La carencia de personal dificulta los cambios para agilizar los trámites de la dependencia en Galicia

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

BASILIO BELLO

La Xunta quiere reducir la documentación a solo dos informes y acortar el plazo de resolución de un año a seis meses

16 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Xunta de Galicia ha remitido al Consello Consultivo un decreto que establece cambios en la tramitación de la dependencia. El departamento que dirige Fabiola García tiene claro el motivo: «A nosa obriga é facilitarlle o máximo posible a vida aos galegos. A simplificación dos trámites administrativos é unha das grandes prioridades da Xunta. Hai que evitar a peregrinación por distintas ventás. E máis neste tipo de situacións», explica la propia conselleira de Política Social. Una vez que el Consultivo dé el visto bueno el Consello de la Xunta lo aprobará definitivamente y después una orden tendrá que desarrollar esta norma. Aunque es difícil manejar plazos, explican desde este departamento que su entrada en vigor será prioritaria.

Pero ¿cuáles son los cambios y cómo ayudarán al usuario que quiere acceder a un servicio de la ley de dependencia? Hace unos días el responsable del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, los resumía: el papeleo que se solicita pasará de doce documentos a solo dos, y el tiempo de resolución se reducirá a la mitad. Ahora mismo el plazo medio para obtener el grado de dependencia y el programa individualizado de atención (PIA), es decir, el recurso que se da al ciudadano, es de unos doce meses; el objetivo es, pues, acortarlo a seis. Estas son quizás las dos principales novedades. Pero hay otra: en el momento en el que la persona dependiente tenga reconocido su grado y su PIA, si el recurso no está disponible —por ejemplo, una plaza en una residencia— se le asignará una prestación económica temporal para sufragar un recurso privado u otro tipo de servicio.

El departamento de Fabiola García tiene clara la filosofía de estos cambios, pero en la práctica no será tan fácil ponerlo en marcha. Desde el Colexio Oficial de Traballo Social de Galicia aplauden cualquier simplificación al ciudadano, pero creen que choca con la realidad. «Todas estas novidades non terán efecto se non hai un reforzo de persoal e sobre todo un aumento de prazas nos servizos públicos, porque a situación está sendo bastante crítica», explica Ana Rodríguez, secretaria del colegio y buena conocedora del ámbito de la dependencia.

¿Por qué? Lo explica de forma sencilla. Los documentos a presentar pasarán oficialmente de doce a dos. En la práctica es casi lo que se está pidiendo ahora, «porque a Xunta ten medios para cotexar o resto da documentación». «É certo que normativamente non está recollido, e o decreto vaino reflectir, pero na práctica só hai que presentar informe médico, informe social e solicitude», matiza.

El decreto unifica dos procedimientos: ahora se obtiene el grado y posteriormente el PIA, pero cuando entre en vigor se tramitarán de forma paralela, es decir, el dependiente obtendrá grado y PIA en la misma resolución. Es cierto que el servicio se solicita ya desde el principio —ayuda en el hogar, centro de día, residencia—, pero una vez que se obtiene el grado los técnicos de la Xunta deben tramitar el PIA. Obtenerlos al mismo tiempo agilizaría el tiempo de espera, «pero non sabemos como ten pensado a Administración cubrilo a nivel de persoal, agora mesmo o atraso non é pola documentación a presentar, senón pola falta de traballadores, se non se reforza, o único que se conseguirá é atrasar o grao». Y eso no sería una buena noticia, añade Ana, porque el reconocimiento del grado (aún sin PIA), es importante en algunos casos, como por ejemplo en el de los niños pequeños para que sus progenitores amplíen ciertos derechos.

A lo anterior se suma que los retrasos de la dependencia no derivan de los trámites, sino del acceso al servicio. Una vez que se ha resuelto la prestación, el ciudadano pasa a una lista de espera para una residencia, ayuda en el hogar, teleasistencia... Y es ahí donde vuelve a aparecer un cuello de botella. La Consellería de Política Social recuerda que esta demora es muy variable porque depende de lo que solicite el usuario. Por ejemplo, si quiere una residencia en la ciudad de Lugo la espera será superior a si opta por toda la provincia.

En cuanto a la ayuda económica que introduce la norma como novedad mientras no se concede este servicio, es importante desarrollar sus cuantías, porque una residencia privada tiene un coste mensual de unos 1.800 euros. Ahora existe también la posibilidad de pedir una prestación temporal, pero el nuevo decreto la automatiza, es decir, no hará falta solicitarla de forma individual. En todo caso, explica Ana Rodríguez, «a dependencia nace para ofrecer recursos públicos», y son esos los que deberían reforzarse más. 

Mil plazas residenciales más

Política Social asegura que a corto plazo la previsión de la Xunta es crear más de mil plazas residenciales. En cuanto a los recursos humanos —imprescindibles para materializar esta reforma—, admite la necesidad de seguir mejorando la colaboración entre administraciones públicas para garantizar la prestación de servicios sociales de calidad en todos los municipios. En este sentido, apuntan que la partida prevista para cofinanciar estos servicios comunitarios asciende en el 2023 a casi 23 millones.

Eva Carro: «Hay que buscar el recurso adecuado a cada persona, por eso es importante que haya muchos» 

Eva Carro es enfermera y vocal en la directiva de la Sociedade Galega de Xerontoloxía. La atención a los mayores cuando llegan a la situación de dependencia debe primar mantenerlos en su entorno, pero Carro admite que no siempre es fácil: «La sociedad ha cambiado y hay que valorar cada caso de forma individual». A veces ni siquiera es cuestión de que exista una red familiar. Y pone un sencillo ejemplo: una dependencia con demencia en la que haya situaciones complicadas —que no deje dormir a los familiares— es complicada de gestionar «aunque vaya a un centro de día». Por eso, concluye, «hay que buscar el recurso más adecuado para cada persona y por ello es importante que haya muchos».

Aunque la dependencia tiene un catálogo amplio de servicios hay tres fundamentales: servicio de ayuda en el hogar, centros de día y centros residenciales. ¿Son suficientes? «Si esos tres recursos funcionan bien son suficientes». Eva, que trabaja en el ámbito de las residencias, señala que en ellas se tiende a caminar hacia centros pequeños con atención individualizada en lugar de grandes residencias. El usuario debe percibirla como un hogar, y apunta dos aspectos fundamentales más allá de los cuidados sanitarios y sociales: la comida y las pertenencias. «Cuando ingresamos en un centro dejamos nuestra vida y nos vamos con unas pocas pertenencias, es importante que sientan su habitación como un pequeño hogar y que puedan personalizarla siempre manteniendo la seguridad», apunta. Respecto a la comida, poco hay que decir, «¿qué hacemos cuando nos reunimos para celebrar algo? Comer». 

Las cifras en Galicia

Según la última estadística del Ministerio de Derechos Sociales hay 80.413 solicitudes de la ley de dependencia en Galicia y se han resuelto 79.668. De ellas, no todas han sido reconocidas con un grado, pero sí la mayoría (72.215). Estas 72.000 personas tienen derecho a una prestación y cuentan con su resolución de PIA un total de 69.070. La ayuda a domicilio es con mucho el servicio más concedido (26.326), y 16.255 usuarios cuentan con una prestación económica para cuidados familiares. Los dependientes con centro de día o plaza residencial concedida superan los quince mil.

Los trámites, paso a paso 

¿Es complicado acceder a una prestación por dependencia? No es sencillo, sobre todo por un aspecto en el que inciden los trabajadores sociales, la brecha digital que afecta a muchas familias gallegas. 

la documentación

Algo más de un mes. La dependencia puede presentarse de forma individual pero se prioriza la tramitación digital por lo que muchas personas deben acudir a los servicios sociales, «ao final a traballadora social ten un trámite burocrático enriba da mesa que non lle corresponde e atrasa o seu traballo», dice Ana Rodríguez. Se necesita cubrir la solicitud, un informe médico que hace el facultativo de cabecera y un informe social que realiza un trabajador social de la administración pública (concello, centro de salud...). Lo que más tarde es este último, sobre un mes.

El proceso  

Un año de media. Cuando se presenta la solicitud se inicia el proceso de valoración. Es en este donde hay más atasco. Un terapeuta ocupacional hace una valoración de la persona en base a un baremo oficial y estatal. La norma recoge que preferentemente será en el domicilio pero si el dependiente puede desplazarse es más eficiente. Finalmente el órgano de valoración de la Xunta (médico, psicólogo y trabajador social), establece el grado (de 1 a 3) y el recurso idóneo teniendo en cuenta valoración e informes. Con posterioridad los técnicos tramitan ese recurso, el PIA. 

el recurso

Depende del tipo. Aquí la espera depende de factores como el tipo de recurso (residencias o ayuda en el hogar son los más demandados), en dónde sea, o la situación de la persona dependiente. Hay que matizar que aunque estos son plazos medios los casos de emergencia social, por ejemplo, se gestionan de forma urgente, con lo que el tiempo se acorta drásticamente.