El guardia civil que mató a tiros a su expareja en Oia tenía retirado el permiso de armas

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

GALICIA

Minuto de silencio en el camping O Muíño de Oia en memoria de Vanessa Serén
Minuto de silencio en el camping O Muíño de Oia en memoria de Vanessa Serén Oscar Vázquez

El instituto armado realizó 56 intervenciones de protección a Ana Vanessa Serén desde abril

23 jun 2023 . Actualizado a las 20:22 h.

Desde que el pasado mes de abril entró en vigor la orden judicial por la que su expareja debía mantenerse alejada 300 metros de Ana Vanessa Serén, la Guardia Civil realizó 56 intervenciones de protección a la mujer. Pese a ello, murió asesinada en Oia el sábado, cuando salía del cámping en el que trabajaba. El dato fue proporcionado ayer por la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, para destacar que la víctima no estuvo desprotegida durante ese tiempo y que los expertos habían calificado su caso como de riesgo medio

Larriba explicó que Ana Vanessa, de 44 años, había presentado denuncia en abril, que concluyó con una sentencia que prohibía al hombre acercarse a menos de 300 metros de ella y que incluía la prohibición de comunicación con la víctima. A raíz de esa sentencia, y en poco más de un mes, se realizaron esas 56 intervenciones de protección que ayer reconoció la subdelegada del Gobierno, una de ellas muy reciente, dijo. Fueron efectuadas por el equipo de la Guardia Civil dedicado a la atención a la mujer y consistieron en seguimientos y entrevistas con la víctima para saber si su expareja había quebrantado la orden de alejamiento, algo que no ocurrió hasta la tarde del sábado. «Son seguimientos. No tienen que ver con los quebrantamientos. Es algo que se hace de manera normal, que forma parte de la protección», explicó Maica Larriba acerca de esas 56 intervenciones.

Según explicó hoy el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) la denuncia por violencia machista pasó por los juzgados de Vigo, que se inhibió, y por Tui, que autorizó nueve días antes del crimen que la mujer recogiese sus enseres en la casa de su expareja. La mujer iría auxiliada por agentes para garantizar su seguridad. 

El caso llegó al juzgado de Vigo el 5 de abril, donde se acordó la puesta en libertad del detenido y se ordenó la protección de la víctima. Tras pasar a Tui, la víctima aportó el parte de lesiones que faltaba el 23 de mayo y el 24 el juzgado lo mandó al Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) para informe.

Según ha explicado hoy la directora del camping O Muíño a la prensa, Beatriz González, el guardia estuvo toda la mañana esperando a que ella saliese sentado en el interior de una furgoneta. «Una furgoneta estuvo a lo largo de la mañana en la entrada del camping, sí, varias personas la habían visto», apuntó González, quien señaló que se vivieron momentos muy duros. «Había empleados y campistas, que lo presenciaron todo. Fue una situación muy dramática, como se puede imaginar, desagradable. Rápidamente se cerraron las puertas de la entrada, la Guardia Civil lo bloqueó todo, se habilitó un acceso para los clientes por la entrada sur, y creo que todo el mundo colaboró mucho, tanto los campistas como las personas que estaban por aquí»

Sin armas reglamentarias

El asesino, que se suicidó en los montes de A Valga, en Oia, horas después de perpetrar el crimen a las puertas del cámping donde trabajaba su víctima, era guardia civil en el cuartel de Baiona. Tras una temporada de baja médica, se reincorporó al servicio, pero lo destinaron a realizar tareas burocráticas y sus mandos le retiraron su arma reglamentaria. Maica Larriba confirmó que el asesino carecía del permiso necesario para poseer armas y que no tenía acceso a las reglamentarias. Utilizó «una escopeta o un fusil» para disparar sobre su expareja y, horas después, acorralado en el monte por sus propios compañeros guardias civiles, que intentaban negociar su rendición, la habría vuelto a emplear para acabar con su propia vida.

Eran en torno a las diez y media de la noche cuando el presunto asesino ponía fin a su huida y a su vida. Todo había comenzado unas seis horas antes cuando, pasadas las cuatro de la tarde, Ana Vanessa Serén, una vez cumplida su jornada laboral, cruzaba la salida del cámping O Muíño, donde trabajaba, con el objetivo de ir a su casa a comer. Fuera, su asesino la esperaba en una furgoneta. El hombre disparó y abandonó el lugar, dejándola en el suelo.

Mientras los equipos de emergencias y los investigadores llegaban al lugar del crimen, el autor de los disparos que acabaron con la vida de la mujer intentó buscar refugio en el monte para evitar ser capturado. Allí lo localizó horas después la Guardia Civil. Acorralado, acabaría suicidándose.

El mismo día del crimen, los testigos que conocían a la víctima recordaban que ella tenía miedo por las amenazas de su expareja. Aunque Ana Vanessa ya había trabajado la temporada pasada en el cámping donde estaba empleada, hace solo dos meses que se había trasladado a vivir a la localidad de Oia.

Ayer, los usuarios del cámping aún no eran capaces de asimilar lo ocurrido el día anterior y alguno se mostraba muy abatido al recordar que dos niños habían presenciado la escena del asesino disparando con una escopeta a la mujer.

La Delegación del Gobierno en Galicia ha remitido a la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, dependiente del Ministerio de Igualdad, los datos e informes policiales del caso para que ese organismo estudie la declaración oficial del asesinato Ana Vanessa Serén Penas como violencia de género. Sería la segunda en Galicia este año, tras el asesinato en Baiona en febrero de Beatriz Lijó, una mujer de 47 años a la que su exmarido mató delante de sus dos hijos. En España sería la víctima número 21 de la violencia machista en este 2023.

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Minuto de silencio en el camping O Muíño de Oia en memoria de Vanessa Serén
Minuto de silencio en el camping O Muíño de Oia en memoria de Vanessa Serén Oscar Vázquez

Flores y lágrimas frente a «unha traxedia inaceptable»

«Ella era una buena trabajadora, que ya había estado con nosotros la temporada pasada. Era una buena empleada que siempre mostraba una sonrisa y un buen sentido del humor a todos los clientes», afirmó Beatriz González, directora del cámping O Muíño, para referirse a Ana Vanessa Serén. Lo dijo ante varios cientos de vecinos y amigos de la víctima que se habían concentrado allí para guardar un sentido minuto de silencio en su memoria y para mostrar su repulsa a la violencia machista. Entre los asistentes estuvo presente la mujer que había acogido a Vanessa Serén cuando esta abandonó el domicilio que compartía con su entonces pareja. Entre lágrimas, depositó un ramo de flores sobre el lugar donde cayó abatida su amiga. 

«Co corazón na man, condenamos enerxicamente o asasinato de Vanessa pola súa exparella. Este acto de violencia de xénero é unha traxedia inaceptable que nos enche de indignación e nos obriga a reflexionar sobre o estado da nosa sociedade. Non é un feito illado, senón unha dolorosa manifestación dun problema sistémico arraigado na nosa sociedade. A violencia machista atenta gravemente contra as mulleres na súa integridade física, moral e dignidade», afirmó Cristina Correa, alcaldesa de Oia. El gobierno local decretó tres días de luto oficial y que las banderas ondeen a media asta en recuerdo de Ana Vanessa, a la que sus conocidos describen como una mujer bondadosa y alegre.

Reacciones públicas

Pero las reacciones al nuevo crimen machista han llegado desde todos los ámbitos. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, lamentó el mismo sábado la muerte de la mujer través de un mensaje en Twitter: «Consternado e sen palabras logo do sucedido en Oia. Doe, pero non imos deixar de traballar ata que a violencia machista estea definitivamente fóra da sociedade». El mismo sentimiento que compartió la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón: «Rabia, dor e indignación diante dun novo asasinato por violencia machista».

Asimismo, el delegado del Gobierno en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, describió el crimen machista como «un fracaso como sociedade». «Non pode volver suceder. Non podemos calar nin deixar de avanzar para protexelas», dijo. Y la conselleira de Promoción do Emprego e Igualdade, María Jesús Lorenzana, se sumó a las muestras de cariño a la familia y las amistades de Serén, y aprovechó la ocasión para recordar a las mujeres «que non están soas» y que ante cualquier indicio de violencia por parte de sus parejas acudan a los servicios de información a la mujer y denuncien. «Calquera cifra que non sexa cero, en materia de violencia machista, non é aceptable», señaló.