Los blancos son indiscutibles, pero se meten en la lista propuestas originales y pequeñas producciones que miman el resultado final. ¿Por qué no un tinto de O Ribeiro o de Rías Baixas y un blanco de Valdeorras, Ribeira Sacra o Monterrei?

SUSANA ACOSTA

El arte de la buena mesa no se entiende sin un buen vino. Es la perfecta pareja de baile de los mil y un manjares que alimentan el alma y el estómago de esta tierra bañada por los sentidos. Pero hay tantos y tan buenos caldos para saborear que la elección se vuelve, cuando menos, complicada. Aquí te presentamos las propuestas de cinco reconocidos profesionales que nos muestran los vinos de más éxito en sus salas. La conclusión es unánime. Los más aplaudidos son vinos de la tierra, gallegos con mayúsculas, y en muchos casos se trata de propuestas originales y pequeñas producciones. Vinos de autor en los que se mima todo el proceso, desde los viñedos hasta el producto final.

ANGEL MANSO

Tiene afinado el paladar Manuel Otero (Bido, A Coruña), sumiller del chef Xoán Crujeiras desde siempre. Destaca, sobre todo, a los productores gallegos que están consiguiendo resultados más que excepcionales. En ese sentido, reconoce que sus comensales disfrutan con los vinos elaborados por Xurxo Alba, de Bodegas Albamar. Triunfa en la boca de sus comensales el que lleva el nombre de esta bodega, pero también el 69 Arrobas. Incluso, elige un tinto de esta bodega de Rías Baixas, O Esteiro, de caíño tinto. Otro de los tintos que también sobresale es de esta denominación, de Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés). Para Otero, O Raio da Vella es uno de esos caldos que buscan diferenciarse. Y elige un albariño de este bodeguero de O Salnés, Cíes.

La nariz de Otero disfruta con los blancos de José Luis Mateo, de Quinta da Muradella (D. O. Monterrei). Concretamente con Alanda: «Es un godello que gusta mucho», dice y Gorvia, «un 100 % dona branca que está muy bien y tiene mimo en botella». Irrumpe con fuerza también un tinto de esta misma bodega, «de mencía, bastardo y caíño redondo». ¿Por qué no un ribeiro tinto? Por supuesto que sí, en Bido los comensales disfrutan de A Torna dos Pasás, de la bodega de Luis Anxo Rodríguez «un gran referente en el vino gallego. Deja que los vinos se hagan en botella y cuando llega al cliente se agradece». Coloca además entre los más populares otros dos caldos de la misma bodega. Escolma y A Teixa. Ambos blancos.

Otero se atreve con godellos de Valdeorras, como los que elabora Rafael Palacios, Louro y As Sortes: «Esta añada está buenísima y el que quiera guardarla será un triunfo», dice. Y los vinos de Jorge Ordóñez, también de Valdeorras. Tanto el Avancia Cuvée como el Avancia Barrica tienen gran aceptación.

Cogemos el coche y nos adentramos en la ría de Pontevedra. Ismael López, el catador oficial de Casa Solla, todo un referente en la gastronomía gallega, nos abre las puertas de la bodega de este restaurante con más de 1.300 referencias. Nos recibe con dos espumosos, gallegos, por supuesto. A elegir, Burbullas das Bateas o Górgola, de la bodega Cabana das Bolboretas. «Ya que vienes a un restaurante en el que te vas a dejar llevar, buscamos ese factor sorpresa. Siempre tiramos por el pequeño productor porque hay un mimo especial en el tratamiento de esos vinos», dice.

La nariz de este estrella Michelin también reconoce su predilección por algunos ribeiros. Al igual que Otero, pone en la lista a Escolma, también A Teixa o Viña de Martín, todos ellos de Miguel Anxo Rodríguez. En Monterrei coincide con Otero en destacar a José Luis Mateo: «Elabora vinos con variedades que casi nadie trabaja como la monstruosa, con su vino Monstruosa de Monterrei, o la dona branca». Y en Rías Baixas, se queda con los tintos, a pesar de que sea tierra de albariño: «Antiguamente, la variedad que reinaba era la espadeiro, que es una uva tinta, y que se está intentando recuperar. Hay varios bodegueros que están haciendo cosas muy chulas como Rodrigo Méndez, Xurxo Alba, Manuel Moldes (Chicho) o Eulogio Pomares», afirma mientras defiende la gran versatilidad de estos tintos a la hora de maridar: «Gastronómicamente son espectaculares. El abanico de maridaje es casi interminable», asegura.

MARTINA MISER

Seguimos por la carretera de la costa hacia O Grove en nuestra particular ruta de restaurantes laureados por la guía Michelin. Allí nos espera Álvaro Medina, el olfato de Culler de Pau. Al pie del ventanal que domina su salón, el sumiller explica que el restaurante es lo que ves, también en cuestión de vinos: «Es mar, es huerta, es Galicia y tenemos que corresponder a la imagen que se ve a través del ventanal de la sala», explica. Así, en el listado incluye un nuevo proyecto de Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés) O Santo do Mar: «Viene de viñas de Bueu, en O Morrazo. Trabaja con la tinta femia, como se llama en la zona a la uva caíño, y es un vino con mucha salinidad y frescura, pero muy elegante». Otro de los que gustan mucho también es Eulogio Pomares con su Carralcova tinto, «también muy elegante, triunfa por su finura». En cuanto a los blancos, destaca Fulcro O Equilibrio, de Manuel Moldes: «Chicho tiene la obsesión de reflejar el suelo, de darle mucha mineralidad a los vinos y ha funcionado muy bien». Tampoco se olvida de un clásico de los rías baixas, Pazo Baión: «Hay un cariño especial con el vino y con las personas que están alrededor de él».

José Manuel Casal

En Malpica, nos abre las puertas de su bodega otro restaurante con estrella Michelin, As Garzas. Allí, María José Sánchez, nariz y compañera del chef Fernando Agrasar, explica que lo que más se bebe es vino gallego. Tanto blancos como tintos. Dentro de los ribeiros triunfa Casal de Armán, y reconoce que esta denominación está pisando muy fuerte. También sobresale Escolma, de Luis Anxo Rodríguez. En cuanto a tintos, le resulta muy difícil decidirse: «Hacemos mucho maridaje y lo voy variando según el plato», asegura. En cambio, en Salitre, el otro establecimiento que tiene el chef en A Coruña, lo tiene más claro porque es una cocina más tradicional. Y aunque en blancos, los gallegos siguen siendo los reyes, en cuestión de tintos se bebe mucho rioja y ribera del Duero. Ahí los reyes son Muga y Carraovejas.

MARCOS MÍGUEZ

También le cuesta decidirse a Xurxo Rivas, de la Taberna O secreto, en A Coruña. No tiene dudas de que los blancos gallegos dominan su barra: «Lo que más se vende son rías baixas y ribeiros porque también es donde hay una mayor producción. Pero los blancos de Valdeorras son la última tendencia. Y Monterrei y Ribeira Sacra tienen también unos blancos geniales», dice. En cuanto a tintos, observa un cambio en los hábitos de consumo: «Destacaría cómo están entrando en el mercado. No solo mencías, sino también de otras variedades. Tintos que se elaboran en el Ribeiro, en Monterrei, en Valdeorras... En la Ribeira Sacra también encontramos otras variedades, aunque la mencía es la reina. Hay unos tintos fantásticos», asegura.