El niño estuvo ingresado cuatro meses en dos hospitales y no se recuperó de sus dolencias
18 ago 2023 . Actualizado a las 22:00 h.Con siete meses de vida y cuatro de ellos en hospitales, Jaiden Bartolomé Fernández se murió este viernes en el materno infantil de A Coruña al ser desconectado de los aparatos que lo mantenían con pulso en la uci. Sus padres, María y Rogelio, lanzaron un último grito de auxilio momentos antes del desenlace para tratar de evitar que lo desconectaran, pero los profesionales determinaron que no se podía hacer nada más por él. Finalmente, falleció en torno al mediodía rodeado de su familia.
El pequeño, que era vecino del barrió vigués de Coia, ingresó en la unidad de pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) con solo tres meses de edad por un cuadro de infección respiratoria y en los primeros días de hospitalización empeoró. Entonces, las pruebas que le realizaron en el Álvaro Cunqueiro revelaron que el niño tenía una miocardiopatía dilatada con disfunción severa. Ya en la uci sufrió una parada cardiorrespiratoria. Con problemas para respirar, fue trasladado a la uci pediátrica del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). Tras cuatro días allí, le implantaron un dispositivo de asistencia ventricular y fue incluido en una lista de espera para un trasplante cardíaco. Después tuvo otros tres episodios de parada, por lo que le realizaron un nuevo TAC el 20 de julio y le localizaron higromas y coágulos en la cabeza, por lo que fue valorado por un equipo de neuropediatría, que apreció «afectación cognitiva y motora, con riesgo neurológico de parálisis cerebral infantil», según figura en los informes médicos.
Segunda opinión en Santiago
Ante este pronóstico neurológico, los especialistas se reunieron el 10 de agosto y determinaron que no era válido para el trasplante cardíaco, por lo que fue retirado de la lista de espera. Sus progenitores no podían afrontar el resultado porque «el niño se movía y se reía», recordaba ayer la madre. Los médicos del materno les explicaron que tenían la opción de pedir una segunda opinión. Entonces, la solicitaron al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). El equipo de cardiología pediátrica de la capital gallega concluyó que la actitud tomada por el Chuac era «correcta». «Asumiendo la dificultad de ser un paciente del que tenemos conocimiento solo a través de lo aportado en la historia electrónica», añadió la unidad. Lo mismo ultimó el servicio de neuropediatría, que precisó en el documento que «esta opinión tiene un valor limitado por no haber valorado presencialmente al paciente».
Petición de la familia
Tras ver los informes, sus padres pidieron que más facultativos exploraran al niño personalmente y se negaban a que fuera desconectado, contra el criterio médico, pero finalmente no se pudo hacer nada por la vida de Jaiden, que será enterrado en Vigo este fin de semana tras un velatorio al que podrán asistir sus allegados.
Durante estos meses, María Bartolomé y Rogelio Fernández vivieron un auténtico calvario. Querían hacer lo posible por el pequeño de sus tres hijos y por eso no les importaba ir diariamente de Vigo a A Coruña para ver cómo estaba y acompañarlo, pero no fue nada fácil. «A veces venía yo, en otras ocasiones venía mi marido y nos quedamos algunos días en casa de mi cuñada», contó María unas horas antes de la desconexión de su bebé, mientras esperaba por el fatal momento en las puertas del Hospital Teresa Herrera. Allí, ella y Rogelio estuvieron acompañados por sus familiares, entre ellos el padrino de Jaiden, que también quiso despedirse del niño, mientras permanecía conectado.
Desde el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) apuntaron que no pueden informar sobre el caso por la ley de protección de datos, especialmente, tratándose de un paciente un menor de edad, pero insistieron en que este tipo de decisiones las toma un equipo multidisciplinar y siempre informando a las familias en todo momento.