Toca hacer cambios profundos para atraer médicos a atención primaria
GALICIA
Los profesionales sanitarios somos parte de la sociedad y respondemos a los mismos patrones de conducta. Hoy, la gente tiende a vivir en las grandes ciudades o en las poblaciones cercanas al litoral. Por tanto, no es de extrañar que las 202 plazas mir de medicina de familia que no han sido cubiertas respondan al paradigma de la España vaciada. En Galicia, le ha tocado a Lugo y Ourense, con 33 vacantes sin cubrir. Era de esperar. Galicia tendrá algunos residentes más en atención primaria, pero las dos provincias del interior pierden muchos futuros especialistas, con lo que será cada vez más difícil resolver el problema de los puestos de difícil cobertura. Vestir un santo para desvestir al otro. Y, además, con las plazas de familia adjudicándose con puestos mir mucho más bajos.
El simplista argumentario de que la falta de médicos se resuelve con más plazas convocadas por el ministerio ya no es sostenible. No es un problema numérico, es de calidad. No se trata de crear o ampliar —de prisa y corriendo— las unidades docentes, sino de fomentar su excelencia para hacerlas más interesantes y trascender su ubicación geográfica.
Pero sobre todo hay que apostar, de verdad, por la atención primaria como eje vertebrador del sistema nacional de salud, haciendo de las especialidades que la integran las más atractivas de todas. Desde la facultad a la jubilación, pasando por el mir. Son las especialidades que más necesita el sistema de salud y deberían ser las más demandadas. Y no al revés, como ocurre año tras año.
Toca atreverse con cambios profundos, que pasan por la descentralización de las decisiones, la autonomía de los equipos y la máxima flexibilidad en los recursos humanos. E innovar con fórmulas distintas de relación laboral con los médicos, que se adapten a los nuevos tiempos, con garantías de itinerarios profesionales que puedan concordar con los intereses y proyecciones individuales (investigación, competencias…). Ya hay modelos en marcha que muestran este camino. Nada sustancial ha cambiado en las políticas de recursos humanos con respecto a hace cuarenta años, y el mundo ha cambiado mucho. Y los médicos jóvenes con él. Así que, como Einstein decía: «No esperes resultados diferentes si haces siempre lo mismo».