galardón este local compostelano, Árbore da Veira (A Coruña), As Garzas (Malpica), Retiro da Costiña (Santa Comba), Casa Marcelo (Santiago), Yayo Daporta (Cambados), Maruja Limón (Vigo), Nova Restaurante (Ourense), Pepe Vieira (Poio), Casa Solla (Poio) y Culler de Pau (O Grove). Ni uno más ni uno menos; y eso que los más optimistas seguían pensando que a alguno de los tres últimos locales mencionados podría caerle por fin esa segunda presea que en la historia de la Guía Michelin aún no ha rozado Galicia.

Que la relación del manual rojo y la comunidad gallega esté en tablas no es ni mucho menos motivo de júbilo. No solo porque parece que la gastronomía de la esquina noroeste peninsular, cada vez más apreciada, vaya por un lado y la guía francesa por otro; sino porque fuentes cercanas a la Guía Michelin han revelado a La Voz que la comunidad ha tenido, casi, hasta suerte. «Hay dos restaurantes que pendían de un hilo, pero los inspectores son hermanitas de la caridad. Para quitarle a un restaurante una estrella tiene que hacerlo fatal», afirman.

Un nuevo tres estrellas

Mientras Galicia se aleja de estar, al menos para los expertos del manual, en la cumbre de la cocina española —es la única comunidad que no tiene dos estrellas, junto a Aragón y Castilla y León—, otras zonas disfrutan de las mieles del éxito. Es el caso de Cantabria, que está de celebración gracias a que el Cenador de Amós de Jesús Sánchez (Villaverde de Pontones) ha conseguido entrar en el selectísimo grupo de los triestrellados. Solo doce restaurantes en España —Akelarre, Arzak o DiverXO son algunos de ellos— forman parte de un club que en el mundo tiene 136 miembros. Hasta el sábado, uno de esos exclusivos restaurantes era el establecimiento homónimo que Dani García tenía en Marbella. Tras dar por concluida una etapa, el televisino chef dejaba a Andalucía casi huérfana de restaurantes que ostenten la máxima calificación de la Guía Michelin. No obstante, además de continuar en este grupo Aponiente (Cádiz) de Ángel León, el disgusto por la pérdida será más llevadero gracias a los dos macarons que acaban de conseguir Noor, de Paco Morales (Córdoba); Skina, de Marcos Granda (Marbella) y Bardal, de Benito Gómez (Ronda). Estos chefs comparten triunfo con Quique Dacosta, que también obtiene una segunda estrella para su restaurante El Poblet, en Valencia. Igual que Jordi Cruz con su restaurante Angle (Barcelona).

Entre algunas de las novedades de esas casas de comidas que sí lucirán brillo este año se encuentran Iván Cerdeño (Toledo), Damajuana (Jaén), La Biblioteca (Pamplona), La Salita (Valencia), Los Guayres (Gran Canaria) o Magoga (Murcia). Bien repartidas las nuevas estrellas. La mayoría fueron a parar a restaurantes regentados por jovencísimos chefs que, seguro, tienen como referente a Martín Berasategui. El genio de los fogones, por cierto, se llevó dos galardones: uno para Ola (Bilbao) y otro para Fifty Seconds (Lisboa). Tiene ya 13 estrellas en su haber.

Lugo no logra que ningún local de la provincia consiga una estrella

La gastronomía de Lugo no consigue este año librarse del lastre de continuar en la lista negra de la Guía Michelin. Desde que el manual francés reparte estrellas en Galicia —la primera se la llevó el Palace Hotel de Vigo en 1930— esta es la única provincia de la comunidad que nunca ha logrado uno de los preciados «brillos». Pero más allá de las tierras de Breogán hay provincias en la misma situación. Comparten club Palencia, Granada, Badajoz y Ávila. Gran Canaria y Ciudad Real cambiaron ayer las tornas.

Lugo, para más inri, tampoco tiene en la actualidad ningún restaurante incluido en la guía Bib Gourmand, donde el manual encaja esos locales que considera de calidad y cuyo tique medio no supera los 35 euros.

Poniendo el foco en el resto de Galicia, Ourense, que desde el 2015 tiene un macaron gracias al restaurante Nova, ha estado muchos años sin locales con distinción. A Coruña y Pontevedra cuentan en la actualidad con el mismo número de estrellas: 5 cada provincia.