¿Por qué tienen tan mala fama los restaurantes chinos?

SABE BIEN

En España abundan los locales plagados de fritanga y salsas que camuflan unos ingredientes no del todo recomendables; sin embargo, estos sucedáneos no representan en absoluto la dieta tradicional del gigante asiático

24 sep 2020 . Actualizado a las 16:27 h.

Se produce una paradoja entre la consumidores habituales de comida china. Juran y perjuran que no volverán a pedir a domicilio o a acudir a esos restaurantes a caballo entre la decadencia y un escenario de los Gipsy KingsLa fritanga y la sensación de que todos los platos saben igual a muchos no les compensan el precio, baratísimo, de cada ración. Y aún así, donde dije digo, digo Diego. A la vista está que nadie es coherente con sus propias palabras y las visitas al chino de confianza siguen sucediéndose al ritmo que se multiplican los locales de comida asiática. ¿Qué sucede entonces con estos restaurantes? ¿por qué seguimos demandando una comida de la que renegamos a los cinco minutos de haber terminado el plato? y, lo más importante, ¿dónde están los chinos de verdad? Barrer de un plumazo la mala fama de estos locales parece sencillo, pero nos tira más un sucedáneo que a un tonto un lápiz.

Para empezar porque esos platos que amamos y detestamos a partes iguales poco tienen que ver con la gastronomía china tradicional. El arroz tres delicias tiene su origen en Estados Unidos; la receta del cerdo agridulce, aunque se remonta al siglo XVIII en Cantón, tal como lo conocemos hoy en día procede de los restaurantes asiáticos norteamericanos; el pollo al limón no lo han tomado jamás en Pekín (se liga su procedencia a la gastronomía chino-canadiense) y la masa que en Occidente utilizamos para hacer rollitos primavera dista mucho de la que puede encontrarse en Asia. Así las cosas, no sorprende que haya locales por la geografía española adelante que hayan optados por hacer una carta para chinos y otra para el resto de mortales. Esos que creemos que en Shanghái lo más habitual es llamarle a tu restaurante Buda Feliz.

Sí es saludable

Pero no. La gastronomía china tradicional, que haberla hayla, tiene mucho de bondades nutricionales y poco de grasa y salsas indigestas camuflaingredientes. Lejos del mito de comida poco saludable tan extendido, lo cierto es que la dieta tradicional china, basada principalmente en vegetales y plantas, y con bajas dosis de proteínas es una de las más recomendadas del mundo. Para empezar, y a diferencia de lo que podemos ver en las cartas de los restaurantes chinos impostados, las verduras son el centro de atención. Nada de bolas de pollo fritas o gambas rebozadas. Productos verdes al vapor son los reyes de los platos, acompañados de carnes magras o pescado, pero en cantidades minúsuculas.

Otro mito caído, como adelantamos en las primeras líneas de este artículo es el consumo de arroz tres delicias a esgalla. Es cierto que el arroz en un sustento importante de la dieta china, pero hay recetas mucho más populares en sus restaurantes de verdad y, por supuesto, más sanas. Un ejemplo es el Zongzi, un popular triángulo de arroz glutinoso relleno de carne o judías dulces y enrollado con hojas de bambú que se suele cocinar al vapor o hervido. En cuanto al uso del jengibre también hay que hacer matices, ya que tradicionalmente se utiliza para mejorar la digestión de los comensales, no para potenciar sabores. Ahora bien, esto no significa que en la cuna del pato pekinés no hagan uso de aderezos que suban un tono los sabores de cada receta. De hecho, los locales chinos que todos conocemos digamos que no abusan del picante como lo harían en casa, por eso de no incomodar el paladar de los clientes. Chinos y mexicanos, primos hermanos...

Puestos a tirar por tierra diferentes mitos que planean alrededor de la comida del gigante asiático no está de más, por si acaso, recordar que eso de que «donde hay un restaurante chino desaparecen los gatos». Una de las premisas de la dieta tradicional china es comer productos frescos y de buena calidad, que nada tienen que ver con esa idea de que utilizan cualquier tipo de carne para enmascarar sus platos. Otro dato, por cierto. Aunque en España lo menos habitual sea ver un trozo de pan acompañando los platos (quizás por eso de asociarlo con lo castizo y no decepcionar al extranjero en su experiencia), lo cierto es que en China también tienen esta costumbre, aunque su mezcla no lleva levadura.

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