«Más de 30 millones de copas llevan el nombre de Valdeorras por el mundo»

José Manuel Orriols

SABE BIEN

En dos ocasiones, y con un total de 20 años, fue el alcalde de A Rúa. También ocupó el cargo de director general de patrimonio en el año 1.990 y ahora, a José Vicente Solarat,  viticultores y bodegueros de Valdeorras, le confiaron el cargo de presidente de la D.O.

26 sep 2015 . Actualizado a las 05:10 h.

No es habitual que un gestor que no sea viticultor ni bodeguero, llegue a presidir  el Consejo Regulador de una denominación de origen. Pero, desde la marcha, hace cinco meses, de José Luís Pando, esto sucede en Valdeorras. Bodegueros, viticultores y cooperativistas de esta zona vieron en José Vicente Solarat la persona idónea para representarlos  y defender sus intereses y lo convirtieron  en la máxima autoridad dentro de la D.O.  

¿Cómo llega  un empleado y político, que no tiene nada que ver con el mundo del vino, a este cargo?

-Cuento siempre una anécdota que responde perfectamente esta pregunta. Yo era alcalde de A Rúa y desde el Consejo Regulador me pidieron una urna para las elecciones. Les pregunté si yo no podía votar y me contestaron que solamente podían hacerlo los que tenían algo que ver con el mundo del vino, como  viticultores, bodegueros y cooperativistas. Les  dije que yo también formaba parte de ese mundo como consumidor, como amante del vino y su cultura y que podía representar a los que bebemos. Se sorprendieron y tomaron como una ocurrencia mi respuesta. No pasó de ahí, pero, mira por donde, 13 años después se acuerdan de aquella conversación y me proponen el cargo, sin duda uno de los más importantes que tuve en mi vida, porque me estoy dando cuenta de lo mucho que el vino significa para esta comarca. Es el símbolo de unión y  la mejor propaganda que podemos  hacer en todo el mundo. Por eso quiero decir que estoy muy satisfecho por  la confianza que depositaron en mi y asegurarles que no voy a defraudarlos.

¿Le está resultando especialmente difícil afrontar esta responsabilidad?

-No es fácil, pero hay que saber donde estamos. En esta D.O. se cultivan 1.100 hectáreas de viñedo, que se reparten en 10.500 parcelas. Es decir, una singularidad que complica siempre los acuerdos. Los bodegueros tienen sus objetivos, los viticultores los suyos y hay que conseguir ententes cordiales. En el Consello están desde grandes productores, como las cooperativas, hasta bodegueros con apenas 7.000 litros y hay que conjugar esos intereses. Por eso es vital que todos lleguemos a ser conscientes de la importancia que tiene llegar al interés común para competir con dignidad en todo el mundo. Tenemos unos vinos con personalidad propia, que hablan de esta tierra y sus gentes, que dan a conocer, no solo la sabiduría en elaborar vinos, adquirida  con la experiencia de cientos de años, sino también del paisaje,  de la cultura y de la gran riqueza monumental e histórica. Es el mejor medio de promoción. Prueba de ello es que   más de 30 millones de copas, llevan el nombre de Valdeorras por todo el mundo.

Después de las reuniones de las cuatro denominaciones ourensanas con el presidente de la Diputación ¿tiene posibilidades la creación de la marca Ourense?

-Dentro de un par de años, después de que la Diputación adapte un edificio histórico en el centro de Ourense y fruto de las reuniones que su presidente mantuvo, no solamente con el mundo del vino, sino con  otros excelentes productos alimentarios de la provincia, la marca Ourense será una realidad. José Manuel Baltar se propuso que este edificio albergue todos los sectores del mundo de la alimentación ourensanos  y, de este modo, crear un nuevo concepto de turismo dinámico, para que el visitante pueda  saborear Ourense. La provincia puede pasar de ser «a terra da chispa  a chispa da terra», porque el vino es celebración, conocimiento, sensaciones, emociones y, cada vez que se abre una botella, se está viajando al país del  que procede. Tenemos, entre todos, que propagar la cultura del vino.

Aunque en Valdeorras fueron los primeros en comenzar la vendimia, porque las condiciones meteorológicas permitieron llegar a la maduración óptima de la uva, aún quedan pequeñas parcelas que nos van a dar el índice de la calidad de las cepas más viejas ¿Cómo califican en la D.O. esta cosecha?

-Excelente en calidad y cantidad. El buen tiempo fue fundamental y bodegueros y viticultores están muy satisfechos. La vendimia prácticamente está terminada, si exceptuamos pequeñas parcelas de la zona de O Bolo y ahora hay que esperar, porque este trabajo requiere mucha dedicación y paciencia. Si estoy realmente ilusionado con mi nuevo cometido, una de las grandes razones es mi admiración por las gentes del vino. Son constantes, perfeccionistas, pacientes y con una gran sabiduría.

Y ya que hablamos de cantidad hay algunos viticultores preocupados por las multas que recibieron por  superar los límites admitidos en los excedentes de producción. ¿Cómo está la situación?

-Los viticultores que tuvieron un excedente mayor del 25% permitido, y que, por lo tanto, recibieron esas sanciones,  que fueron 187 de un total de 1.570, tienen que confiar en que se modulen las cantidades, porque con toda seguridad se va a arreglar, ya que, a mi juicio, son excesivas. El Consejo Regulador no hace sino controlar la producción, la calidad y todo el proceso, pero no puede entrar a modificar normas establecidas y que son para todos. Los reglamentos hay que cumplirlos. Cualquier viticultor puede salir de la Denominación de Origen, pero si está, tiene que respetar las normas. Otra cosa es que ahora, en octubre, se planteen unos pliegos de condiciones nuevos. Las variedades preferentes, Godello y Mencía, estarán siempre protegidas. Para el resto habrá que consensuar cuotas más elevadas. Yo confío en llegar a una solución que satisfaga a todos.

Hablaba de que el vino era el mejor embajador de Valdeorras, ¿pero qué proyectos tienen para su promoción?

-No somos una denominación que pueda dedicar grandes cantidades a la promoción, porque, aunque es una de las antiguas de Galicia, no tenemos el volumen de producción de otras. De cualquier forma estamos haciendo  varias acciones y con otras muchas en proyecto, que nos van a ayudar a consolidar mercados, tanto interiores como exteriores, pero sobre todo a fijar a los consumidores. Que sepan que vino están bebiendo, sus cualidades, las virtudes diferenciadoras, su singularidad, fruto del buen hacer de bodegueros y viticultores y de las variedades Godello y Mencía, principalmente, que tienen en esta tierra y en este clima, lo necesario para que realmente sean diferentes.Tenemos muchas virtudes desconocidas, que hay que poner en valor.