Los nueve puntos de fricción en los pactos BNG-PSOE para gobernar 150 concellos

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

GALICIA

Ana Pontón y Valentín González Formoso, líderes del BNG y el PSdeG
Ana Pontón y Valentín González Formoso, líderes del BNG y el PSdeG Xoán A. Soler | Marcos Míguez

Socialistas y nacionalistas empezarán mañana a negociar si gobiernan en minoría o en coalición villas y ciudades

05 jun 2023 . Actualizado a las 17:38 h.

Pocas esperanzas puede albergar el PP de gobernar allí donde el pasado domingo no obtuvo mayoría absoluta. Los pactos entre el BNG y el PSOE se dan por hechos, ya que ambos partidos llevan años apoyándose mutuamente frente a los populares. Nada indica que esa tradición se vaya a romper ahora, pero siempre hay fricciones. Mañana se conformará la comisión mixta que analizará esas diferencias con el fin de acordar un marco global que afectará a unos 150 concellos. Alrededor de 40 quedarán en manos del Bloque y los demás tendrán alcalde socialista. Las principales dudas se centran en nueve ayuntamientos, entre ellos los de tres grandes ciudades.

El caso más excepcional y abierto es Ourense, donde también está en juego la Diputación. Los socialistas y el Bloque no suman mayoría absoluta en el consistorio, y han sido superados por Democracia Ourensana y el PP. Para apartar de la alcaldía a Gonzalo Jácome, número uno de DO, sería por lo tanto necesario contar con los populares, que reclaman que en ese caso la alcaldía debería ser para su candidato, Manuel Cabezas.

La situación es aún más enrevesada por la falta de mayorías en la Diputación provincial, donde el PP fue la fuerza más votada pero necesitaría a DO o a otro partido para garantizar la continuidad de José Manuel Baltar. El PSdeG ya ha anunciado que tiene entre sus prioridades apartar a los populares de la presidencia de la Diputación.

Por el momento no se han anunciado acuerdos de ningún tipo, por lo que Jácome y Baltar continuarían en sus puestos como candidatos de la fuerza más votada, pero los movimientos continúan y no es descartable ninguna resolución. 

En Santiago el PSOE y el BNG han empatado a seis ediles, pero el Bloque tiene más votos, por lo que asumiría la alcaldía. Un gobierno de mayoría absoluta requeriría conformar un tripartito en el que participase Compostela Aberta. Por el momento, el PSdeG se ha inclinado por no entrar en el gobierno -como hicieron los nacionalistas en el mandato pasado con el argumento de que no sumaban la mayoría suficiente-. No descartan entrar en el ejecutivo en el futuro, pero por el momento esa decisión dejaría a Goretti Sanmartín con un gobierno de seis ediles -ocho si entra Compostela Aberta-. La principal oposición vendrá del PP de Borja Verea, que fue primera fuerza con 11 concejales.

En A Coruña la relación entre la alcaldesa, Inés Rey (PSOE), y el candidato de los nacionalistas, Francisco Jorquera, es buena. Pero eso no supone que vaya a cerrarse un bipartito. Como en Santiago, el Bloque no quiso entrar en el ejecutivo en el 2019 porque los dos partidos no alcanzaban la mayoría absoluta. Ahora sí lo harían, pero los socialistas -que el domingo obtuvieron 11 ediles, dos más que en el 2019- se inclinan por el momento por seguir gobernando en solitario y firmar un acuerdo de gobernabilidad e investidura con los nacionalistas. La oposición principal será una vez más el PP, que fue la primera fuerza con 12 concejales.

En el ayuntamiento vecino de Culleredo, el Bloque anunció en campaña que no pactaría con el socialista José Ramón Rioboo. Aunque cedieron cuatro ediles a los populares, los socialistas de Culleredo se mantuvieron como primera fuerza política, por lo que Rioboo tiene la investidura garantizada. Sin embargo, sin el concurso del BNG afrontará problemas de gobernabilidad durante todo el mandato.

En Vilagarcía, los socialistas cedieron tres ediles que pasaron al PP, ahora primera fuerza política. El regidor socialista, Alberto Varela, podrá continuar al frente del Concello, pero necesitará el apoyo del BNG, con el que alcanzaría la mayoría absoluta. Está abierta la posibilidad de un gobierno en minoría, como el que ya presidió Varela entre el 2015 y el 2019, o la formación de un bipartito.

En una situación muy similar se encuentra la alcaldesa en funciones de Betanzos, la socialista María Barral, que el domingo se dejó cuatro ediles que se repartieron a partes iguales el BNG y el PP, ahora primera fuerza. Aunque Barral repetirá con el apoyo en la investidura del Bloque, queda saber si gobernará en minoría o en coalición.

La situación es mucho más compleja en Viveiro, Vilalba y Redondela, donde ambos partidos deberán tener en cuenta a terceras formaciones para alcanzar la mayoría absoluta que les permita superar al PP, que ganó las elecciones en las tres plazas. Salvo sorpresa, los socialistas ostentarían las tres alcaldías por ser la primera fuerza de la izquierda. El escenario más complejo es el de Redondela, donde la Agrupación de Electores de Redondela (AER) ha pedido la renuncia de la candidata socialista y alcaldesa en funciones, Digna Rivas, para evitar la investidura del popular Javier Bas.

Mucho más tranquila es la situación en Lugo y Pontevedra, donde se reeditarán los bipartitos del mandato anterior, el primero liderado por el PSOE de Lara Méndez, y el de la ciudad del Lérez por el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores. En esa última urbe, en la que el Bloque se dejó dos ediles, es probable que se ajuste el pacto para adecuarlo a esos resultados.

También se repetirán los gobiernos de coalición en las diputaciones de Lugo y A Coruña, sin descartar algunos ajustes por los resultados del domingo.