La gastronomía gallega saca músculo ante la élite de la cocina mundial

l. g. v. SANTIAGO / LA VOZ

SABE BIEN

Vieiras, callos o empanada son algunos de los platos que prepararon las grandes promesas de la cocina autóctona para Joan Roca, Ángel León o Roberto Ruiz

04 jul 2019 . Actualizado a las 10:18 h.

Aunque estaba a punto de llegar lo más granado de la gastronomía mundial, a la una de la tarde de ayer, en el Gaiás solo se hablaba del episodio de calor sofocante que vivía Santiago. Solo el tiempo, siempre caprichoso, podía eclipsar la que fue una de las jornadas más especiales de la cocina atlántica. No faltó ni el apuntador (más de cuarenta estrellas) al Encontro Internacional de Cociñeiros Cociña+Conciencia que organizó la Xunta para que los chefs de la comunidad exhibiesen, ante los dioses de los fogones, todo su potencial.

A lo largo de dos horas cocineros de la talla de Lucía Freitas (A Tafona), Adrián Felípez (Miga), Jorge Gago (A Maceta), Pablo Pizarro (Bocanegra) o Kike Piñeiro (A horta do Obradoiro) deleitaron con su mejor plato a comensales de la talla de Joan Roca (El Celler de Can Roca), Roberto Ruiz (Punto MX), Ángel León (Aponiente) o Diego Guerrero (DSTAgE), en un ambiente distendido en el que imperaron los abrazos y las risas, que se enfatizaron gracias a los mejores vinos gallegos y unas doradísimas cervezas. Precisamente Guerrero, caña en mano y rebañando su segunda ración de porco celta preparado por Diego López (La Molinera) explicaba la importancia de juntar a chefs de distintos rincones del planeta en eventos distendidos para exprimir lo mejor de cada tipo de cocina. Este dos estrellas Michelin, sin duda, lo estaba haciendo.

También Ángel León, que mientras probaba la empanada de atún de Bocanegra le gritaba entusiasmado a la porción: «¡Estás para chillarte! ¡Espectacular!» Viniendo del cocinero del mar, esto es mucho más que un halago. Se quedó contento su creador, Pablo Pizarro, que aseguraba que lo mejor del encuentro vendría por la tarde, momento en el que, realmente, todos los compañeros disfrutarían de una fiesta.

Feliz estaba también de volver a la que durante un tiempo fue su tierra Javi Estévez (La Tasquería), que estudió en el Centro Superior de Hostelería de Galicia. Antes de probar ningún plato advirtió: «Espero que haya algo con ajada; me vuelve loco esa salsa, siempre que puedo la incorporo a algún plato».