Llega la nueva hornada de mires gallegos

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo, Yolanda Lage, Xurxo Codesido, Laura Couce y Andrés Antelo y Ana Eirís.
De izquierda a derecha, y de arriba a abajo, Yolanda Lage, Xurxo Codesido, Laura Couce y Andrés Antelo y Ana Eirís. César Toimil / Xoán A. Soler / Marcos Míguez

La mayoría de los residentes optan por hospitales de la comunidad aunque algunos deciden cambiar de aires unos años; los EIR y los FIR también buscan quedarse aquí si logran plaza

08 may 2023 . Actualizado a las 13:00 h.

El 23 de mayo empiezan a trabajar en los hospitales del Sergas todos los residentes que han obtenido plaza en la última convocatoria de formación sanitaria especializada. La mayoría son médicos, pero también hay enfermeros, psicólogos o farmacéuticos. Y un porcentaje muy elevado son jóvenes gallegos. Galicia atrae sobre todo a quienes se han formado aquí o a los que estudiando fuera la carrera quieren volver a su tierra. Pero también hay graduados que han decidido dar el salto a otra comunidad. Eso sí, para volver después.

Es el caso de Fernando Peleteiro (Santiago, 1997). Comenzará la especialidad de familia en Barcelona. Tenía claro esta rama médica, y solo faltaba elegir el destino. Como piensa volver al finalizar la residencia —algo que agradecerá el Sergas, con un grave déficit de médicos de familia—, «quería mentres unha cidade que me aportase un contraste forte, cun clima distinto, que tamén teña outro idioma, e grande, con moito movemento». Todo esto lo encontrará sin duda en Barcelona, y aunque el precio de la vivienda y el ritmo frenético de esta urbe pueden ser desventajas, «quizais en catro anos me axuden a pensar ‘‘vale, pois agora volvo a unha vida máis tranquila''».

Xurxo Codesido.
Xurxo Codesido. XOAN A. SOLER

Algo similar le ocurrió a Xurxo Codesido (O Milladoiro, Ames, 1997), que se va a Madrid a hacer medicina de familia, «dudé con psiquiatría e incluso psiquiatría infantil, pero pensándolo bien familia es la que más me va a aportar y la que tiene más salidas laborales». Estudió en Santiago, así que el mir era el momento oportuno «para hacer un cambio, de volver siempre hay tiempo».

Laura Couce.
Laura Couce. MARCOS MÍGUEZ

Por unos motivos u otros hay mires que se van, pero la mayoría optan por quedarse en Galicia. Laura Couce (Valdoviño, 1998) es una de las gallegas que mejor nota sacó en este examen. Ya mientras preparaba el mir obtenía buenos resultados, pero el día de la prueba los nervios estaban ahí: «La seguridad que tenía hasta ese momento se me fue, cuando salí todo el mundo me decía que no me preocupase pero estaba con muy mala sensación». Cuando comprobó que había hecho una gran prueba sintió alivio: «Se me bajó de golpe toda la adrenalina y me puse a llorar. Quería quedarme en Galicia y hacer neurología y pensé, ya puedo respirar».

Laura llegó a la medicina de una forma curiosa. Su vecina fue diagnosticada de esclerosis lateral amiotrófica. Ella estaba en cuarto de ESO y empezó a interesarse ahí por la medicina: «Vivimos con ella el proceso de la enfermedad e incluso me compré algún libro». De hecho, hasta el momento su intención era hacer Fisioterapia porque jugaba al fútbol y estaba en contacto con esa disciplina. De todas formas tuvo dudas entre neurología y medicina de familia: «El centro de salud es el sitio en el que me siento más cómoda pero neuro es la asignatura que más me gustó desde primero de carrera, me intriga y me despierta ilusión». Cuando termine tratará de quedarse en Galicia para investigar y trabajar en el campo de las patologías neurodegenerativas: «Me interesa sobre todo el párkinson, quizás porque mi trabajo fin de grado fue sobre esta enfermedad», concluye.

La especialidad que quería, norte, mar, un buen hospital, naturaleza, y un clima y costumbres semejantes a Galicia. Ana Eirís (Santiago, 1997) mezcló todos estos ingredientes y eligió hematología en el hospital universitario de Cruces, en Bilbao. El examen mir no le salió tan bien como esperaba, pero aunque al principio se desilusionó, al conseguir el destino que quería, «objetivo cumplido». En Bilbao tiene amigos, «y hay mucha cultura de montaña, de deporte, tiene mar cerca y monte para hacer rutas». Antes de hacer el examen explicaba en un reportaje en La Voz lo que quería: «Digestivo, pediatría o hematología, a poder ser en una ciudad con costa, y volver a Galicia más adelante». Es decir, reto logrado.

Andrés Antelo y Ana Eirís.
Andrés Antelo y Ana Eirís. XOÁN A. SOLER

Andrés Antelo (A Coruña, 1998) sí se decanta por Galicia. Tuvo un buen resultado en el examen y esto unido a que «las especialidades míticas que se agotan pronto» no le gustaban, le dio tranquilidad a la hora de elegir: «Me podría bailar el sitio, pero tenía posibilidades en cualquier especialidad». Dudó entre varias: interna, pediatría, endocrino, cardiología... y al final eligió esta última. Y eso que las plazas del Chuac ya estaban cogidas cuando le tocó el turno, pero se irá cerca, a Vigo, a hacer una especialidad que merece todos los esfuerzos realizados hasta ahora. «La preparación del mir son meses duros y tienes altibajos, pero visto con perspectiva merece la pena», cuenta.

Yolanda Lage.
Yolanda Lage. CESAR TOIMIL

La mayoría de las plazas de formación sanitaria especializada son de medicina. Pero no todas. De hecho, este año el Ministerio ha hecho la mayor oferta de enfermería en todas sus especialidades. Yolanda Lage (Ferrol, 1997) estuvo trabajando como eventual en el Sergas desde que se graduó, pero pensó que era una buena oportunidad para especializarse. Dejó de coger contratos, estudió durante diez meses y consiguió una de las mejores notas de España (23): «Fue totalmente inesperado, no pensé ni por un momento que me hubiese salido tan bien».

Hará el EIR en la rama de salud mental en el área sanitaria de Ferrol. No tuvo duda. Es más, por eso quiso hacer este examen: «Al ser eventual roté por varios servicios y estuve en salud mental. Descubrí que era lo que me gustaba, por lo que si quería trabajar siempre en ese servicio tenía que arriesgarme, lo dejé todo y me puse a estudiar», dice.

A la farmacia hospitalaria del Chuac se incorpora el 23 de mayo Eva Gómez (Melide, 1998), graduada en Farmacia y que logró el puesto 91 en el FIR. «Cuando vi que podía quedarme en la ciudad en la que estoy ni me lo pensé, además es muy buen hospital», cuenta esta joven en referencia al Chuac. No fue hasta las prácticas de quinto de carrera cuando descubrió que le gustaba la farmacia clínica, y no lo pensó. El papel de estos profesionales es cada vez más importante en los centros sanitarios, aunque como admite Eva muchas veces no es conocido: «Cuando se lo digo a mis amigos, me preguntan, ¿pero qué es lo que vas a hacer?».