Un abogado logra que un juzgado desaloje en solo tres semanas dos casas okupadas

A. S.

GALICIA

Una de las casas okupadas en A Pobra do Caramiñal.
Una de las casas okupadas en A Pobra do Caramiñal. MARCOS CREO

«Si te toca un juzgado poco sobrecargado y haces las cosas bien, es posible», asegura el abogado de Lugo que consiguió la orden para echar a los okupas

01 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas tres semanas fueron suficientes para conseguir desalojar a unos okupas de las dos viviendas de la costa gallega que usurparon durante esta primavera. La rapidez en la denuncia, la disponibilidad del juzgado y el buen hacer del abogado de Lugo que se encargó del caso fueron las claves para que las dos familias que sufrieron las okupaciones pudiesen recuperar sus propiedades en tan corto espacio de tiempo.

Las casas allanadas están situadas en el entorno de la playa de Laxe, en el municipio coruñés de A Pobra do Caramiñal. Sin embargo, el abogado que se encargó del proceso y una de las familias propietarias de una de las viviendas son de Lugo. «Fue la denuncia de un particular la que alertó a los afectados. Los avisaron de que en su casa de verano habían visto gente y ropa tendida». Así comenzó todo, cuenta Raúl Pérez, el abogado lucense que asesoró a las familias y que consiguió la orden judicial para efectuar los desalojos de los okupas.

Primero, una pareja usurpó una de las viviendas del entorno de la playa barbanzana. Pero estos okupas fueron desalojados por la primera orden judicial y, después, se metieron en una casa situada a pocos metros de la anterior. Ambos casos los atendió Pérez desde Lugo. «Yo solamente me aseguro de que las cosas se hacen lo mejor posible. Nosotros recabamos toda la información, la plasmamos en el informe y se la entregamos al juez. Son los dueños los que deben actuar, y su rapidez es vital para el proceso», resume el abogado.

En cada uno de los casos las órdenes judiciales se obtuvieron en un período de apenas tres semanas. Esa rapidez de actuación en este tipo de casos es algo poco común, según muchos afectados, que denuncian que sufren años de espera para poder desalojar a los okupas y recuperar sus casas. «Si te toca un juzgado poco sobrecargado y haces las cosas bien, es posible resolverlo mucho antes», insiste el abogado lucense.

La vía penal

Sin embargo, hay varias estrategias que en este y en otros casos han servido para acelerar el proceso de desalojo de viviendas okupadas. Raúl Pérez explica cómo procedió en los dos desalojos de A Pobra do Caramiñal. Ante todo, asegura que «la rapidez en la denuncia de los perjudicados ante las autoridades es clave». Después, hay que presentar en el juzgado todos los documentos relacionados con la propiedad de la vivienda lo antes posible, y el paso siguiente y decisivo es el de «acreditar que dentro de la vivienda hay gente que está residiendo allí sin permiso de los dueños».

Ya en lo que se refiere a la forma de encarar el proceso, el abogado cree que utilizar la vía penal es mucho más útil para este tipo de casos. «Elegimos denunciarlos por usurpación de vivienda en lugar de ir por la vía civil. De esa forma, podemos pedir al juzgado la medida cautelar del desalojo. Si se actúa rápido, en apenas unas semanas pueden enviar a la policía a sacar a los okupas de la vivienda», asegura. Considera que la vía civil puede servir para la ejecución de procesos más largos, aunque en todo caso cree que es algo más «engorrosa».

En el caso de las viviendas okupadas en A Pobra do Caramiñal intervino un juzgado de Ribeira, una instancia que, según explica el abogado, «actuó muy rápido, porque no está demasiado sobrecargado de asuntos, algo que vino muy bien para acelerarlo todo». Aunque Raúl Pérez reconoce que «no es fácil que los procesos salgan tan bien» como en esta ocasión, él tiene confianza en su método. Evita siempre aceptar los «chantajes» de los okupas que piden dinero para dejar la casa por las buenas, y tampoco le gusta recurrir a las empresas de desokupación que tanto están proliferando en los últimos tiempos.

Casas de veraneo

Las dos viviendas okupadas en A Pobra do Caramiñal están separadas por apenas unos metros de distancia. Se ubican en una zona muy turística, donde hay gran cantidad de casas de veraneo. Las dos cumplen precisamente ese perfil de temporalidad, por lo que estaban vacías en el momento en que los okupas decidieron entrar en ellas.

En uno de los casos, los dueños visitaban más habitualmente la casa, ya que un familiar vive cerca. Allí guardan enseres personales y recuerdos, por lo que «estaban preocupados por cómo acabaría la casa», dice el abogado, «aunque finalmente quedó en buen estado». Solo echaron en falta algo de ropa, un cortacésped y una máquina de agua a presión.

El abogado lucense Raúl Pérez, que llevó el caso de las dos casas okupadas.
El abogado lucense Raúl Pérez, que llevó el caso de las dos casas okupadas. OSCAR CELA

«La Administración debe aportar las herramientas para este problema»

El abogado lucense que llevó la gestión del caso de las dos okupaciones de viviendas en A Pobra do Caramiñal reconoce que en la actualidad hay muy pocos casos que se solucionen con la rapidez con la que se cerró el suyo. Este profesional tiene claro que el de la okupación de viviendas es un problema que está ahí, y que las Administraciones deben tomar cartas en el asunto para intentar buscar una solución. «Yo entiendo que muchas veces las personas que okupan casas lo hacen por necesidad. Pero es innegable que hay un problema y que es la Administración la que debe aportar las herramientas necesarias para solucionarlo lo antes posible», concluye el abogado lucense.