El CIFP Fraga do Eume, cantera de la mejor cocina: «La escuela reforzó mi vocación»

ana f. cuba PONTEDEUME / LA VOZ

GALICIA

JOSÉ PARDO

Exalumnos con negocio propio destacan la implicación y cercanía del profesorado

11 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A Cristian Santiago (Cariño, 1987), la cocina le conquistó de niño. «Siempre tuve vocación, pero la escuela la reforzó», apunta este exalumno del CIFP Fraga do Eume, chef de Marea, el restaurante que abrió hace seis años en su pueblo, local recomendado en la Guía Repsol. «Necesitas una base, y eso es lo que te da, de allí sales muy bien formado y luego tienes que coger tablas fuera», explica. Destaca la implicación y la cercanía del profesorado y, sobre todo, «que la mayoría ha tenido una trayectoria profesional». «En la cocina hay que mancharse las manos», repite quien pasó por Casa Marcelo gracias a las prácticas tramitadas por el centro educativo eumés.

«Que el profesorado esté involucrado y tenga ganas es muy importante», coincide Fátima Insua, directora del CIFP en el que aterrizó hace quince años. «Venía de la formación y orientación laboral, y la hostelería es un mundo aparte, con mucha más práctica que otras ramas y muy vinculada al exterior, con servicios completos en el centro (a veces con 150 personas) y en eventos reales, resolviendo situaciones reales», subraya. Señala el papel de los certámenes gastronómicos: «Aparte de los que organizamos las escuelas por toda Galicia, están los de las empresas. Los alumnos y los profesores dedican horas a prepararlos, y eso marca la diferencia, es otro valor añadido».

Sin olvidar las instalaciones, más tras la inversión efectuada por la Xunta para su modernización, remarca: «También influyen. Tener un restaurante como el nuestro, con vistas a la ría y patio interior, una cafetería nueva, un aula de cata que permite realizar catas en línea... todo eso hace que la formación sea mejor».

A Mar Lago (Ferrol, 1987) y a Álex Martínez (Narón, 1988), pareja y, desde hace cuatro años, socios en el restaurante ferrolano BaceLo, en el CIFP Fraga do Eume les inculcaron «el amor por la cocina». A los seis meses de poner en marcha el local ya lograron el distintivo Restaurante Recomendado Guía Michelín. En Pontedeume adquirieron «la base, el porqué de las cosas, la esencia de la cocina tradicional, lo que tienes que conocer para llegar a la moderna». Una vez fuera de las aulas, «te sigues formando en diferentes cocinas, donde ves el día a día, el ritmo real de trabajo, una exigencia de calidad y atención», subraya Álex.

JOSÉ PARDO

Cada vez más demanda

Este curso, la escuela eumesa ronda las 300 matrículas, casi un 20 % más que el anterior, y cada año salen unos 140 titulados, entre todos los ciclos que oferta: FP básica de Cociña e restauración; en Servizos de restauración, medio y superior de dirección; medio de Cociña e gastronomía, superior de dirección de Cociña y medio de Cociña para adultos (modular presencial); medio de Panadaría, pastelaría e confeitería; superior (dual) de Xestión de aloxamentos turísticos; superior de Axencias de viaxes e xestión de eventos; y FP acelerada de Repostería en restauración.

«É un centro moi enfocado ás dúas especialidades que ten, Hostalería e turismo e Industrias alimentarias, onde o alumnado se sente acollido», sostiene Anxo Porto, jefe del departamento de Hostalería e turismo y exalumno. «Cando eu empecei, hai trinta anos, case che daba vergoña dicir que eras cociñeiro [...], hoxe hai quen vén coa idea de que a cociña profesional é MasterChef, pero nada que ver, é un traballo esixente, aínda que as condicións foron mellorando», opina.

Su compañero Xavier Santamaría lleva 25 años dando clase, faceta que compagina con la gestión de un hotel y un restaurante en Boiro y otro local gastronómico en Ferrol, A Pousada da Galiza Imaxinaria. «La clave en la escuela es la ilusión, no solo del alumno, también de los que trabajamos aquí, estar motivados para innovar continuamente, no hacer siempre la merluza a la gallega [risas], evolucionar a partir de la cocina tradicional», desgrana. Como docente, confiesa, «lo más gratificante es que los alumnos salgan al mercado y se queden trabajando en las empresas donde hacen las prácticas».

«Lo mejor que me pudo pasar»

Sergio Roca (Ferrol, 31 años) estudió con él. «Estuve ocho años en el CIFP, no sabía qué hacer, me animó un amigo y fue lo mejor que me pudo pasar, me encanta. La escuela te ayuda mucho, si no, nunca hubiera podido hacer las prácticas en Atempo, en Girona, el restaurante de Jordi Cruz, eso me cambió la vida [...]. Te enseña las bases, la organización, a ser pulcro en tu trabajo, un corte fino... entiendes que la pastelería no es como la cocina...», repasa. Compatibilizó estudios y oficio, y agradece «la ayuda del profesorado, que fue muy comprensivo». Hace dos meses que echó a andar su proyecto Lembranzas de Néboa, en su ciudad, «y hasta ahora ha estado siempre lleno».

Para el fenés Gerardo Pereira, docente de Restauración e servizos y exalumno del CIFP Fraga do Eume, la mayor satisfacción «es ver los progresos de chavales a los que conoces en la FP Básica, con 14 años, y acaban el superior, salen y van evolucionando». «Hacemos un trabajo muy importante, no solo formar profesionales, sino formar personas, jóvenes con problemas familiares o de otros países, sin conocer el idioma y la cultura... la formación les ayuda a integrarse. Es un trabajo social, no solo educativo», enfatiza, empeñado en transmitirles «la experiencia, la ilusión y el cariño por la profesión». Defiende el oficio de camarero, denostado, y cree que el éxito del centro eumés radica «en que es pequeño y hay un contacto directo con el alumnado».