Primera condena para Braulio Vázquez, uno de los principales objetivos policiales en la lucha contra el narcotráfico

GALICIA

La sentencia le impone nueve años de cárcel por organizar un grupo que llevaba kilos de cocaína en coches con zulos de Vilanova de Arousa a Barcelona; las condenas de los otros dos acusados se fijan en siete años y nueve meses entre rejas
30 sep 2023 . Actualizado a las 18:52 h.Braulio Vázquez suma casi dos décadas en el radar policial por el relevante papel que le atribuyen en el narcotráfico gallego las unidades policiales especializadas. Se libró en varias ocasiones de ser condenado por su presenta relación con la importación de grandes alijos de cocaína en planeadoras desde barcos nodriza hasta las Rías Baixas. Pero una investigación del grupo II de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional en Pontevedra, finalizada en enero del 2019, implicó una detención que ya hacía intuir que Vázquez no se libraría de la acusación que lo sentaría en el banquillo de los acusados.

La sentencia de la Sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, conocida este viernes, le impone nueve años de cárcel, y siete años y nueve meses a los otros dos integrantes de su banda por enviar paquetes de un kilo de cocaína en coches para su comercialización en la provincia de Barcelona.
La investigación de la UDYCO en Pontevedra constató que el trío de condenados se organizó para asumir diferentes tareas dentro del grupo, con el objetivo de adquirir, manipular, transportar y comercializar diferentes partidas de cocaína desde la localidad pontevedresa hasta Barcelona. Para ello, utilizaban vehículos modificados para dotarlos de compartimentos ocultos en dobles fondos en los que ocultar la droga. Braulio Vázquez dirigía las actuaciones desde su domicilio, estableciendo los contactos necesarios, tanto para disponer de la cocaína como para determinar a quién vendérsela. Por su parte, otro de los acusados se encargaba del transporte de la droga y el tercero tenía como labor la disposición de los vehículos.
La investigación permitió concretar que se realizaron transportes de estupefacientes a Barcelona al menos en julio, octubre y diciembre de 2017 y marzo y junio de 2018. Fue en 2019 cuando se interceptó un coche con droga por valor de más de 140.000 euros. La operación policial se bautizó Tilvas-Secreto y duró diez meses. El 26 de enero del 2019 se constató que otro de los acusados se disponía a realizar un viaje y le dieron el alto. Eran las 7.10 horas y dentro del coche, en un doble fondo oculto bajo un asiento, hallaron cuatro kilos de coca repartidos en sendas bolsas. Su valor de mercado alcanzaría los 144.000 euros y la pureza de la droga, que oscilaba en un 25 %, evidencia que había sido rebajada con sustancias de corte.
Lo siguiente fue ejecutar la orden de entrada y registro en la vivienda de Braulio Vázquez. Allí hallaron siete teléfonos móviles, nueve tarjetas de telefonía móvil, una máquina de contar billetes, una bolsa con siete gramos de cocaína, dinero en efectivo, dos cajas con walkie-talkies, una máquina de envasar al vacío y 736 gramos de una sustancia polvorienta blanca que contenía cocaína. También se halló un Peugeot 307 con un zulo camuflado en un doble fondo y una caja negra que contenía un medidor de antenas: un dispositivo para la detección de sistemas de seguimiento policiales.
Estrategia sorprendente e inútil
Ya durante el juicio, celebrado en junio, sorprendió la estrategia exculpatoria diseñada por la defensa de Braulio Vázquez. Sobre todo por la rotundidad de las pruebas contra él encontradas durante el registro de su casa en Vilanova de Arousa. La tesis exculpatoria implicó alegar que parte del material hallado en la vivienda tenía como finalidad hacer raquetas para practicar el pádel.
Esta por ver si la defensa afinará un poco más la estrategia cuando llegue el otro juicio que tiene pendiente Braulio Vázquez. Está procesado por su presunto papel relevante en el alijo de 3.844 kilos de cocaína incautado en abril del 2020 a bordo del remolcador MV Karar. Vázquez está acusado de ostentar un papel relevante en la organización atribuida a su amigo y compañero de fatigas, Juan Carlos Santórum, presunto responsable de organizar la salida en planeadoras para recoger esas casi cuatro toneladas de cocaína.