Qué comer para recuperarte de los excesos navideños

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¿Una terapia de choque? Ni tanto ni tan calvo. Lo mejor es volver a los hábitos de vida saludables e incrementar este mes, eso sí, el consumo de alimentos sin cocinar, probióticos y diuréticos como piña y espárragos

07 ene 2019 . Actualizado a las 17:59 h.

No es apto para los menos amigos del verde lo que se recomienda en las líneas siguientes. Tampoco para los que pretenden superar la cuesta de enero con los turrones que han sobrado (siempre se compran de más) de las fiestas y, mucho menos, para aquellos que ni siquiera se han planteado que después de empachos semejantes a los navideños haga falta un cambio de hábitos. Porque aunque muchos no quieran asumirlo y solo sean un puñado de días los que nos atiborramos y llegamos a comer tres veces más de lo que engulliríamos en una jornada normal, es mejor retomar la rutina cuanto antes. Esto en el mejor de los casos, si se tiene una digna de ser cuidada. De lo contrario, se puede empezar con una terapia de choque este primer mes del año que, de una forma u otra, debería prolongarse los once meses restantes.

 Para empezar, como recomienda la asesora nutricional Lidia González, hay que dejar de lado las ingentes cantidades de grasas saturadas y alcohol que consumimos durante el período navideño y pasarnos, directamente, a una dieta «sobre todo, rica en verduras, fruta, hortalizas, cereales integrales y grasas saludables». Es importante seguir a pies juntillas esta indicación porque son alimentos, en su mayoría, que incluyen mucha agua y fibra, «perfectos para eliminar toxinas». Ahora bien, si lo que queremos es resarcirnos totalmente de los excesos, lo mejor es (aunque nos cueste), inclinarnos por fruta y verdura cruda. Sí. Con más vitaminas, minerales y agua que cocinados, podemos optar por batidos o ensaladas, pero la clave es no cocinar estos productos para sacarles el máximo partido. Otra opción, comenta la especialista, es hacernos esos boles tan instagrameables que hacen este tipo de comidas mucho más atractivas.

Quizás alguno de los que está leyendo estas líneas sea de extremos y, si lo apuras, ya está echando un ojo en Internet o los planes de ayuno y detox que campan por la red. Pues quien avisa no es traidor, y a ojos de González, experta en materia de alimentación, «hay que estar muy preparado física y mentalmente para pasarse a un plan de zumos detox. La mayoría de personas no se pueden permitir pasarse a una dieta de líquidos porque su cuerpo se resentiría, así que yo optaría simplemente por comer bien, que ya es bastante».

LOS PROBIÓTICOS, AMIGOS

Y comer bien, aunque vengamos de una época en la que los excesos se hayan apoderado de nosotros, tampoco significa reducir de manera drástica las cantidades. «Lo importante es no pasar hambre, porque si no acabaremos, probablemente, picando productos no demasiado saludables», comenta la experta. Así que es más útil centrarse en la calidad de los platos que en si hay mucha o poca comida en el plato. De este modo, si el bolsillo lo permite, «podríamos intentar incluir en nuestra dieta alimentos orgánicos y probióticos como el chucrut e, insisto, cuantos más alimentos crudos incorporemos a la dieta, mejor». En cuanto a los productos prohibidos, o que habría que reducir en gran medida, son los clásicos enemigos de un hábito de vida saludable: «Azúcares, harinas refinadas y sal en exceso, ya que retiene muchos líquidos». Toma piña y espárragos, que son diuréticos, y agua con limón, «que es antioxidante y nos ayuda con el tránsito». Especialmente importante, comenta González, es este punto, ya que uno de los efectos que antes nota nuestro cuerpo tras las grandes ingestas de esta época es que «las digestiones se ralentizan muchos porque son comidas muy procesadas, a las que el organismo no está demasiado acostumbrado, y se crea una especie de tapón».

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