¿Quién tiene el mejor albariño?: ¡Cambados!

SABE BIEN

MARTINA MISER

Del 2 al 6 de agosto, la que este año es Ciudad Europea del Vino acoge una de las fiestas gastronómicas más antiguas de España, que aúna la posibilidad de disfrutar de un ambiente festivo con la de poder catar tranquilamente los Rías Baixas.

04 ago 2017 . Actualizado a las 08:46 h.

Una apuesta. El típico ¿a que tu vino no es mejor que el mío? Ese es el origen de una de las fiestas gastronómicas más antiguas de España. El Albariño de Cambados nació hace ahora 65 años, cuando destacados vecinos de la localidad decidieron reunirse en la huerta de una de ellos para tratar de elegir la mejor elaboración del año. Aquella fue la primera edición de un certamen que hoy reúne a más de doscientas mil personas todos los primeros domingos de agosto. Y que se ha convertido en un gran escaparate para los Rías Baixas. Probar los vinos es la excusa. Pasarlo bien, tarea obligada. Porque dice la tradición que quien va una vez, siempre repite. De aquella primera edición se conservan dos tradiciones: la de elegir al mejor vino del año y la comida de confraternidad, en la que se entregan los premios a los ganadores. Pero eso es el fin de fiesta. Así que empecemos por el principio. Las celebraciones se inauguran siempre al mediodía del miércoles anterior al primer domingo de agosto, que este año es el día 2. Son las autoridades las que, tijera en mano, cortan la cinta y recorren el recinto. Es el pistoletazo de salida. Y los vecinos y visitantes, fieles a la tradición, toman el testigo. El paseo de A Calzada se convierte, desde entonces, en lugar de encuentro. Esa es la esencia de la fiesta: pasar un buen rato mientras se catan los mejores vinos del año. Por ese pequeño espacio pasarán, durante los cinco días que duran los festejos, miles de personas. La actividad suele comenzar alrededor del mediodía, cuando abren las puertas las primeras casetas. Hasta las cuatro o cinco de la tarde están llenas. Allí se dan cita para comer y beber los que acuden a las celebraciones. Tras un pequeño descanso, siempre necesario cuando la fiesta se prolonga durante cinco jornadas, el recinto se vuelve a llenar de actividad a partir de las ocho de la tarde. Comienzan, de nuevo, a descorcharse botellas y, poco a poco, el paseo se va animando hasta que los responsables de las bodegas deciden echar el cierre. No se preocupen. No es el final de la jornada. Porque las celebraciones continúan hasta bien entrada la madrugada en los bares y pubs de la localidad. Todos los días. Sin excusas.

De todos es bien sabido que el vino baja mejor con el estómago lleno. Y, aunque en el recinto festivo solo se vende albariño, el Concello ha buscado alternativas gastronómicas para el espacio de la fiesta. Hasta el año pasado, en las inmediaciones de A Calzada se instalaba una carpa, que servía pescados y mariscos. Esta opción se ha modernizado y, en esta edición, serán los foodtrucks lo que ofrecerán un sinfín de productos para maridar con los Rías Baixas. Habrá opciones para todos los gustos. Empezando por las tradicionales ostras, que ayudarán a recuperar cuerpos y estómagos tras una noche de fiesta. Y es que dice la tradición que no hay nada que maride mejor con el albariño que este bivalvo, y que la combinación de ambos productos es mágica para combatir esa mala sensación que deja en ocasiones el consumo excesivo de alcohol. Pero también se podrán degustar las tradicionales raciones de pulpo, hamburguesas, empanadas, carnes y bocadillos de todo tipo. «Son todos productos de la zona», explica Xurxo Charlín, portavoz del gobierno cambadés.

 Música en directo

Pero como no todo va a ser beber, el Albariño incluye también un completo programa de conciertos, que se encargan de completar las celebraciones. La música comenzará a sonar en la plaza de Fefiñáns un día antes de los festejos. El gaiteiro Budiño será el encargado de animar la jornada la noche previa a la inauguración. Por este espacio pasarán, además, Carmen París, Santiago Auserón y Ketama, en un concierto conjunto que se celebrará el 2 de agosto. Son de Seu actuará al día siguiente y el viernes serán The Waterboys los que se ocuparán de animar la fiesta. Este año estarán hasta los incombustibles Herdeiros da Crus, que actuarán durante la noche del sábado, cuando el municipio recibe una mayor afluencia de gente. Habrá música también en la plaza de Concello, pero de un carácter completamente distinto. Allí se instalarán las orquestas, pero también una discoteca móvil diferente cada día, para ofrecer una alternativa a los más jóvenes.

Y hay más, porque el Concello está empeñado en extender la fiesta a todos los rincones de la localidad, aprovechando que este año es Ciudad Europea del Vino. Habrá música en las ruinas de Santa Mariña, donde se ubica un cementerio espectacular. También, en un lavadero y en la Praza do Con, un pequeño espacio pegado al mar que ofrece una espectacular vista de la puesta de sol. ¿Se imaginan un lugar mejor en el que despedir el día disfrutando de una botella de Rías Baixas?

Paralelamente, la fiesta tiene una vertiente más profesional. Porque, al fin y al cabo, su objetivo es el de escoger al mejor vino del año. De ello se encarga un panel de cata, que el domingo por la mañana prueba por última vez las elaboraciones participantes y elige a la mejor. En esta actividad participan destacados profesionales nacionales e internacionales, como la Master of Wine Sarah Jane Evans. Su decisión tiene peso. Porque la bodega ganadora verá cómo se incrementan sus ventas de forma notable.

 El túnel del vino

Desde el consello regulador de Rías Baixas son conscientes del tirón del certamen. Porque desde la creación de la denominación de origen este festejo se ha convertido en el mejor escaparate para sus vinos. Por eso hace unos años que esta entidad ofrece una alternativa para que los profesionales y los amantes del vino puedan disfrutar de la fiesta de una forma más tranquila y relajada. Es el túnel del vino, que se instala en el Salón Peña. «Queríamos ofrecer un espacio donde los profesionales o la gente interesada pudiera tener la posibilidad de catar más reposadamente un mayor número de vinos», explica Juan Gil, presidente de la denominación de origen. En este espacio se ofrece la posibilidad de probar más de un centenar de marcas diferentes. Y también se organizan catas temáticas para que los interesados puedan conocer más de cerca la denominación de origen y los productos que en ella se elaboran. Además, «hay un sumiller que está a disposición de la gente para aclarar todas sus dudas y atender sus consultas», añade Gil.

En el consello regulador reconocen que la fiesta de Cambados «sigue siendo un escaparate importante para nosotros, porque viene mucha gente de toda España», añade Gil. Quién le iba a decir a aquellos cambadeses que hace 65 años se reunieron en la huerta de uno de ellos para elegir al mejor vino, que aquel era el origen de una de las celebraciones gastronómicas más importantes de España. Que su apuesta se iba a convertir en una fiesta en la que cada año se dan cita doscientas mil personas y que, además, esta iba a servir para encumbrar un vino que, en aquel entonces, apenas era conocido. El tiempo ha pasado y las cosas han cambiado, pero los cambadeses se siguen reuniendo cada primera semana de agosto con la misma excusa: escoger al mejor albariño del año. Y, de paso, disfrutar del placer de catarlo.

La fiesta siempre fue un escaparate para los vinos de Rías Baixas pero, desde hace unos años, el consello regulador organiza un túnel del vino. Es un lugar tranquilo y relajado en el que los profesionales del sector, o la gente con inquietudes, puede catar decenas de albariño.