La renuncia a cobrar peajes en las autovías evita que Galicia sea la comunidad más penalizada

GALICIA

Llegó a plantearse un coste de hasta 57 euros por desplazarse hasta Madrid, que ahora queda en suspenso tras la negociación del Gobierno con Bruselas
22 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia soporta el mayor número de kilómetros de autopistas de peaje de España: 330,8 frente a los 162 del País Vasco, 158 de Madrid y 135 de Cataluña. Y a ese obstáculo estaba previsto que se añadiese el año que viene el de convertirse en la comunidad más afectada por la implantación de peajes en las autovías. El plan de cobro a los usuarios de las vías de alta capacidad que el Gobierno había comprometido con la Comisión Europea, a cambio de fondos del Plan de Recuperación, ideado para cerrar el agujero creado por la crisis del covid, ha quedado en suspenso por parte del Ejecutivo de Sánchez a la espera de que Bruselas acepte cambiar esos peajes por una potenciación del transporte público para sacar coches de la carretera, como ayer avanzó La Voz.
En ese cambio, Galicia se juega parte de su competitividad, porque su condición de territorio periférico en España y Europa añadiría un sobrecoste respecto a otras autonomías y regiones a la hora de importar y colocar mercancías en los principales mercados ibéricos y del resto del continente, lo que penalizaría especialmente a la economía gallega.
Solo en una ocasión el Gobierno llegó a cuantificar el precio de esos peajes para las autovías, avanzando que podría ser «simbólico», con 1 céntimo de euro por cada kilómetro para vehículos ligeros. Para los transportes pesados se incrementaría dicha tasa, si bien su implantación estaría acompañada de un mecanismo que permitiese repercutir su coste en las mercancías transportadas, elevando, eso sí, su precio final, y por tanto encareciendo las producciones llegadas desde más lejos, como sería el caso de Galicia. Con el peaje de 1 céntimo por kilómetro, un vehículo ligero tendría que pagar alrededor de 18 euros entre A Coruña o Vigo con Madrid, sumando 4,8 euros en autovías y otros 13,3 en la autopista AP-6 desde Adanero a la capital estatal.
Pero las grandes empresas constructoras y concesionarias españolas calcularon que sería necesario subir el baremo de los peajes de las autovías hasta 0,09 euros por kilómetro recorrido para obtener los fondos necesarios con los que poder mantener la red de carreteras del Estado y de las comunidades autónomas también. Con ese precio, ir desde cualquiera de las dos mayores ciudades gallegas a Madrid, pasaría a costar en peajes unos 57 euros, sin contar combustible. Para los transportes pesados, la patronal Seopan proponía cobrar 0,19 euros por kilómetro, lo que encarecería muy notablemente cualquier exportación salida desde Galicia, así como las compras llegadas por carretera.
Gobierno y empresarios barajaban que los peajes se implantasen igualmente en las autovías autonómicas, como, de hecho, ya han empezado a hacer las diputaciones vascas y planteó la Generalitat. Eso supondría que 1.016,7 kilómetros de autovías estatales y de titularidad de la Xunta pasarían a contar con peaje dentro de Galicia.
Una opción estudiada en serio por los Gobiernos de González, Rajoy Zapatero y Sánchez
El primer ministro que abrió en público la posibilidad de cobrar a los usuarios de las autovías fue el socialista José Luis Ábalos. El político valenciano invitaba a pensar en por qué, si las mercancías transportadas en tren hacen frente a un canon ferroviario, y las compañías aéreas y los pasajeros afrontan tasas aeroportuarias, los conductores y viajeros por carreteras no cubren parte del gasto de conservación que provocan. «No hay nada. Tranquilos, relájense, no hay propuesta», espetó él mismo en el Congreso, al poco tiempo, para frenar a la oposición. Pero, aunque Ábalos fue el que llevó el debate al terreno público, la posibilidad de implantar peajes en las autovías lo inició ya en realidad Josep Borrell cuando fue ministro de Obras Públicas con Felipe González.
Sin embargo, fue la gallega Ana Pastor la que fue más lejos, al llegar a llevar un plan en ese sentido a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, el último escalón antes del Consejo de Ministros. Otro ministro del ramo del PP, Íñigo de la Serna, encargó después un estudio concreto sobre cómo se podría cobrar en las autovías. Antes, y con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente, el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas, organismo adscrito al Ministerio de Transportes, elaboró también varios proyectos de cobro en las carreteras.
En todo caso, el Gobierno de Pedro Sánchez jugó a proponer el debate, llegar incluso a manifestar que resultaba «imperioso» cobrar dichos peajes, para negar después que hubiese nada concreto planeado. Pero sí había plan y se envió a la Comisión Europea, a la que se pide ahora que se olvide del tema.