Las horas de tiempo libre son, en el siglo XXI, más sagradas que nunca. Por eso Kibus, que les lleva a los coruñeses a casa los productos de la plaza de Lugo, ofrece este servicio también el sábado; desayunos incluidos

L. G. V.

Cuando varios locales gallegos comenzaron, hace unos años, a ofrecerles a sus clientes la opción de tomar un brunch, ese acrónimo que define en inglés una comida que cabalga entre el desayuno y el almuerzo, fueron muchos los que se pensaron que se trataba de un esnobismo que poco iba a calar en las tierras de Breogán. Sin embargo, si por algo es conocida la esquina noroeste peninsular es por gozar de una buena enchenta sea cual sea la hora del día. Y sin ponerle puertas al mar. Por eso, a día de hoy está plenamente asentado este homenaje a media mañana. Sobre todo el fin de semana. Tanto, que los gallegos aún demandan más.

Lo saben en Kibus, la compañía que acerca a las casas de los coruñeses la cesta de la compra de los puestos de la plaza de Lugo. Con el objetivo de dejar aún más contentos a sus clientes llevan ya dos semanas ofreciendo un servicio de desayunos y brunch a domicilio que no solo funciona como un tiro, sino que también está disponible los sábados. Porque, como explica el artífice de esta empresa, Eduardo Sanjurjo, «se trata de un día para relajarse, así que lo mejor es hacer un 2x1 y lanzarse a disfrutar de este pequeño placer sin manchar, y hacer la compra del resto del día desde casa para dedicarle tiempo a los niños, a la pareja, ir a hacer deporte o leer el periódico, porque los sábados ofrecemos La Voz con cada pedido de desayuno». ¿Apetecible, verdad?

PARA TODOS LOS GUSTOS

Aunque la idea de ampliar el servicio al sexto día de la semana parte de una petición de los mejores clientes de Kibus, cada vez son más los que siguen esa tendencia de desayunar sin tener que pasar antes por la cocina. Hay opciones para todos los gustos: aquellos que prefieren alternativas bio podrán inclinarse por un batido, tostadas de diferentes panes y complementos como granola casera gracias al desayuno Lola, los que aman la bollería francesa tendrán en la opción Monsieur un ramillete de manjares únicos y los que no pueden pasar sin esa tradición tan herculina de desayunar churros tienen en el desayuno Coruñés su baza infalible para empezar la mañana de la mejor manera. Y suma y sigue. Porque estas no son en absoluto las únicas alternativas que ofrece Kibus. De hecho, como explica Sanjurjo, es el desayuno Salao el que goza de más tirón desde que comenzaron esta andadura matutina. «Somos una zona donde el pincho de tortilla está muy arraigado y, no lo vamos a negar, a horas tempranas entra muy bien». Aunque en otros puntos del globo esto sea incomprensible, lo cierto es que a los gallegos empiezan a crujirles las tripas solo de pensar en que a las nueve de la mañana les traerán a casa una pequeña tortilla de huevos camperos y patatas de Carballo. Pero hay más, porque este menú se completa con una pulga de jamón, tomate de untar, un buen aceite, zumo de naranja natural y café. El Olimpo de los desayunos era esto.

Pese a que esta es la opción ganadora, y la preferida por muchas parejas, que son el grueso del perfil de clientes que piden el desayuno a Kibus, también hay familias que optan por darle una sorpresa a sus retoños. En este caso, reconoce el director de esta empresa, es mejor buscar una alternativa dulce, que siempre triunfa con los más pequeños, y les hace especial ilusión en fechas señaladas como un santo o un cumpleaños.

Pero como la ilusión y la felicidad no entienden de edades, también son muchos los que contemplan este servicio como la manera perfecta de agasajar a un compañero en un día especial en el trabajo. «En este caso nos piden más los brunch, que funcionan muy bien en la oficina y siempre son un acierto».

Quien prueba repite. Lo advierte Sanjurjo, que observa cómo los coruñeses pedían a gritos el mejor producto del mercado más emblemático de la ciudad, también, el sábado. Incluso aquellos más escépticos con este modelo de compra se han pasado a la religión del delivery con Kibus, más que nada por su sistema, a través del cual los clientes pueden hacer sus pedidos vía wasap o videollamada. El futuro era esto. Y se debe al buen hacer de Pedro Quián, el cocinero y asesor gastronómico de la compañía.

COMPRA PERSONALIZADA

Gracias a la compra personalizada, el sábado a partir de las nueve de la mañana, además de solicitar el desayuno que más se adapte a sus necesidades, el cliente puede elegir entre la amplia variedad de locales que trabajan mano a mano con Kibus qué quiere comer. Desde un pescado fresco (bajo la batuta de Quián, que elegirá la mejor pieza del mercado), hasta unos yogures artesanales made in Galicia pasando por una fideuá con mezcla de setas o unas croquetas de espinacas o pollo, que nunca fallan. Porque aunque llenar la cesta de la compra on-line sigue siendo la asignatura pendiente del sector de la alimentación cada vez la filosofía de Sanjurjo gana más adeptos. «¿Por qué cargar con las tediosas bolsas y perder tiempo pudiendo pasar más tiempo con los nuestros?». La reflexión no tiene un pero.