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OFRECIDO POR VEGALSA-EROSKI

Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico a nivel mundial de las que se calcula que la mitad son plásticos de un único uso. El dato es más abrumador si tenemos en cuenta que no se recicla ni siquiera el 10% de esa cantidad.

Y es por ello que concienciar sobre el uso de plásticos es el eje central del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra cada año el 5 de junio. En el 2022, el lema fue «Una sola tierra» y el foco estaba puesto en el valor y la necesidad de una vida más sostenibles y armoniosa mediante cambios en los hábitos y en las políticas de consumo que nos hicieran convivir de una forma más respetuosa en el ámbito medioambiental.

Siguiendo la línea del año pasado, este 2023 -que además coincide con el 50º aniversario del Día Mundial del Medio Ambiente- está centrado en aportar soluciones a la contaminación por plásticos, un peligro visible que afecta a todas las comunidades del planeta, sin excepción.

¿Qué medidas se han ido tomando en diferentes rincones del mundo? En 2014, por ejemplo, en Costa de Marfil -que, precisamente es el país anfitrión este año con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente- se prohibió el uso de bolsas plásticas al mismo tiempo que se ha ido apoyando una transición hacia envases y embalajes reutilizables. De forma paralela, han ido surgiendo en Abiyán -una de las principales ciudades de este país africano- empresas dedicadas a combatir la contaminación por plásticos mediante diferentes alternativas que permitan aprovechar los avances científicos en pro de medidas eficaces que permitan reducir el uso de plásticos de forma drástica.

En este contexto, el Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA) ha escogido este año como lema #SinContaminaciónPorPlásticos y, como cada año, las principales corporaciones, organizaciones no gubernamentales, comunidades, gobiernos y celebridades de todos los rincones del planeta se suman a las actividades programadas en torno a este 5 de junio para defender y difundir la necesidad de reducir el uso de plásticos y minimizar sus nefastas consecuencias para que, entre otros muchos motivos, las futuras generaciones no vean comprometida su calidad de vida.

¿Qué hacen las empresas respecto al uso de plásticos?

Un modelo de empresa sostenible es aquella que se basa en la regla de las 3R: «Reducir, Reutilizar y Reciclar». Promoviendo la Economía Circular de los plásticos es posible dar una segunda vida a este material y evitar que acabe en los fondos marinos, causando daños irreparables al ecosistema o en forma de micropartículas ingeridas a través de los alimentos, por ejemplo.

Empresas como Vegalsa-Eroski han sabido responder a esta llamada de emergencia y prueba de ello es el certificado de AENOR de Proyecto de Economía Circular de Plásticos que recibieron a finales de 2022 por haber transformado los recursos de su red de establecimientos y plataformas en bolsas de la compra. De hecho, en 2022, la compañía de distribución alimentaria dio una segunda vida a más de 526.000 kilos de plásticos reciclados a través de este proceso que, a su vez, les permitió fabricar 28 millones de bolsas corporativas con más de un 80% de plástico reciclado.

Precisamente, AENOR publicó este caso como caso de éxito en su revista haciendo alusión al compromiso que Vegalsa-Eroski tiene con promover la economía circular de sus plásticos. Para acometer este exitoso proceso de circularidad de plásticos, la compañía de distribución ha contado con la colaboración de dos empresas especializadas como son Sogapol y Placasa. Sogapol es la encargada de gestionar los residuos plásticos y convertirlos en nueva materia prima reciclada, mientras que Placasa, proveedor local fabricante de bolsas de plástico garantiza un alto contenido en reciclado.

¿Cómo se logra una circularidad de plásticos tan exitosa?

Para poner en marcha el proceso interno, las tiendas envían de vuelta a la plataforma de mercancías generales el material que se genera en los establecimientos, principalmente procedente de las tareas de reposición tras la apertura del packaging de los productos.

Allí, junto al plástico procedente de la propia plataforma, se clasifica y se generan balas de unos 700 kilogramos que se almacenan hasta su recogida por parte de Sogapol, que las traslada a sus instalaciones en O Carballiño para fabricar el material reciclado posconsumo.

Este material reciclado será empleado en su totalidad por la compañía Placasa, quien se encarga de procesarlo y transformarlo en bolsas de compra de alto contenido reciclado.

¿Qué más hace Vegalsa-Eroski por el medio ambiente?

  • Su sistema de gestión de desperdicio alimentario y para el que están en la recta final del proceso de certificación con Bureau Veritas les ha permitido donar -evitando así su desperdicio- 704 toneladas de alimentos aptos para el consumo desde tienda y plataformas y dar salida a más de 4.500 toneladas de alimentos mediante ofertas de consumo rápido, así como el aprovechamiento de subproductos y residuos alimentarios para alimentación animal por valor de 2350 toneladas.
  • La implantación de tiendas coeficientes ha permitido a Vegalsa-Eroski reducir un 35% de consumo energético.
  • Abordan la transición energética a través de inclusiones en la energía renovable.
  • Han recibido la segunda Estrella Lean & Green por reducir más de un 30% sus emisiones de CO2.
  • Conjugan cultura, inclusión y medioambiente a través de distintas acciones que implican a los escolares y a otros colectivos como son la retirada de residuos en las playas o la plantación de especies autóctonas.