Las incógnitas de la anterior visita a Sanxenxo de Juan Carlos I

Melchor Sáiz- Pardo MADRID / COLPISA

GALICIA

Juan Carlos I a su llegada al Náutico de Sanxenxo en mayo de 2022, en la que fue su primera visita a España tras irse a vivir a Abu Dabi
Juan Carlos I a su llegada al Náutico de Sanxenxo en mayo de 2022, en la que fue su primera visita a España tras irse a vivir a Abu Dabi CAPOTILLO

El último viaje a España del emérito podría haber costado 200.000 euros, pero nadie aclara si fue un regalo

16 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El 19 de mayo del 2022 el rey emérito regresó a España en un Gulfstream G450, el birreactor más apreciado por las grandes fortunas. Los detalles de aquel lujoso viaje del rey Juan Carlos en jet privado la primavera del pasado año para asistir a las regatas en Sanxenxo siguen siendo una incógnita casi un año después. El emérito regresa el miércoles a Galicia, once meses después, bajo el temor de Zarzuela a que se politice su visita.

No obstante, aún persisten las sombras de la financiación de aquellos costosos vuelos entre Abu Dabi y Vigo, entre la localidad gallega y Madrid —donde el emérito se en encontró con Felipe VI en Zarzuela—, y desde la capital de España a la ciudad emiratí en el viaje de regreso. ¿Quién pago ese periplo aéreo entre el 19 y el 23 de mayo del 2022? ¿Fue un regalo? Incluso la Moncloa y la Zarzuela dicen desconocer la respuesta a estas dos preguntas.

La Secretaría General de Presidencia del Gobierno, en un documento remitido a principios de año al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, asegura que la Casa Real «actualmente no tiene información» sobre si aquel viaje fue un «regalo» al exjefe del Estado. Ni el Gobierno, con constantes evasivas en las preguntas de los ciudadanos al Portal de Transparencia, ni el Parlamento, vetando por sistema cualquier interrogante de los grupos sobre el asunto, han hecho apenas nada por intentar arrojar luz sobre la financiación de estos vuelos.

El avión de los millonarios

Los hechos son que en mayo del pasado año Juan Carlos de Borbón regresó en un opulento jet privado, el Gulfstream G450. Este birreactor, equipado con dos motores Rolls-Royce, es el preferido por los grandes millonarios del planeta. Sobre todo, porque es capaz de alcanzar la velocidad de un gran avión comercial: unos 500 nudos, algo más de 900 kilómetros a la hora. A esa velocidad, y gastando 465 galones de combustible —más de 1.700 litros— cada sesenta minutos, el aparato tiene un precio chárter «mínimo» estimado, también por hora, de más de 7.000 euros (combustible no incluido).

Teniendo en cuenta que el año pasado el emérito recorrió al menos 17.000 kilómetros para acudir a las regatas gallegas y a Madrid, y que el aparato estuvo destinado en exclusiva para él durante casi cuatro días, el desplazamiento, según distintos cálculos expertos, tuvo un coste no inferior a los 200.000 euros.

El avión utilizado en su anterior visita, matriculado en Aruba, tiene un precio de venta de salida de 40 millones, con capacidad para 16 personas incluidos los tripulantes, por lo que el exjefe del Estado pudo moverse con la casi totalidad del séquito que le acompaña en Emiratos habitualmente. Este aparato en concreto constaba de tres ambientes diferentes, incluyendo una zona de descanso con divanes y otra que sirve como comedor, además de una cocina.

El GLF450 es un viejo conocido del rey emérito, que ha recurrido a este modelo de avión en numerosas ocasiones para sus desplazamientos privados. De hecho, voló a Abu Dabi en agosto del 2020 para su exilio voluntario en un aparato idéntico al utilizado en mayo del 2022, cuando vino a España por última vez.