Arranca el examen mir en Galicia: «Medicina de familia es una especialidad muy bonita, pero es muy exigente»
GALICIA
Un total de 1.905 personas están inscritas en las pruebas en Santiago y Vigo, que arrancaron a las 16 horas. Galicia oferta este año 636 plazas, un tercio para médicos de familia
20 ene 2024 . Actualizado a las 20:21 h.—Perdonad, ¿sois médicos?
—Presuntamente.
Eran las 14.30 horas y la rúa de San Francisco empezaba a llenarse de nervios, risas, botellas de agua y saludos. Lucia Juncal y Áurea Landa empezaban otra vez desde cero, porque el aula en la que iban a examinarse era la misma de primero de carrera. En apenas media hora iban a comenzar los llamamientos para las pruebas de formación sanitaria especializada. En Galicia se han inscrito este año un total de 1.905 personas y la mayoría se concentraban este sábado en Santiago, con 1.382 aspirantes repartidos entre las facultades de Medicina, Políticas y Derecho frente a los 523 que realizaban su examen en Vigo.
«Sí, hay nervios, se lleva un tiempo preparando y estudiando y los nervios están a flor de piel». Adrián Diego, cubano de origen pero residente en Galicia, se presenta por primera vez a un examen de cuatro horas que le proporcionará la entrada a una especialidad médica, aunque prefería dejarla en secreto hasta saber exactamente su nota. «Esperemos que la puntuación sea buena y que se pueda alcanzar un buen puesto».
«Lo vamos controlando. El trabajo mayor ya está hecho, ahora queda rematarlo, hay que confiar en el trabajo que hemos hecho estos meses». Alicia Fernández Castellanos templa los nervios y tampoco quiere revelar qué especialidades maneja, porque no es una decisión tan sencilla: «Dentro de unas opciones prefiero esperar a que nos llegue la nota y analizarlo con tiempo, porque tenemos que considerar muchas cosas aparte de lo que nos guste: si hay trabajo, el sueldo, las guardias, el modo de vida...».
Y todos esos factores son lo que quizá pesen en la escasez de médicos de familia que se está dando en toda España. Galicia oferta este año un total 207 plazas para esta especialidad, que suponen prácticamente un tercio del total de vacantes mir que hay en la comunidad: 636, que supone 16 residentes más que en la convocatoria anterior.
«La especialidad de familia es muy bonita, pero es muy exigente», explicaba Alicia Fernández frente a la puerta de la facultad en la que estudió la carrera. «Es un trabajo que es esclavo, cansado, tienen un volumen grande de pacientes y es muy fácil colapsar con una situación así».
De hecho, la ministra de Sanidad, Mónica García, pedía a la misma hora que arrancaban las pruebas «un esfuerzo» de todas las comunidades autónomas y de ministerio «para que la atención primaria sea una profesión atractiva» y así «retener el talento que hoy se examina y mañana se forma».
En el conjunto de España en esta convocatoria se ofertan 2.492 plazas de medicina de familia, solo 37 más que el año pasado, pero en línea ascendente ininterrumpida desde el año 2020, cuando se convocaron 2.224.
Aun así, quedan plazas vacantes en la especialidad de familia y en concreto, en la convocatoria del año pasado en Galicia quedaron sin cubrir una treintena. En España fueron 131 las plazas desiertas y el año anterior, 93. «Lo que estamos viendo son pérdidas de vocaciones que creo que, como país, no nos podemos permitir», ha asegurado la ministra.
Hay quien a pesar de todo, se plantea ser médica de familia. Lucía Juncal reconocía que dentro de la lista de opciones que baraja sí está esa. «Me gusta muchísimo que sea continua, que sigas a los pacientes, que los conozcas, que conozcas a sus familias. Me parece de lo mejor que tiene medicina de familia, y creo que la gente no le da la importancia que merece». Y no solo eso: «es muy transversal, lo ves todo, tienes muchas opciones» y además, «hacen mucha falta, así que sabes que vas a tener trabajo después de pasar esto». También reconoce que tiene algún que otro inconveniente, como «mucha burocracia».
A lo largo de cuatro horas, un total de 30.064 aspirantes demostrarán sus conocimientos para así optar a una de las 11.607 plazas de formación sanitaria especializada que se ofertan en España, la mayoría (8.772) para medicina. A ellos hay que sumar las 65 plazas de biología, las 2.108 de enfermería, las 340 de farmacia, 247 más para psicología, 27 de química y 48 de física.
Áurea Landa es una de las más de 13.000 personas (el 64 % mujeres) que este sábado se examina en España para el mir. Tampoco tiene clara una especialidad. «Las que tengo en lista, en general, es porque he ido haciendo prácticas y me parece interesante». El año lo define con una palabra: estrés. «Pero ahora ya no queda nada», decía a pocos minutos de que se iniciasen los llamamientos, megáfono en mano y con máxima puntualidad, para arrancar el examen.
«Nunca va a reflejar todo lo que sabes y depende mucho del factor suerte, de que entren cosas que llevas mejor, de que no estés nervioso y de te salga todo bien. Es difícil, creo que de ahí nos vienen a todos los nervios, porque todos, con lo que hemos estudiando, queremos que nos salga bien el examen», explicaba Alicia Fernández. Tranquilidad ante todo: «Es importante relativizar, no es el fin del mundo. Si sale bien mejor, pero aunque haya que repetirlo o buscar otras opciones nunca va a volver a ser como la primera preparación.
¿Y urgencias?
Escasean los especialistas de familia, que en las últimas semanas han vuelto a trabajar en condiciones de saturación por la epidemia de gripe y que también ha afectado a los servicios de urgencias. El Gobierno está tramitando ya la creación de esa nueva especialidad, largamente reclamada porque España era una anomalía en el conjunto europeo al carecer de formación específica.
«Urgencias siempre fue un cajón de sastre. Está bien porque es una formación muy específica», afirmaba Alicia Fernández. Adrián Diego la define como «una especialidad de muchísimo movimiento» y que de alguna manera «viabiliza el trabajo de otros especialistas. Es como el filtro, el primer encuentro con el paciente y de ahí depende el trabajo de otros especialistas y otras áreas». Contar con una especialidad de urgencias, además es un modo de reconocer el trabajo de estos servicios, afirmaba antes de entrar al examen.