El tren Celta que une Vigo con Oporto se corona como la oveja negra de toda la red portuguesa

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO

GALICIA

Un tren Celta, que realiza el recorrido entre Vigo y Oporto
Un tren Celta, que realiza el recorrido entre Vigo y Oporto Lorenzo

Fue la línea que acumula más retrasos y con peor recaudación durante el 2023

25 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Para algunos expertos, el debate sobre la construcción de líneas de alta velocidad en Portugal es irreal, dado que el país ni siquiera es capaz de solucionar las tremendas deficiencias que acusa su red ferroviaria actualmente.

Sirva el tren Celta como ejemplo. Cada uno que sale de Oporto hacia Vigo debe cruzarse en Viana do Castelo con el que salió casi a la vez de Vigo hacia Oporto, y viceversa. Allí se intercambian los maquinistas y continúan el trayecto. A veces (y siempre de manera impredecible), quienes deben cambiar de tren son los pasajeros. La operación se realiza dos veces al día y es suficiente que uno de los dos transportes se demore para generar un retraso de su correspondiente. Esta es una de las causas de que el tren Celta ya no solo sea el más contaminante de las líneas activas en Portugal, sino también el que más retrasos acumuló en el 2023.

La conexión ferroviaria entre Oporto y Vigo solo llegó en hora (es decir, con menos de cinco minutos de retraso) en el 17,7 % de los viajes, según revela el informe de cuentas de Comboios de Portugal, elaborado por la propia operadora. O, lo que es lo mismo, el 82,3 % de los trenes de esta línea se retrasan. La puntualidad cae en más de 17 puntos porcentuales frente al año anterior.

Pero el resto de la red ferroviaria portuguesa tampoco está para echar cohetes. En todo el 2023, llegaron con retraso (es decir, cinco minutos más tarde de la hora fijada en los regionales o de larga distancia y tres minutos en los suburbanos) tres de cada diez trenes.

Después del tren Celta, el más problemático fue el que se define como mejor servicio del país: el Alfa Pendular, que cruza Portugal de norte a sur a la mayor velocidad de la red, 220 km/h, y que fue puntual en el 45,3 % de las veces, dos puntos menos que el año anterior. Las causas son variadas: sistemas de control de velocidad mal regulados, esperas a otros trenes regionales que se demoran o el lento embarque de los pasajeros debido a la mala señalización. Solo se devuelven el importe en los retrasos de más de una hora.

El contrato de servicio público estipula que la puntualidad debe alcanzar el 85 % en los trenes de largo recorrido y regionales y un 95 % en los suburbanos. El incumplimiento ha costado 572.000 euros a Comboios. A esta cantidad se suman otros 320.000 por la falta de fiscalización.

El informe, además, señala que el número de pasajeros aumentó en un 17 % (hasta los 173,27 millones), pero los ingresos bajaron en un 3,3 %, hasta los 247,36 millones de euros. ¿El que menos recauda? Sí, el internacional hasta Galicia, con un 21,4 % menos que en el 2022 a causa de las promociones y la tasa de ocupación relativamente baja.